Archivo por meses: mayo 2023

Se cumplirá. Comentario para Matrimonios: Lucas 1, 39-56

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EVANGELIO

 

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-56

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamo:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu Vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».
María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia – como lo había prometido a nuestros padres – en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Palabra del Señor.

Se cumplirá.

Hoy celebramos la Visitación de María a Su pariente Isabel. Es precioso porque hoy nos abre María Su corazón para mostrarnos Su alegría, Su sencillez, que se siente predilecta de Dios y que tiene inscrita la historia de salvación en Su corazón. Ella está alegre porque la salvación tuya y mía está al llegar.
Ella, desde el cielo, sigue alegre confiando en el poder de Dios.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Carlos: Rezando el Magníficat, descubro que el Corazón de María está lleno de confianza en el amor de Dios y alegría por la salvación que vendrá después.
Almudena: ¿Y qué más? Cuéntame qué consecuencias trae eso para ti o para nosotros hoy.
Carlos: A veces nos venimos abajo porque nos quedamos demasiado anquilosados en la destrucción del pasado. Pero mirar al futuro con confianza, produce alegría.
Almudena: ¿Quieres decir que si nos falta alegría es porque no miramos al futuro con confianza?
Carlos: Exacto. Pero una confianza no basada en un positivismo autoimpuesto e irracional. Una confianza basada en el Amor y el Poder de Dios. Hay una promesa ¿Sabes? Una Alianza. Y eso nos da la garantía.
Almudena: Igual que la alianza Matrimonial es una garantía para los que creemos en el Sacramento del Matrimonio.
Carlos: Nuestro amor será llevado a cumplimiento, Almudena. Me parece una maravilla poder decirlo y me da ganas de proclamarlo como María. ¡Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador…!

Madre,

Gracias por mostrarnos Tu Corazón. Es precioso.

¿Necesitas más? Comentario para Matrimonios: Marcos 10, 28-31

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EVANGELIO

 

Recibiréis en este tiempo cien veces más, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 28-31

En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».
Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más – casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones -, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros».

Palabra del Señor.

¿Necesitas más?

Tenemos un anhelo de sobreabundancia porque Dios nos lo ha sembrado en el corazón para que le deseemos a Él, deseemos nuestra relación con Él, y en definitiva deseemos deificarnos en Él. Es un anhelo muy fuerte que tira de nosotros, pero si lo canalizamos por las cosas del mundo, nos puede llevar al desastre de la soberbia: creer que con mis fuerzas puedo calmar ese anhelo a base de hacerme «sobreabundante» a mí mismo.
Pero según el Evangelio, esto es al revés. En la medida en que dejemos cosas materiales, relaciones mundanas, criterios mundanos, sospechamos de nuestra inteligencia mundana… empezaremos a recibir cien veces más de lo de Dios, que es lo que nos puede hacer sobreabundantes de verdad.
Hablamos de la sabiduría de los pequeños, la atracción irresistible de los sencillos, las uniones del Espíritu Santo infinitamente más fuertes y hermosas que las uniones carnales…
En definitiva, recibiremos ahora en este tiempo ¡cien veces más! Y es Palabra de Dios.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ramón: Cariño, me doy cuenta de que a la gente le cuesta acercarse a mí. Incluso a nuestros hijos les causo cierto respeto.
Carmen: Y ¿has descubierto el motivo?
Ramón: Creo que sí. Hace tiempo que te vengo observando en tu relación con la gente, y veo que no infundes respeto, no sé cómo decirte, que todo el mundo te quiere y se acerca a ti sin miedo. Eres una mujer tan sencilla…
Carmen: En realidad eso de que se me acerque la ge te es obra de Dios. Veo mis limitaciones que son muchas y no las escondo. Si cometo una torpeza, pues la comento y dejo que la gente se ría de mí. Antes me preocupaba esto, pero hace tiempo que Dios me permitió renunciar a mi imagen porque sólo me importa que destaquéis Él y tú. El Espíritu hace que en lugar de provocar rechazo, la gente quiera estar conmigo.
Ramón: Yo en cambio, llevo tiempo labrándome un prestigio, pero eso hace que a la gente le dé cierto respeto acercarse a mí, y mantienen las distancias. Me siento muy solo. Creo que tengo que abandonar mi prestigio y aprender de ti. ¿Me ayudas?
Carmen: Sí. Además, tú en realidad no eres así. Tu verdad es mucho más hermosa que la fachada que presentas al mundo. Yo te prefiero tal como eres. Eres muy pequeño y muy bonito.
Ramón: Gracias Carmen.

