Comentario del Evangelio para Matrimonios: Jn 14,15-21

Una nueva dignidad

Según dice S. Juan Pablo II en sus catequesis sobre el amor humano (11-02-81): Dios nos entrega como parte del cuerpo de Cristo al que pertenecemos y templos de su Espíritu. Este impresionante don, nos eleva a la categoría de hijos de Dios.

En respuesta a ese don, tenemos una tarea: El respeto con que nos debemos mirar los esposos. La admiración. Descalzarnos ante nuestro esposo (en genérico), porque es terreno sagrado. Tratar su cuerpo y su persona como algo sagrado, como templo del Espíritu, y tratar nuestro cuerpo también como algo que no nos pertenece, porque es de Dios. Es un templo que no se puede profanar.

Dice también S. Juan Pablo II (Catequesis 24-11-82): “Cristo… asigna como tarea a cada hombre la dignidad de cada mujer; y simultáneamente… asigna también a cada mujer la dignidad de cada hombre” ¡Impresionante belleza y tremenda responsabilidad!

Este don engrandece también el acto conyugal, la entrega de los cuerpos. Los esposos se unen en alabanza y en oración a Dios. Se entregan el uno al otro para no hacer más que una sola carne, un solo corazón y una sola alma. Se entregan el uno al otro su promesa, su intimidad, su voluntad… y la misma Gracia de Dios que nos dignifica, como ministros el uno del otro. ¿Cómo describirlo?.

Señor, realmente te revelas a nosotros si te amamos y guardamos tus mandamientos. Ven Espíritu Santo, continúa siempre con nosotros, Espíritu de la verdad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *