Archivo por meses: mayo 2025

Las dos claves. Comentario para Matrimonios: Lucas 1, 39-56

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-56

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamo:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu Vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».
María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia – como lo había prometido a nuestros padres – en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

 

Las dos claves.

Este Evangelio muestra el Corazón de María. Un Corazón que sabe de haber vivido la humillación, y sabe lo mucho que le agrada a Dios, porque es un medio de reparar tanta soberbia como hay en el mundo. Ella, en el Magníficat, remarca la humildad. Dios derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. En esto resume Ella la acción del brazo de Dios. En esto resume Ella cuál debe ser nuestra actitud. Humildad y misericordia. Ambas las repite dos veces. Humildad y misericordia. Quedémonos con éstas dos.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Fernando: ¿Tú crees que algún día llegaremos a ser perfectos y no cometer ningún fallo? Así podríamos ir al Cielo directos. ¡Cuánto lo deseo!
Ana: Yo creo que el Cielo no está a nuestro alcance. Si algún día te ves a ti mismo perfecto, mal asunto. Ese es el error de la soberbia, que queremos aparentar más de lo que somos. En cambio, el único camino al Cielo es el de nuestra humildad y la misericordia de Dios. En la humildad está la base para llegar a la perfección, que es la caridad. Cuanto más humildes somos, más nos dejamos hacer por el Espíritu Santo y es Él quien hace a los santos.
Fernando: De ahí lo de “Él hace proezas con Su brazo, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes”.

Madre,

Cuánto nos enseñas con el Magníficat que nos pusiste en una ocasión como tarea. Estamos felices en este día en que recordamos tu visita a Isabel. ¡Te queremos y te admiramos!

Gracia para sobrellevarlas. Comentario para Matrimonios: Juan 16, 20-23a

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 20-23a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.

La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre.

También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada».

 

Gracia para sobrellevarlas.

Señor, te he visto venir en esa segunda y definitiva venida. Entonces se alegrará nuestro corazón y nadie nos quitará la alegría. Pero ¿Hace falta que llegue ese momento para que nadie pueda quitarme la alegría? Si fuera así, sería porque tendría dudas de que vendrás en el final de los tiempos. Si estoy seguro ¿para qué necesito que llegue esa hora? Ya estoy alegre, Señor y nadie me podrá quitar mi alegría.

 

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Marta: ¿Por qué dependes tanto de mí para estar alegre? Si estoy bien, fenomenal, pero si no, te vienes abajo y no ayudas nada.

Pedro: Te diría que, si tú estás bien, yo estoy bien, pero la verdad es que, en el fondo, si tú no estás bien, me fastidia no estar bien yo. Así que, sí. Te doy la razón. Debería estar mirando hacia lo que estamos llamados a ser, no hacia lo que somos en este momento.

Marta: Me ayudaría bastante, la verdad. Pero entiendo que no te lo pongo nada fácil muchas veces.

Pedro: Estando el amor de Cristo entre nosotros, tengo la gracia para poder sobrellevar esas situaciones. Confío en que Él me ayude la próxima vez. Dejaré de pensar en mí y me centraré en Su amor que es más fuerte que la muerte.

Marta: Gracias, esposo. Dios te bendiga.

 

Madre,

Tenemos fe suficiente para estar siempre alegres. Que las pruebas no nos quiten la alegría. Alabado sea el Señor que ha resucitado.

Aunque no entendamos. Comentario para Matrimonios: Juan 16, 16-20

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 16-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver».
Comentaron entonces algunos discípulos:
«¿Qué significa eso de “dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver”, y eso de “me voy al Padre”?».
Y se preguntaban:
«¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que dice».
Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo:
«¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: “Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver”? En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».

Aunque no entendamos.

