Archivo por meses: noviembre 2021

“Apocalipsis conyugal” Comentario para Matrimonios: Lucas 21, 20-28

EVANGELIO

Jerusalén será pisoteada por gentiles, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 20-28

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción.
Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que está escrito.
¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días!
Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo.
“Caerán a filo de espada”, los llevarán cautivos “a todas las naciones”, y “Jerusalén será pisoteada por los gentiles”, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».

Palabra del Señor.

 

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“Apocalipsis conyugal”

Jerusalén era ese lugar santo, del que sacaron a Dios y que acabó siendo pisoteado por los gentiles. Jerusalén, la novia de Dios, se entrega en brazos de otros y acaba profanada. Hoy veo a Jerusalén en el matrimonio. Un lugar santo, en el que reside el mismísimo Dios, pero del que hemos sacado a Dios y está siendo sitiado, destruido y profanado. Son “días de venganza” entre los esposos… ¡Ay de los hijos de aquellos! Porque habrá calamidades y castigos para esa familia. Vendrán las angustias, los miedos y la ansiedad… Vivimos el “apocalipsis conyugal”.
Pero los esposos cristianos, levantaremos nuestra cabeza, porque se acerca nuestra liberación. El Espíritu suscita nuevos carismas, nuevas esperanzas. Resurge la verdad del matrimonio como Dios lo pensó. Resurge Cristo en nuestro matrimonio y en muchos matrimonios de nuestro alrededor. ¡Viva el Matrimonio! ¡Viva Cristo Rey!

Aterrizado a la vida matrimonial:

Álex: Estaba sumido en una tiniebla, confundido por los destellos del mundo. Los negocios, las riquezas, sitios lujosos, restaurantes caros… Ese ambiente lujurioso en el que los adultos juegan a ser adolescentes, visten como adolescentes, se camuflan como pueden, dándose a sí mismos la licencia de vivir como ellos. El atractivo sexual es moneda de cambio. O estás fantástico o estás fuera. Perfumes caros, tratamientos, deporte… El glamour se impone a lo sano y el disfrute a la templanza. Hundí mi matrimonio, hundí mi familia, hundí mi vida y acabé hundido.
Matrimonio Tutor: Y ¿qué te mueve a estar aquí?
Álex: La esperanza. Creo que podéis ayudarme a reconducir mi vida y recuperar todo lo que tenía valor real para mí. Sé que tengo muchos vicios adquiridos, pero creo que Dios puede salvarme a través de vosotros.
Matrimonio Tutor: Has dado un gran paso, Álex. El Señor te ha rescatado y no va a dejar su obra a medias. Si tú no le abandonas, Él no te abandonará. ¿Confías en Él?
Álex: Confío.

Madre,

A veces es necesario que se hunda nuestro mundo para buscar la conversión del corazón y la salvación. Para la liberación, tenemos que pasar por la esclavitud. Es la historia de nuestra vida: Caer para ser rescatados por Dios. ¡Alabado sea el Señor!

Para dar testimonio. Comentario para Matrimonios: Lucas 21, 12-19

EVANGELIO

Todos os odiarán a causa de mi nombre, pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

Palabra del Señor.

 

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Para dar testimonio.

Las pruebas son para dar testimonio. Justo es en los momentos de contrariedad y de dificultad donde se debe notar que tengo a Dios, porque teniendo a Dios no se debe responder al mal con mal. Tenemos que hacer a Dios más fuerte en nosotros para que nuestra respuesta siempre sea la del amor de Dios a través de nosotros. Si no, entro en un torbellino que me arrastra hacia la oscuridad y casi no me deja fuerzas para salir de ahí.
Me gustaría meterme bien en la cabeza que no tengo que preocuparme de defenderme. El Señor pondrá la Sabiduría en cada situación. Él me protege, y cuando permite una situación dura para mí, servirá de ocasión para dar testimonio, si no me defiendo. Al demonio no se le vence con la autodefensa, sino con el testimonio.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ana: Estoy impresionada, porque últimamente no te enfadas conmigo. Te diga lo que te diga, no me pones ni un mal gesto. Al contrario ¿Qué has hecho para ser capaz de responder con amor en esas situaciones? Me parece increíble.
Rafa: Ana, me he creído que Dios se encargará de mi defensa, y que Él podía hacer obras grandes por mí. Menguo yo, para que crezca Él. Es la fecundidad del martirio la que vence al mal y a la muerte.
Ana: Te has vuelto muy místico, pero por tus frutos, te creo.

