Archivo por días: 10 junio, 2023

Más que nadie. Comentario para Matrimonios: Marcos 12, 38-44

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EVANGELIO

 

Esta viuda pobre ha echado más que nadie.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 38-44

En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo:
«¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, y aparentan hacer largas oraciones. Éstos recibirán una condenación más rigurosa».
Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante.
Llamando a sus discípulos, les dijo:
«En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

Palabra del Señor.

Más que nadie.

En nuestra relación con Dios o con nuestro esposo, puede que nos planteemos buscar huecos de nuestro tiempo para dedicárselos, y el resto parece necesario entregarlo a otras tareas. La experiencia es que, cuando entregamos más de lo que en teoría podemos entregar y además lo entregamos “limpio de vanidades”, se produce un cambio en nuestra vida, porque esa entrega es la que Dios más valora. Ahí tenemos a Abrahán dispuesto a entregar a su unigénito, a María dispuesta en secreto a ser apedreada acusada de adulterio o al mismísimo Cristo entregándose a sí mismo como ofrenda a Dios escondiendo su divinidad a los ojos de los hombres. Éstos son los que saborean la gloria de Dios.
El reto como esposos en Cristo es entregar “más que nadie” y “limpio de vanidades” en el arca de las ofrendas.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Almudena: Andrés, leyendo este Evangelio me he acordado de todas esas veces que me acoges y me escuchas en momentos que te viene fatal, pero que sabes que necesito que me escuches. A veces noto que estás un poco nervioso, porque llegas tarde a algún sitio o porque tienes algo importante y urgente que hacer, pero tú siempre me das prioridad.
Andrés: Por supuesto, Almudena. Eres lo más importante para mí y por tanto, eres mi prioridad. Todo lo demás pasará, pero nuestro amor no pasará, porque es obra del Espíritu Santo, y el Espíritu es eterno. Tú y nuestro amor sois para la eterndad.
Almudena: Qué bonito, Andrés. Me encanta tenerte por esposo. Doy muchas gracias a Dios por ti.
Andrés: Sí, dáselas a Él porque mi amor por ti es obra Suya.
Almudena: Alabado sea Dios.
Andrés: Alabado sea por siempre.

Madre,

Dios nos permite participar de Su amor. Eso nos lo exige todo ¿Qué menos? A Él la gloria y la alabanza por los siglos.