Archivo por días: 8 junio, 2025

Entra sin llaves.Comentario para Matrimonios: Juan (20,19-23)

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Evangelio del día.

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-23):

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Entra sin llaves.

Muchas veces, como los discípulos, cerramos las puertas del corazón por miedo: miedo al juicio del esposo, miedo al reproche, miedo a mostrarnos vulnerables. Nos callamos, ocultamos nuestra intimidad y al hacerlo, nos cerrarnos el uno al otro y también nos cerramos a Dios y a la obra que quiere realizar en nosotros.
Sin embargo, cuando confiamos en el plan de Dios para el matrimonio, abrimos la intimidad de nuestro corazón y nos apoyamos en la inefable gracia del sacramento, dejando que su fuerza nos levante y eleve, permitimos a Dios construir una verdadera comunión de amor entre nosotros y con Él. Entonces sucede algo extraordinario: nos configuramos con Cristo Esposo y como los discípulos reconocieron al Señor por las huellas de su entrega, así también los esposos cristianos nos reconocemos en Cristo al entregarnos la vida el uno al otro en lo cotidiano y pequeño: en una bebida servida con amor, en una caricia, en una respuesta paciente tras un mal día, etc, en toda entrega pequeña o grande, unidos a Cristo, en Cristo y por Cristo, transformamos nuestro amor humano en amor divino que salta a la eternidad y nos hace uno entre nosotros y con Dios.

 

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Javier: Marta mi vida ¿estás bien?
Marta: (suspirando, al borde de las lágrimas): Si, ¿Por qué lo dices?
Javier: Vaya pues yo no te veo bien…
Marta: ¿Ah no?
Javier: No Marta no. ¿Qué pasa? Sé que no estás bien.
Marta: Nada, no me pasa nada….
Javier: Marta…. Te conozco… anda dime. Últimamente te veo muy irascible con Mateo y esta mañana has sido un poco dura con él ¿no te parece?
(Marta se echa a llorar)
Javier: ¿Qué te pasa cariño?
Marta: Que estoy agotada Javier, parece que llego a todo, pero no es verdad…. No llego…. Parece que tengo todas las respuestas, que sé cómo actuar en todo y con todos y no es verdad… muchas veces no tengo ni idea de lo que hay que hacer… y estoy muy preocupada con Mateo… está en una edad muy difícil y estoy cansada, y tengo miedo de que no lo hagamos bien… y salto es verdad… pero no sé hacerlo mejor…Tú siempre me dices que soy una madre estupenda pero la verdad es que me siento insegura muchas veces.
(Javier la abraza y ella rompe a llorar)
Javier: Cariño, no estás sola, estamos los dos, y sobre todo, Dios está con nosotros. No debemos temer. Debemos confiar en que nuestros hijos son Suyos, y rogar al Espíritu Santo que nos de la sabiduría de educar a cada uno según su corazón y luego descansar en el Señor. No temamos y recemos más por ellos.
(Después de un rato de oración)
Marta: Gracias Javi por ayudarme a abrir mi corazón. Ahora experimento un descanso que sólo a través de ti y con Dios experimento. Gracias por quererme tanto y no juzgarme. Gracias porque viendo cómo me amas y me miras, veo como me ama Dios.
Javier: Eres la esposa más bonita por dentro y por fuera que podría tener.
Marta: Ay qué te quiero
Javier: ¡Yo sí que te quiero!

Madre,

Que como tú, siempre con entera confianza nos abramos al plan de Dios sin miedo y se haga en nosotros la obra que Dios desea hacer en nuestro matrimonio y nuestras familias. Alabado sea por siempre.