Lo mejor es irresistible. Comentario para Matrimonios: Mateo 7, 7-11

EVANGELIO

Todo el que pide recibe.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 7-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!».

Palabra del Señor.

 

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Lo mejor es irresistible.

Parece que asociamos los placeres al demonio y esta asociación es completamente falsa. Los placeres los inventó Dios, y son buenos. El pecado viene antes del placer, cuando lo buscamos egoístamente. Hagamos la voluntad de Dios y Él sabrá darnos lo mejor.
Para el Señor, darnos lo mejor, es irresistible.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Pedro: Antes buscaba disfrutar y era un amargado. Ahora busco hacer la voluntad de Dios y es verdad que me cuesta, pero Él me hace vivir unas experiencias maravillosas: La paz, el amor de comunión, la alegría, veo la belleza en todo, veo su mano en todo…
Marina (Esposa de Pedro): A mí me pasa igual. Recuerdo que estaba muy obcecada con la ropa, la estética en general. Tú lo estabas con el trabajo, el deporte… Pero nuestra casa era un infierno. No éramos felices. Entonces tuvimos ese encuentro con el Señor y le dijimos: “Señor, yo me encargo de tus cosas y Tú encárgate de las mías”. Y pusimos como prioridad todo lo que Él nos había pedido: Nuestra vocación al matrimonio, la unidad de nuestra familia, la ayuda a los matrimonios de nuestro alrededor. Y es cierto que Dios da el ciento por uno. Yo soy testigo de eso. ¡Qué grande has sido con nosotros, Señor!

Madre,

Somos muy afortunados de tener un Padre que nos ame tanto. No somos conscientes de hasta qué punto somos afortunados. Alabado sea nuestro Dios, sea por siempre bendito y alabado. Amén.

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