Archivo por días: 26 febrero, 2021

Vía Crucis del Matrimonio 10 Estación

10ª Estación La crucifixión del Señor

V/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Padrenuestro y un Avemaría.

Jesús llega al Calvario y allí le despojan de sus vestiduras. Así, desnudo, para mayor vergüenza, lo clavan en la cruz.

Del Evangelio según san Lucas 23, 33-37 y según san Mateo 27,46:

Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Se repartieron sus vestidos, echándolo a suertes. Estaba el pueblo mirando; los magistrados hacían muecas diciendo: «A otros salvó; que se salve a sí mismo si él es el Cristo de Dios, el Elegido». También los soldados se burlaban de él y, acercándose, le ofrecían vinagre y le decían: «Si tú eres el rey de los judíos, ¡sálvate!».
Y alrededor de la hora nona clamó Jesús con fuerte voz: «Elí, Elí, lemá sabaktaní », esto es, «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».

Comentario

Es el amor lo que ha llevado a Jesús al calvario y ya en la cruz atravesado, sus palabras son de perdón: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen” ¿Cuántas veces pronuncio yo estas palabras cuando he vivido alguna ofensa en nuestro matrimonio? Este es el amor Misericordioso de Dios, el que tenemos que pedirle todos los días para ser misericordiosos con nuestro esposo/a como Él es misericordioso.
Jesús pudo haber evitado aquellas humillaciones, pero no, ni siquiera aceptó el vino con mirra para calmar el dolor, todo era poco por mi salvación, por hacer posible el matrimonio, que se vuelve imposible por la dureza de corazón, porque siempre me creo en la razón, porque no acepto tus debilidades, porque me cuesta pedir perdón y me cuesta perdonar. Cristo muere en la Cruz para hacer posible que, con Él, nos amemos como Él nos ama.
¡Tanto te amo Cristo en la Cruz! Que si lo supieras llorarías. Si alguna vez brotan las lágrimas ante su Santa Pasión, no te domines, pero procura que tu llanto acabe en un propósito de amor y dile sinceramente: Te entrego mi vida, entregándome a mi esposo/a todos los días de mi vida, me clavo en la cruz gustosamente ante la ingratitud, la incomprensión, la oscuridad de sentirme abandonado.
A veces me faltan las fuerzas ante la distancia. Ese vacío inmenso que siento cuando se separan nuestras almas, que están llamadas a ser una. Entonces, grito como Tú, Señor: ¿Por qué me has abandonado? Es el momento de la fe, de la fe en que estás en nuestro matrimonio, que
nuestra unión es posible gracias a Ti, que nosotros lo hemos rasgado, pero Tú, Jesús, sí eres fiel y no nos abandonas. Tú nos sostienes y nuestro amor no muere. ¡Bendito seas en esta prueba de amor y confianza! Es el momento de orar juntos. Son pruebas que hacen fuerte nuestro amor y debemos superarlas pasando por la humillación, por el reconocimiento de nuestras debilidades y finalmente por el perdón.

Oración

Señor, dame la gracia de clavarme en la cruz gustosamente por amor a mi esposo/a, a nuestro matrimonio, que mi corazón grite: “Padre perdónalo porque no sabe lo que hace” y esté dispuesto a padecer por la resurrección de nuestro amor.
Tú te has entregado hasta el final, quedándote sin nada, sin ropas, sin honra, sin amigos, como un vil delincuente, lo has aceptado y abrazado por amor, porque una sola alma se salve y sea feliz, porque un solo matrimonio pueda volver a realizar el sueño del Padre desde el principio, porque conoces la gloria de la resurrección. Es el poder de Dios que hace nuevas todas las cosas, lo roto, lo imposible; sólo por la Cruz, por la puerta estrecha. Señor, desde que subiste a la cruz, que era signo de fracaso, la has transformado en camino de salvación. Porque de Ti, crucificado, brota el Amor de Dios, que ha demostrado ser más fuerte que la muerte.
Que nosotros, Señor, no rechacemos hoy el amor que nos ofreces, abandonándote por otros dioses, que tantas veces me llevan a la insatisfacción, a la tristeza. Que te ame a través de mi esposo/a, sin guardarme nada para mí, entregándome en la cruz por amor a él,
como Tú lo hiciste por amor a mí. No quiero mirar mi dolor sino el de mi amado. Quiero verte a Ti en mi esposo/a.

V/ Señor, pequé.
R/ Señor, ten piedad de mí y de mi familia.

Dignos del Amor. Comentario para Matrimonios: Mateo 5, 20-26

EVANGELIO

Vete primero a reconciliarte con tu hermano.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás», y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: Todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «necio», merece la condena de la “gehena” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

Palabra del Señor.

 

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES pincha aquí:  http://wp.me/P6AdRz-D1

Dignos del Amor.

Hemos sido creados con una dignidad enorme, por haber sido creados a imagen y semejanza de Dios. Por eso es tan grave que nos despreciemos el uno al otro. Esta dignidad se nos ha sido dada para que amemos como Él. Sí, hemos sido creados a imagen del Amor absoluto, con la capacidad y la responsabilidad de amarnos como Él.
La indisolubilidad del matrimonio tiene una belleza enorme, y es porque nuestro amor es imagen del Amor de Dios, y por tanto, es un amor que no acaba, o no sería amor. Cuando no nos tratamos según esta dignidad que Dios nos ha conferido, según esta grandeza que Dios ha puesto en nuestra existencia, estamos despreciando el don de Dios.
Esposos, dejémonos de chorradas y apuntemos alto, aspiremos a lo que Dios ha pensado para nosotros. El amor de comunión.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Jaime: Vivía una vida sin sentido. De vez en cuando me revelaba contra ello y provocaba una crisis conyugal. Mi mujer me decía que tenía un carácter cíclico, pero la verdad es que no me conformaba con que viviésemos dos vidas paralelas bajo el mismo techo. Yo esperaba algo más de la vida, pero no sabía qué ni cómo lograrlo, hasta que descubrí el amor verdadero.
Lucía: Mi esposo y yo habíamos sido creados para algo mucho más grande que ser esclavos de la rutina del día a día. Habíamos sido creados para entregarnos el uno al otro, como Dios se entrega. Desde que descubrimos esto, la prioridad en nuestra vida es nuestro amor y ahora sí que me llena mi vida, todo cobra sentido y vivo una vida por la que merece la pena vivir.

Madre,

Danos un corazón Grande para amar, danos un corazón grande para luchar… hombres nuevos amando sin fronteras… Madre de los esposos, ruega por nosotros.