Lo que Tú le darías. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 12, 35-38

EVANGELIO

Bienaventurados los criados a quienes el señor, al llegar los encuentre en vela
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 35-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.
Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y , acercándose, les irá sirviendo.
Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos».

Palabra del Señor.

Nota: 1. Anuncio en Fuengirola: Proyecto Amor Conyugal realizará un anuncio sobre “la Belleza y la Verdad del matrimonio” en Fuengirola, en la parroquia de Ntra. Sra. del Carmen el próximo día 28 de octubre a las 20h en los salones parroquiales. Hablaremos también de los itinerarios para matrimonios y presentaremos el retiro del 17 de noviembre.

2. Retiro para matrimonios en Málaga: Para apuntarse en lista de espera (Suele haber un % de bajas): https://goo.gl/forms/jpzZ1v8b6OxzQfUI2

Para más información, pincha aquí: http://wp.me/p6AdRz-ru

Lo que Tú le darías.

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Jesús nos exhorta a estar alerta en ese amor mutuo al que nos ha destinado. La pregunta que me hago hoy es ¿estoy alerta en mi relación con mi esposo? Recuerdo nuestro noviazgo y esa sensación de estar alerta, atento a sus necesidades, a gustarle, a agradarle, pero quizás me he acomodado. Pasa el tiempo y dejo de saber cuáles son sus nuevos gustos, sus miedos y sus ilusiones. Dejo de preocuparme de gustarle y de agradarle. Qué triste ¿no?

¿Y si viniera Jesús ahora y me preguntase por mi respuesta a Su sacrificio en mi vocación de esposo? ¿Qué tendría que decirle? Pues esa es la experiencia que proponemos para la oración de este Evangelio.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Querido Jesús. Sé que viniste a este mundo para volver a hacer posible el amor humano con la ayuda del Espíritu. Reconozco tu inmenso esfuerzo y tu increíble generosidad de hacerte hombre, de vivir una vida de hombre para dar testimonio del Amor del Padre y Tu Pasión y Muerte por nuestra redención. ¿He aprovechado toda la Gracia que me has entregado para hacer posible mi amor con mi esposo?

No, Señor. He sido creado para el matrimonio y reconozco que no. Que no estoy poniendo todo mi empeño, ni mis ilusiones, ni mis deseos, en mi vocación. Me he acomodado, y estoy despreciando Tu sacrificio y el valor de todos los dones que me has dado.

Pero Señor, hoy lo he entendido. Tengo que estar atento, en vela, por mi esposo, para que cuando llegues Tú, me encuentres sirviéndole, cuidándole, preocupándome por su salvación, ayudándole a superar sus tentaciones con ánimo y dándole seguridad y Esperanza. Quiero darle lo que Tú le darías en cada momento. Ese va a ser mi centro de atención, por servirte en mi esposo voy a velar hasta que vengas.

Madre,

Se nos olvida que en nuestra actitud con nuestro esposo, es al Señor a quien estamos respondiendo, y no a nuestro esposo. El encargo de nuestro matrimonio lo hemos recibido del Señor, y tenemos que hacerlo bien. Él nos ha dado las herramientas, el Sacramento, la Gracia. No podemos fallarle. Esposo, te amo. Señor, te amo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *