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En estrecha sintonía. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 7, 6.12-14

EVANGELIO
Lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo con ellos

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 6.12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros.
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.»

Palabra del Señor.

En estrecha sintonía.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

La puerta estrecha es el Señor. Sólo siguiéndole llegamos a la vida. Pero ¿Por dónde nos lleva el Señor a los esposos?

¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Nos dice. Es curioso, que el Papa Francisco, en Amoris Laetitia 13, nos dice:
“Adán, que es también el hombre de todos los tiempos…«Se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne» (Mt 19,5; cf. Gn2,24). El verbo «unirse» en el original hebreo indica una estrecha sintonía, una adhesión física e interior, hasta el punto que se utiliza para describir la unión con Dios: «Mi alma está unida a ti» (Sal 63,9), canta el orante. Se evoca así la unión matrimonial no solamente en su dimensión sexual y corpórea sino también en su donación voluntaria de amor. El fruto de esta unión es «ser una sola carne», sea en el abrazo físico, sea en la unión de los corazones y de las vidas y, quizás, en el hijo que nacerá de los dos, el cual llevará en sí, uniéndolas no sólo genéticamente sino también espiritualmente, las dos «carnes»”.

Descubriréis en este párrafo, que el Papa define “unión” como “estrecha sintonía” o lo que es lo mismo, “adhesión física e interior”. Esa es la puerta estrecha a la que nos conduce Cristo a los esposos. A alinearnos con el esposo en una “estrecha sintonía”. El fruto, es dar vida, lo dice también el Papa, es llegar a ser una sola carne, un solo corazón un solo espíritu (Frutos de unión) y los hijos (Frutos de procreación).

Esa es la puerta, la “estrecha sintonía”, y muy pocos dan con ella. Vemos a muchos esposos mirando para otro lado, buscando donde no es. Pues la puerta la tienen, más cerca imposible.

Lo angosto de esta puerta, reside en que mi relación con mi esposo, me enfrenta a la cruda realidad de quien realmente soy. Ya lo decía San Juan Pablo II, nos conocemos en relación con otros. La relación con el esposo nos lleva al límite de la paciencia, de la capacidad de decepción, al límite del desconsuelo, del dolor, de la ira… pone la verdad de quien soy ante mis ojos. Me pone realmente “a prueba”. Me enfrenta con tu propio orgullo y me puede provocar una inquietud y un desasosiego enorme. Es la “escuela de los límites” como nos enseñaba este fin de semana uno de los matrimonios participantes, que habló sobre el perdón, en el retiro de matrimonios.

Si sientes el amor propio herido, al enfrentarte a la vida con tu esposo, ten la seguridad de que te estás enfrentando con la dureza de tu corazón. Necesitas una purificación, hasta llegar a ser “limpios de corazón” y poder ver a Dios en tu esposo. Y es en él, en tu esposo, donde está lo que necesitas para que tu corazón sea purificado. Permanecer en su amor, es permanecer en el amor de Cristo.

Lo siento, pero nos toca pasar por esa dura prueba y aceptarla, para entrar por la puerta de la “estrecha sintonía”. Tu esposo es tu cruz, como experimentamos en la Eucaristía del retiro gracias a otra familia muy querida. Los frutos son abundantes, ricos, plenos, maravillosos.

¡Continúa luchando! Permanece en el amor de Cristo en la cruz, cargando con los pecados de su Esposa, que somos cada uno de nosotros.

Madre:
Hoy, en oración, nos desvelabas el camino de los esposos como el Magníficat, pero puesto en futuro: Proclamará mi alma la grandeza del Señor y se alegrará mi espíritu en Dios mi salvador, cuando pueda ver en mí la humillación de un esclavo Suyo… Sólo tu Magníficat, Llena de Gracia, podía estar plenamente en presente. Otro día lo seguiremos rezando, Madre. Tú nos muestras el camino. Bendita seas, Madre Santísima.

Cuatro veces mejor. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 5, 38-42

EVANGELIO
Yo os digo que no hagáis frente al que os agravia

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 38-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Habéis oído que se dijo: «Ojo por ojo, diente por diente». Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas».

Palabra del Señor.

Cuatro veces mejor.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

La fórmula del Señor es sencilla. Si cada vez que tu esposo te ofende no le respondes, divides el mal por dos. Cuesta hacer esto, pero seguramente que yo le ofendí en otro momento, si tampoco me respondió, vamos bien.

Ahora le añadimos cuando tu esposo te pide algo bueno, ayuda en algún aspecto, el Señor dice que le des el doble de lo que te pide. El resultado está claro: Divides el mal por dos y multiplicas el bien por dos, luego obtienes 4 veces más ¿No es cierto?.

Si solamente obedeciésemos al Señor en esto, qué bien nos iría en nuestro matrimonio.