Madre,

Te hiciste esclava del Señor y veo todo lo que has recibido de Dios. ¡Impresionante! Gracias por tu ejemplo, bendita Madre.

Predilecta. Comentario para Matrimonios: Juan 19, 25-34

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EVANGELIO

 

Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 19, 25-34

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre:
«Mujer, ahí tienes a tu hijo».
Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed».
Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca.
Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

Palabra del Señor.

Predilecta.

Hoy celebramos la memoria de Santa María Madre de la Iglesia. Una celebración introducida en el calendario litúrgico el día después de Pentecostés, por el Papa Francisco, después de que San Juan Pablo la incluyese en las letanías del rosario en 1980 y S. Pablo VI la declarase en 1964 Madre de la Iglesia, es decir, de todo el pueblo cristiano. María no es una más, tiene una relación especialísima con la Santísima Trinidad y la tendrá siempre, porque Ella será siempre Madre del Hijo, Hija inmaculada predilecta del Padre y Esposa del Espíritu Santo, para toda la eternidad, y Madre de la Iglesia, también para siempre. María es el ser humano no divino más admirado de la historia de la humanidad. Y Dios le concede unos privilegios inmensos que Ella derrama sobre nosotros como buena Madre que es.
Madre, nos encanta ser hijos tuyos ahora y para siempre.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Mª Jesús: Tengo poquísimo tiempo para resolver todos los preparativos de la boda de nuestra hija. Y no sé cómo lo voy a hacer. Pero todo saldrá bien.
Julio (Esposo de Mª Jesús): Pues no te veo nada nerviosa. Me extraña porque en otras circunstancias similares en el pasado, estarías atacada.
Mª Jesús: No me pongo nerviosa porque le he pedido a mi Madre del cielo que me eche una mano.
Julio: Mujer, la Virgen no está para esas cosas tan nimias.
Mª Jesús: ¿Que no? Pues mírala en la bodas de Caná. Ella es Madre, y está en todos los detalles, mucho más que cualquier otra madre. Ella no quiere que esté nerviosa contigo y además quiere que salga todo bien, así que, seguro que se encarga de todo. Yo confío en Ella. Ya verás.
Julio: La verdad, es que ya tenemos experiencia de lo bien que cuida a los que se consagran sinceramente a Ella. Confío yo también.

Madre,

Damos muchísimas gracias a Dios por la Madre que nos ha dado. Ayer recibimos el don del Espíritu y hoy te recibimos a ti como Madre. ¿Qué más podemos desear? Muchas gracias por tus cuidados, Madre, vemos tu mano en nuestras vidas constantemente. Sentimos tanto Tu cariño hacia nosotros…, Tu amor imparable hacia todos los esposos. Con qué fuerza nos empujas para que vayamos en auxilio de todos ellos. Eres Madre, sobre todo, Madre. Que Dios te bendiga siempre.

El don del Amor. Comentario para Matrimonios: Juan 20, 19-23

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EVANGELIO

 

Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo; recibid el Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Palabra del Señor.

El don del Amor.

