Lo que crees tener.
“Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija.” El matrimonio es un candil encendido. No es un acto privado, sino público y afecta a la sociedad. El nuestro se encendió hace 24 años y la Santísima Virgen quiso sacarlo de su escondrijo hace ya doce.
Hoy hemos visto una película que se llama “The fault in our stars”. Dos adolescentes con cáncer viven un romance muy hermoso. Sincero, había entrega entre ellos, alegría (hasta donde sus fuerzas lo hicieron posible), buscaban el bien común… Pero había un vacío en sus vidas y en su unión detrás de todos esos gestos y actitudes que reflejan el verdadero amor: Todo aquello se lo había dado Dios y ellos no le conocían. Cuánto más habrían podido disfrutar de aquel amor maravilloso sabiendo que es Dios Amor el que les une. Sabiéndose hijos, amados por Él.
Ntra. Madre ha querido darnos mucho. No son habilidades nuestras, sino tesoros de Dios. Cuando nos miramos, podemos percibirnos como imagen de Dios y El Señor nos ha revelado la belleza interior de nuestro esposo/a. Nos ha permitido vernos con Su mirada, dentro de nuestras limitaciones. Hemos llorado juntos, por una plenitud que nos desborda muchas veces en nuestra unión, dando gloria a Dios. El Señor ha transformado y sigue transformando nuestro matrimonio en una luz, que brilla porque Él brilla mucho más que nuestras sombras, que son muchas. Así que, por eso, decidimos ponerlo en el candelero. Para que el que entre, tenga luz.
Cuando uno encuentra el tesoro, no lo puede ocultar. El Papa Francisco, en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, dice que “el bien siempre tiende a comunicarse. Toda experiencia auténtica de verdad y de belleza, busca por sí misma su expansión, y cualquier persona que viva una profunda liberación, adquiere mayor sensibilidad ante las necesidades de los demás. Comunicándolo, el bien se arraiga y se desarrolla (Nº9)”
De evangeli.net “Es la paradoja del Evangelio: Morir para nacer, servir para reinar, dar para recibir… dando te enriqueces. Cuanto más te entregas más te posees.
¿Qué crees tener? ¿Una familia? ¿Diálogo? ¿Comprensión? ¿Paciencia? … Lo que crees tener, en realidad no es tuyo, sino de Dios. Y si te intentas apoderar de ello, termina muriendo por nuestras limitaciones, como en la película. Si te intentas apoderar de ello, te atrapa y te domina y mata tu libertad. Te quedas sin amor, es decir, sin nada. Es otra vez la hermenéutica del Don de San Juan Pablo II. Sólo tienes lo que recibes y das, y lo entregas porque sólo podemos comunicar la gloria de Dios, y comunicándola nacemos, reinamos, recibimos, nos enriquecemos… poseemos. Somos.
El matrimonio en Cristo, nos permite descubrir quiénes somos. Tener una vida llena, plena, densa. De Él lo recibimos y por Él lo entregamos.
Proyecto Amor Conyugal, es un don de Dios a través de María. Un candil encendido. Al que tiene se le dará.
Oramos con el Salmo: El justo habitará en tu monte santo, Señor.