Sabemos que no es fácil. Sobre todo, callar o responder amando cuando recibimos una ofensa del esposo. El Papa en Amoris Laetitia 118 nos da una pauta para conseguirlo:
“Es amor a pesar de todo, aun cuando todo el contexto invite a otra cosa. Manifiesta una cuota de heroísmo tozudo, de potencia en contra de toda corriente negativa, una opción por el bien que nada puede derribar. Esto me recuerda aquellas palabras de Martin Luther King, cuando volvía a optar por el amor fraterno aun en medio de las peores persecuciones y humillaciones: «La persona que más te odia, tiene algo bueno en él …cuando llegas al punto en que miras el rostro de cada hombre y ves muy dentro de él …la “imagen de Dios”, comienzas a amarlo “a pesar de”. No importa lo que haga, ves la imagen de Dios allí. Hay un elemento de bondad del que nunca puedes deshacerte…”

Busquemos la imagen de Dios en nuestro esposo cuando nos ofende. Busquemos ese elemento de bondad del que no puedes deshacerte. Está ahí. Sólo tienes que mirarle con limpieza de corazón, y verás a Dios en él/ella.

Madre:
¿Cómo hiciste para no estar dolida con el posadero porque no tuvo sitio para que dieras a luz a Jesús? ¿Cómo hiciste para no guardar rencor a Herodes que buscaba a tu Hijo recién nacido para sacrificarlo? ¿Cómo hiciste para no odiar a los que maltrataban y mataban a tu Hijo ante tus ojos?. Reina de la paz, ruega por nosotros.

Por haber sido perdonado. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 7, 36-8, 3

EVANGELIO
Sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 7, 36-8, 3
En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él y, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. En esto, una mujer que había en la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume, y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los enjugaba con los cabellos de su cabeza, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo:
-«Si este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, pues es una pecadora».
Jesús respondió y le dijo:
-«Simón, tengo algo que decirte».
Él contestó:
-«Dímelo, maestro».
Jesús le dijo:
-«Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le mostrará más amor?»
Respondió Simón y dijo:
-«Supongo que aquel a quien le perdonó más».
Le dijo Jesús:
-«Has juzgado rectamente».
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón:
-«¿Ves a esta mujer? He entrado en tu casa y no me has dado agua para los pies; ella, en cambio, me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de paz; ella, en cambio, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco».
Y a ella le dijo:
-«Han quedado perdonados tus pecados».
Los demás convidados empezaron a decir entre ellos:
-«¿Quién es este, que hasta perdona pecados?»
Pero él dijo a la mujer:
-«Tu fe te ha salvado, vete en paz».
Después de esto iba él caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce, y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que le servían con sus bienes.

Palabra del Señor.

Por haber sido perdonado.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Del Evangelio de hoy hemos aprendido varias cosas.

La primera es que solemos pensar que ama más el que más recibe, pero parece que Jesús aquí cambia las tornas. El fariseo aparentemente había recibido mucho más de Dios que aquella mujer, sin embargo la mujer le ama más, porque se le ha perdonado mucho.

Ahora entendemos por qué te amamos tanto, Señor. Porque nos has sacado de un agujero profundo, oscuro y tenebroso, que no podemos imaginar dónde podía haber acabado.

Lo segundo que hemos aprendido es la importancia de los detalles. Vivimos en un mundo muy utilitarista, pero los detalles son mucho más importantes que lo “efectivo” y lo “práctico”. ¿Para qué sirven los detalles? Para amar y sentirse amado. ¿Te parece poco?. Jesús se siente amado por aquella mujer gracias a los detalles que ella ha tenido con Él.

Por último, aprendemos que Jesús siempre corrige a aquel que critica a los demás o se siente superior. Si algo no admite es la ofensa o el desprecio al hermano.

En resumen, aplicaciones para nuestro matrimonio: 1- Mi esposo me amará más si le perdono más y yo amaré más a mi esposo si me perdona más. 2- Muy importantes los detalles entre nosotros. Son los que hacen que sintamos el amor que nos tenemos. 3- El desprecio mutuo es lo que más le duele al Señor. Ni siquiera porque el esposo haya cometido un pecado grave. El Señor no aprueba eso, se siente ofendido con las actitudes de desprecio, porque Él me ha dado un esposo con una dignidad impresionante, la de hijo de Dios.

Con respecto a acogernos en la fragilidad y los detalles entre nosotros, nos dice el Papa en Amoris Laetitia 157
“Recordemos que un verdadero amor sabe también recibir del otro, es capaz de aceptarse vulnerable y necesitado, no renuncia a acoger con sincera y feliz gratitud las expresiones corpóreas del amor en la caricia, el abrazo, el beso y la unión sexual. Benedicto XVI era claro al respecto: «Si el hombre pretendiera ser sólo espíritu y quisiera rechazar la carne como si fuera una herencia meramente animal, espíritu y cuerpo perderían su dignidad»”

Madre:
Cuánto aprendemos sobre nuestro matrimonio de la mano del Evangelio. Todos los días, nuevos caminos para crecer. Con la Esperanza puesta en Dios que nos conduce y nos perdona. Alabado y bendito sea por siempre el Señor.