Madre,

Tú tampoco te defendías, sino que, “por la humillación de Su Esclava”, “el Poderoso hizo obras grandes” por ti. Alabado sea el Señor que aprovecha de nuestra pequeñez para manifestarse. ¡Gloria a Él!

Deslumbra o ilumina. Comentario para Matrimonios: Lucas 21, 5-11

EVANGELIO

No quedará piedra sobre piedra.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-11

En aquel tiempo, algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: «Yo soy», o bien «Está llegando el tiempo»; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el final no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambre y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».

Palabra del Señor.

 

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Deslumbra o ilumina.

Con este Evangelio el Señor nos pone la mirada en el corazón. Que no nos fijemos en los brillos que deslumbra el exterior, sino en la luz que trae Cristo desde dentro con su Reino, una luz que ilumina el alma. Y para que llegue Su Reino tiene que haber guerras en nuestro corazón, perseverar en las pruebas contra nuestro propio mal.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Bea y Alberto están muy preocupados por las tareas y los problemas del día a día. Esto hace que no tengan tiempo cuidar la intimidad entre ellos y con el Señor. De su corazón sale el orgullo, el egoísmo, la vanidad. Cuando les sale, no tienen la luz que deja en el alma la oración, así que se convierte en un combate muy fuerte que los destroza y se apodera de ellos. La oscuridad los envuelve en su manto tenebroso del que parece que no haber salida. Todo está mal, y sólo aciertan a ver la culpa en el otro.
Deciden por consejo de sus Tutores, ponerse un rato ante el Señor todos los días. Poco a poco se va iluminando su alma, y ven, ven lo que hay en su interior. La verdadera razón de su tristeza y sus miedos.
Por fin, tienen algo donde empezar a luchar en la dirección correcta. Por fin hay esperanza.

Madre,

Que sometamos nuestro corazón a una crítica sincera, para que veamos en nuestro interior, sin excusas, el verdadero origen de nuestras tristezas y nuestros miedos. Después, ayúdanos a trabajar por lo eterno: El amor. Alabado sea el Señor, que nos muestra el camino del amor.

De conocer a valorar. Comentario para Matrimonios: Lucas 21, 1-4

EVANGELIO

Vio una viuda pobre que echaba dos monedillas.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 1-4

En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas y dijo:
«En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

Palabra del Señor.

 

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De conocer a valorar.

No se puede valorar lo que entrega una persona, o lo que se entrega una persona, si no se está en su corazón. Exteriormente puede parecer una cosa, pero Jesús, que ve el interior, descubre el valor de lo que no se ve.
Quizás estemos demasiado habituados a valorar a nuestro esposo por lo que se da aparentemente: Mido, comparo… juzgo y sentencio. Pero quizás me falta ese acto de amor de profundizar y descubrir lo que hay en su corazón. Lo que le cuesta, lo que se esfuerza, lo que no es capaz de ver… Es imposible descubrir el valor de mi esposo si no purifico mi corazón y me esfuerzo por conocerle.
Profundizando en él/ella, descubriré el don.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ana: Carlos, tengo la sensación de que no me quieres.
Carlos: ¿Por qué?
Ana: Porque sabes que estoy cansada, te he dicho que faltaba pan para mañana y lechuga para esta noche, y no te has ofrecido a bajar tú. Al final he tenido que bajar yo mientras tú estabas aquí descansando.
Carlos: Ana, yo te quiero mucho, y me importas mucho.
Ana: Bah! Palabras y más palabras bonitas, pero a la hora de la verdad, no te importo.
Carlos: Ana, estás nerviosa y creo que ahora no es momento de hablar. Cuando quieras lo comentamos.
(Al día siguiente)
Carlitos (Hijo de Carlos y Ana): Mamá, ¿Ya está bien Papá?
Ana: ¿Bien de qué?
Carlitos: Ayer me dijo que tenía fiebre mientras nos bañaba. Y aunque se encontraba muy mal, dijo que quería recoger la casa antes de que subieras de la compra, porque estabas muy cansada.
Ana: (Piensa: Vaya, Señor, qué mal juzgué ayer a Carlos. Pobre… Estoy deseando que llegue del trabajo para pedirle perdón y darle un abrazo).

