Lacrimosa. Comentario para Matrimonios: Marcos 6, 30-34

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EVANGELIO

Andaban como ovejas que no tienen pastor.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.

Él les dijo:

«Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco».

Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.

Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.

Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

Palabra del Señor.

 

Lacrimosa.

Es verdad que debemos buscar momentos para estar a solas con el Señor. Si no lo hacemos, poca ayuda podremos ofrecer a los demás, y no repartiremos según la justicia de Dios, sino según la nuestra. Pero al mismo tiempo, si rezamos mucho y eso no se traduce en actitudes como la compasión con el necesitado, de nada nos sirve tanto rezar o no estamos rezando o no rezamos bien, porque el Señor siempre nos acabará llevando a la mayor de las virtudes que es la caridad.

 

Aterrizado a la vida matrimonial:

Almudena: Bueno, pues otro nieto que viene en camino. Este viene muy seguido ¿eh?

Aníbal: Sí. Nos tocará echar una mano en lo que podamos. No sé si tú lo ves igual, pero desde que me he prejubilado trabajo más que antes. Entre nuestra labor de abuelos, las misiones de Proyecto Amor Conyugal y nuestro camino de espiritualidad conyugal, no nos va a quedar tiempo casi ni para comer.

Almudena: Sí, pero la oración conyugal, la Eucaristía y el rosario son sagrados. ¿Vale? Comer no comeremos, pero rezar, rezaremos caiga quien caiga. Oye ¿qué haces con ese botecito?

Aníbal: Recogiendo una lagrimilla que me está cayendo. Es que, me he emocionado de ver lo enamorada que estás del Señor y cómo me ayudas a ser fiel.

Almudena: (Le coge y le aprieta la mano) Es Dios quien me da este amor por Él. Y ¿qué haces con el botecito ese ahora?

Aníbal: Lo etiqueto y lo pongo en esta vitrina. Mira, aquí está la lagrimilla del día que me convertí. Aquí la del día que descubrí la grandeza de nuestro matrimonio…

Almudena: ¿Y cómo llamas a tu colección?

Aníbal: Es mi emocionario. Ya sabes que me gusta guardar los grandes momentos en mi corazón para dar gracias a Dios. Me gusta sentarme aquí delante de vez en cuando a recordar cada momento mientras me pongo Lacrimosa, el réquiem de Mózart.

 

Madre,

Que nuestra oración nos ayude a crecer en el amor. Alabado sea Dios.

 

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