Sólo hay algo tan importante como para que el Señor se vaya de nuestro lado, y es la venida de Su Espíritu. Él es la clave de nuestra santidad, de nuestro matrimonio, de nuestra caridad conyugal, de nuestra alegría… Dios da al hombre aliento de vida y el Señor con su aliento nos da la Vida eterna. El Espíritu Santo está en nosotros, aprovechemos este maravilloso don que Cristo nos da con tanto gozo. Por fin, Su Espíritu en Nosotros. Alabado sea el Señor.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Luis: Carmen, creo que podemos aspirar a superarnos a nosotros mismos en todos los ámbitos, porque hay una fuerza sobrenatural en nosotros y es la fuerza de la Persona del Espíritu Santo.
Teresa: Estoy muy conmovida con esto del que el Amor de Dios resida en nosotros y entre nosotros. Me parece tan precioso que muera Él para dejarnos Su Amor.
Luis: Es maravilloso porque el Espíritu nos purifica para quitarnos de encima las losas que nos oprimen, nos renueva para sacar de lo viejo algo nuevo, nos dignifica para elevarnos hacia Dios, nos da sabiduría, inteligencia… para ver y entender más allá, nos hace vivir cosas tan maravillosas como la paz, ese equilibrio que necesito experimentar en mi interior… Y sobre todo, la caridad que nos une y nos hace realmente uno, que esto es lo que más nos satisface. Me encanta reflexionar sobre todo lo que hemos recibido por el Espíritu.
Teresa: Estoy de acuerdo contigo. Tenemos que reflexionar más y tomar conciencia de lo que hemos recibido con el Espíritu Santo. ¡Es brutal!

Madre,

Hoy las lenguas de fuego se reavivan sobre nuestras cabezas. No existe en el mundo mayor fuerza que la del Espíritu Santo. Dame la docilidad para acogerle y servir a Sus designios. Dame más fe, más esperanza y más amor para recibirle con la mayor disposición. Alabado seas, Espíritu de Dios.

Camino VIP. Comentario para Matrimonios: Juan 21, 20-25

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EVANGELIO

 

Este es el discípulo que ha escrito esto, y su testimonio es verdadero.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 21, 20-25

En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?».
Al verlo, Pedro dice a Jesús:
«Señor, y este, ¿qué?».
Jesús le contesta: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme».
Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?».
Este es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni el mundo entero podría contener los libros que habría que escribir.

Palabra del Señor.

Camino VIP.

Nos gusta eso de ser exclusivos. Pues mira por dónde, el Señor tiene un camino VIP especialmente diseñado para mí ¿No es impresionante? ¿De qué me quejo? ¿Es que no me fío de Él? Es el mejor camino que puede haber para mí, por lo que no tiene ningún sentido que mire el de los demás. Mi respuesta tiene que ser de mucho agradecimiento por pensar en mí y llamarme. ¡Que sí! Que a Él no se le escapa nada, ni lo que me preocupa, ni lo que me parece injusto… todo lo tiene bajo control. A mí sólo me resta intentar seguir el camino que me ha marcado y lo hago impulsado por la fuerza de la fe.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Sara: Señor, no puedo evitar ver la soberbia de mi esposo. Se cree que sabe más y no me escucha.
El Señor: Sara ¿Y a ti qué? Tú sígueme, mira cómo me entregué yo por mi Esposa pecadora y entrégate tú amando igual que yo. ¿Me quieres amar amando a tu esposo?
Juanjo: Señor, estoy cansado de soportar siempre las mismas situaciones con mi esposa. No está dispuesta a ceder en nada. Una y otra vez vuelve con lo mismo para salirse con la suya.
El Señor: Juanjo, ¿Y a ti qué? Tú sígueme. Eres el esposo, entrégate como yo me entregue a mi Esposa en una situación injusta. ¿No quieres estar conmigo?

Madre,

En las vísperas de Pentecostés, estamos atentos a Ti. Te pedimos que nos des la fe y la esperanza que le diste a los discípulos en estos días anteriores a la venida del Espíritu Santo.