Madre,

Qué bonito es poder profundizar el uno en el otro. Has puesto un gran misterio en cada hombre y en cada mujer. Todo un tesoro. Todo un don. Alabado sea Dios que sabe mirar en nuestros corazones y apreciar nuestra riqueza interior.

Totalmente inmerecido. Comentario para Matrimonios: Juan 18, 33b-37

EVANGELIO

Tú lo dices: soy rey.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 18, 33b-37

En aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús:
«¿Eres tú el rey de los judíos?».
Jesús le contestó:
«¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?».
Pilato replicó:
«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?».
Jesús le contestó:
«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».
Pilato le dijo:
«Entonces, ¿tú eres rey?».
Jesús le contestó:
«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».

Palabra del Señor.

 

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Algo inmerecido.

Hoy es un día grande. La solemnidad de Jesucristo Rey del Universo. ¿Qué hemos hecho para merecer tal Rey? Ante tal Majestad, toda rodilla se doble en el cielo y en la tierra. ¡Qué Grande eres, Señor! Sólo tengo palabras de alabanza. Tú te entregaste para traernos un regalo maravilloso, el Perdón de Dios. Un regalo inmerecido, que consiste en que Tu amor a nosotros es tan grande que supera todos nuestros pecados. Los envuelve y los hace desaparecer. ¿Cómo te podré pagar, Señor? Tu Reino es el Reino del Perdón inmerecido, el Perdón triunfante, el que lo hace todo nuevo.
He participado de este Perdón, Tuyo, Señor, y he visto a muchos matrimonios participar de él, y sólo puedo gritar a los cuatro vientos: Gloria a ti por siempre, Señor. Alabado seas por siempre.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Luis: Perdóname cariño. Había perdido la esperanza en nuestro matrimonio sólo porque somos débiles y pecadores. ¡Qué vanidoso he sido! Pero he descubierto, Miriam, a Jesucristo Rey de Universo. Ante Él no puede haber desesperanza, porque el Amor de Su Sagrado Corazón, no conoce límites. Absorbe todas nuestras miserias, por las que sangra, pero Su sangre nos purifica y nos redime.
Miriam: A mí me sobrecoge. Me sitúo ante el Sagrado Corazón y me dejo mirar por ese Jesús, con los brazos abiertos, dispuesto a acogerme con todas mis miserias y me siento tan amada… Es milagroso. Después tengo esa experiencia de pedirnos perdón y perdonarnos el uno al otro, y entonces lo comprendo. Nos perdonamos con la fuerza de Su Perdón, y nos amamos con la fuerza de Su Amor. Él está en nosotros para compartirlo todo con nosotros.
Juntos: Nos postramos ante el Rey del Universo para dedicarle todo tipo de alabanzas desde nuestra vida de esposos, y nunca serán suficientes para pagarle lo que Él nos ha dado y ha hecho por nosotros. Tú nos compraste con Tu Sangre, Señor. A ti te pertenecemos.

Madre,

Nos unimos contigo y con todo el cielo y la tierra a esta oración: ¡Viva Cristo Rey! A Él la gloria y la alabanza por los siglos.