La verdad es que, había frases de Jesús que dejaban a los discípulos sumidos en el misterio. Pero es que luego, la explicación tampoco es que aclarase mucho la cuestión.
En cambio, estamos seguros de que cuando ocurrió lo de Su muerte y Su Resurrección, entendieron por fin lo que les decía Jesús.
En el camino del Señor hay muchos momentos de estos, en los que no entendemos nada, ni falta que hace, ya entenderemos después. No pasa nada. No hay fe sin misterio, y nosotros caminamos iluminados por la fe.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Laura: Nosotros hubo momentos en que no entendimos qué ocurría en nuestro matrimonio y eso nos llevó a ponerlo en duda.
Sergio: Cuando uno no entiende es cuando se pone a prueba la fe.
Laura: También es verdad que no éramos conscientes de que el matrimonio es una vocación.
Sergio: Ni tampoco que es un don de Dios de unas dimensiones inabarcables.
Laura: Ahora que lo conocemos, aunque vivamos momentos de misterio, lo vivimos con fe en el Amor de Cristo que está entre nosotros.

Madre,

Que en nuestros momentos de no entender haya fe para que nuestra tristeza se convierta en alegría. Se alegra nuestro espíritu en Dios nuestro salvador. Alabado sea por siempre.

Acoger y transmitir. Comentario para Matrimonios: Juan 16, 12-15

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».

Acoger y transmitir.

Entre las personas de la Santísima Trinidad, se transmiten la verdad entregándosela unos a otros: El Padre se la entrega al Hijo y el Hijo al Espíritu Santo que a su vez la va poniendo en nuestro conocimiento.
Y nosotros, estamos llamados a acogerla de otros a los que se la ha transmitido el Espíritu Santo. Mi esposo es ministro de la gracia de Dios, y debería estar atento a ver qué le dicenel Espíritu y qué quiere decirme Dios a través de él o ella.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Carmen: Te pediría que, antes de dar tu opinión, disciernas cada cosa ante el Señor, para que pueda hablarnos a través de ti.
Luis: Tienes razón. No debo inventarme yo las decisiones y las normas. Aquí estamos para descubrir la verdad que viene del Espíritu Santo, no para construir nuestra propia verdad. Gracias por el consejo. Creo que viene del Espíritu Santo, y así me lo tomaré.
Carmen: Si lo haces así, prometo tomarme muy en cuenta tus propuestas, porque las consideraré dignas de un discernimiento serio.

Madre,

El Espíritu Santo quiere transmitirnos toda la verdad. Que estemos abiertos a escucharle y transmitir la verdad que recibimos de Él. Alabado sea por siempre.

Es de justicia. Comentario para Matrimonios: Juan 16, 5-11

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 5-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: “¿Adónde vas?”. Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré.
Y cuando venga, dejará convicto al mundo acerca de un pecado, de una justicia y de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el príncipe de este mundo está condenado».

Es de justicia.

Entiendes, Señor, que nos dé pena que te vayas al Padre, pero es de justicia que lo hagas, porque ya bastante que pasases 33 años de abajamiento y servicio a los hombres para traernos la verdad y la salvación. No sería justo pedirte más.
Gracias Señor por tanto. Me agrada enormemente verte en el cielo sentado a la derecha del Padre como Rey de todo lo creado. Un inmenso «gracias».

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Lola: Cuánto anhelo verte, Jesús, pero Tú nos dejaste por un bien aún mayor: enviarnos al Espíritu Santo, quien nos guía a la verdad profunda del corazón.
Luis: Él nos ilumina nuestras heridas, nuestros desórdenes, nos purifica con su luz y nos conduce hacia Dios.
Lola: Sin el Espíritu, quedamos a merced del mundo, atrapados en placeres vacíos que nos alejan de lo divino y terminan por destruirnos.
Luis: Gracias Señor por el inmenso don del Espíritu Santo.

Madre,

Sólo de pensar en el valor que tendría para nosotros tener a Jesús entre nosotros, alcanzamos a entender la envergadura del don del Espíritu Santo. Alabado sea el Señor que nos lo ha enviado.