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EVANGELIO

Les enseñaba con autoridad
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 21b-28

En la ciudad de Cafarnaún, y el sábado entró Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas.
Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:
«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Jesús lo increpó:
«¡Cállate y sal de él!»
El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos:
«¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen».
Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

Palabra del Señor.

Dame paciencia.

No estamos llamados a combatir contra los enemigos de fuera, sino contra los de dentro, porque el mal ese que a veces me atormenta, está en mi corazón. El Señor tiene autoridad para hacerlo callar y para echarlo de mi interior.
Pero ¿cuáles son los tiempos de Dios? El tiempo de Dios no se mide en horas, sino en latidos del Corazón de Jesús que ama. Su tiempo es el tiempo de Su amor. Quizás me toque esperar más de lo que me gustaría, pero es por amor. Él sabe cuándo.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Fátima: Rafa, a veces me desespero un poco contigo ¿Sabes? Porque eres tan…, vamos a llamarle «pausado», que me toca esperarte sieeempre…
Rafa: Perdona, Fátima, es que estaba oyendo las noticias y no te he escuchado. ¿Qué decías? Es que todavía no he conseguido hacer dos cosas a la vez. ¿Sabes?
Fátima: Nada, no pasa nada. No era importante.
(Más tarde, mientras preparan la cena)
Fátima: Rafa ¿Qué haces ahí parado delante del microondas?
Rafa: Nada, es que he puesto el guiso de ayer a calentar.
Fátima: Y ¿te vas a quedar ahí mirando el microondas los 20 minutos que faltan?
Rafa: Es que, como da vueltas…, me distrae…
Fátima: ¿Sabes qué he pensado? Ponerte un reclinatorio delante del microondas y un Sagrado Corazón encima. Así al menos, aprovechas para rezar un rato.
Rafa: Jajaja. Vale. Y yo te pondré una capillita de la Virgen encima de cada interruptor para que no te dejes las luces encendidas.
Fátima: Jajaja Al final, me vas a hacer reír y todo. ¡Señor, dame paciencia, porque como me des fuerza…!
Rafa: Jajaja
(Aquel día, en la oración, Fátima descubrió que el Señor le había puesto a Rafa precisamente para ayudarle a hacerse más paciente)

Madre,

Experimentamos la autoridad del Señor en nuestra vida. Alabado sea por siempre