Un “sí” auténtico. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 5, 33-37

EVANGELIO
Yo os digo que no juréis en absoluto

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 33-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
– -«Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No jurarás en falso» y «Cumplirás tus votos al Señor».
Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».

Palabra del Señor.

Un “sí” auténtico.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Señor, hoy nos hablas de ser auténticos, coherentes en nuestra relación con los demás. Que mi “sí” sea sí y mi “no” sea no. “Todo lo que pasa de ahí viene del Maligno”.

¿Cuáles son esas actitudes que “pasan” de ahí? Querer quedar bien, demostrar, engañar o aprovecharse de. Y ¿Cuál es la actitud correcta?: Ser sencillos, sin excusas ni medias verdades.

Esta mañana decía Mons. Munilla recordando a Santo Tomás, que para ser auténtico no es suficiente conocer la Verdad y saber qué es lo Bueno. Para asegurar nuestra fidelidad, es necesario descubrir la Belleza que hay en esa verdad y en el bien que nos hace. Y ponía el ejemplo de que uno no es fiel a la Eucaristía hasta que no le “fastidia” perdérsela. Cuando estás enamorado del Señor, entonces empiezas a serle fiel.

Dice el Papa Francisco en Amoris Laetitia 265
“Hoy suele ser ineficaz pedir algo que exige esfuerzo y renuncias, sin mostrar claramente el bien que se puede alcanzar con eso”.

Para ser esposos auténticos, es necesario descubrir previamente la belleza del matrimonio, ilusionarnos con nuestra vocación, porque a base de “músculo” aguantar la unidad indisoluble, es complicado. Cuando descubro que mi matrimonio es el plan de Dios para nuestra santidad, que a través de él Dios va a hacer algo grande, que dará vida, vamos a daremos testimonio de Él, y vamos a ser imagen de Él… Cuando descubro que me sacará de mi egoísmo, de mi cerrazón, para llevarme a la riqueza de la entrega mutua, etc. Entonces se convierte en la prioridad de mi vida.

No podemos ni cambiar el pelo de nuestra cabeza ¿Cómo nos podemos comprometer a ser fieles para toda la vida? Porque con Cristo es posible, sí, porque Él nos ha dado el don para llevar esta cruz, está claro. Pero para que nuestro “sí” sea sí, tenemos que enamorarnos de nuestra vocación. Del don tan inmenso del matrimonio, que hemos recibido de Dios.

Madre:
Tu “sí” es ejemplar, y es fruto de Tu humildad y Tu sencillez. Muéstranos la hermosura del plan de Dios para que nos pongamos a su servicio sin reservas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Volver a elegirnos. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 5, 20-26

EVANGELIO
Todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás», y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «necio», merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

Palabra del Señor.

Volver a elegirnos.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

En el cielo se hila muy fino. Aquí no se está hablando de matar a nadie, sino de actitudes y reacciones a las que casi no damos importancia, las vemos ya normales por nuestra naturaleza caída. Sin embargo Jesús nos dice que no nos las debíamos consentir y nos habla de consecuencias muy graves. Son actos de desamor y hacen más daño de lo que nos pensamos.

Es interesante lo que nos comenta el Papa Francisco en Amoris Laetitia:
237 “…Hay situaciones propias de la inevitable fragilidad humana, a las cuales se otorga una carga emotiva demasiado grande. Por ejemplo, la sensación de no ser completamente correspondido, los celos, las diferencias que surjan entre los dos, el atractivo que despiertan otras personas, los nuevos intereses que tienden a apoderarse del corazón, los cambios físicos del cónyuge, y tantas otras cosas que, más que atentados contra el amor, son oportunidades que invitan a recrearlo una vez más.
238. En esas circunstancias, algunos tienen la madurez necesaria para volver a elegir al otro como compañero de camino, más allá de los límites de la relación, y aceptan con realismo que no pueda satisfacer todos los sueños acariciados. Evitan considerarse los únicos mártires, valoran las pequeñas o limitadas posibilidades que les da la vida en familia y apuestan por fortalecer el vínculo en una construcción que llevará tiempo y esfuerzo. Porque en el fondo reconocen que cada crisis es como un nuevo «sí» que hace posible que el amor renazca fortalecido, transfigurado, madurado, iluminado.”

Y es que, todo mal empieza por una cosa pequeña, y si somos sinceros, se agravan porque los engrandecemos como dice el Papa con una carga emotiva demasiado grande. Optemos mejor por ese volver a elegirnos evitando considerarnos los únicos mártires y sigamos construyendo nuestro amor con esfuerzo.

Madre:
Cuánto debe dolerte cuando dos de tus hijos nos decimos cosas duras o pensamos mal el uno del otro, o cuando vamos de mártires. A veces se nos olvida que estás mirándonos. Un poco avergonzados, te pedimos perdón, y prometemos seguir luchando para conseguir que sonrías. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.