Archivo por días: 16 marzo, 2023

Adiós al castillito. Comentario para Matrimonios: Lucas 11, 14-23

EVANGELIO

 

El que no está conmigo está contra mí.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 14-23

En aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo.
Sucedió que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron:
«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:
«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín.
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».

Palabra del Señor.

 

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Adiós al castillito.

Uno se sentía fuerte, con sus criterios: ha establecido unas agarraderas con las que sentirse seguro desde el punto de vista económico con unos ahorrillos y una casa, físico haciendo un poquito de ejercicio, de la salud con chequeos anuales al menos, emocionales poniendo las ilusiones en los planes de fin de semana y vacaciones, sentimentales con algún libro de autoayuda o cursitos de cómo vivir en pareja e incluso espirituales calmando nuestras conciencias con la eucaristía dominical. Pero uno no está bien, no tiene paz interior, no tiene alegría…
Cuando ya tiene uno su castillito montado, llega el Señor, de repente, y te tira todo por tierra. Nada de eso vale si uno no tiene una relación íntima y profunda con Dios, nada de eso vale si no estamos viviendo nuestra vocación como Dios lo pensó.
Entonces empezamos a poner el Evangelio en nuestra vida conyugal y empezamos un itinerario para matrimonios, y nos damos cuenta de que todas aquellas agarraderas son ficticias, vamos que son “pa na” y hay que volver a construir una nueva estructura de vida que nos convenza, y poco a poco vamos implantando los planes de Dios en nuestra vida y Sus criterios y los mismos sentimientos de Cristo. Todo se hace nuevo, las motivaciones, las prioridades, las esperanzas, ¡Todo! Descubrimos lo que dice Cristo en la última frase de este Evangelio: “el que no recoge conmigo desparrama”.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marta: Nuestro amor había enmudecido. Lo sobrenatural y lo trascendental no existían en nuestras vidas. Sólo hablábamos de cosas prácticas, de tareas y obligaciones, decisiones…
Juan: De repente, ocurrió algo que yo calificaría de misterioso. Entró en nuestra relación “por el dedo de Dios”, una nueva Vida. Entró en nuestro hogar el reino del Amor. Y comenzaron a cambiar nuestros corazones. Cuando estábamos juntos, nos comunicábamos un bien. Antes estábamos como divididos entre nosotros, como si perteneciésemos a reinos diferentes, y claro, íbamos a la ruina. Caería nuestra casa sobre la casa de nuestros hijos, que algún día serían nuestros jueces por haberles arruinado la vida. Era muy triste.
Marta: Empiezas procurando vivir en Gracia, frecuentando los sacramentos, y poco a poco, a base de mirar a Cristo Esposo, vas tomando conciencia de que Él forma parte también de tu relación con tu esposo. Así que intentas amar de verdad. Dejas de agarrarte a las excusas de siempre, dejas de empeñarte en ver al otro peor que tú, dejas de devolverle sus faltas de amor con la misma moneda, porque entre tú y él, está Cristo. Te planteas cada vez si lo que vas a decirle se lo dirías a Cristo, si el juicio que le vas a hacer en tus pensamientos se lo harías a Cristo, si lo que vas a dejar de hacer por él lo dejarías de hacer por Cristo. Eso es poner al Señor en medio ¿no? Claro, Él te ha dado tanto… que no puedes desearle nada malo, no decirle nada malo ni criticarle… todo es poco.
Juan: Y no solo eso, que tiene que ver con nuestra voluntad. Ocurre algo sobrenatural, y es que experimentas como entra realmente en nuestro matrimonio Alguien que es más fuerte que yo y que ella, Alguien que nos une más fuertemente de lo que nosotros podríamos hacerlo, y en Él se resume todo, se centra todo, se recoge todo.

Madre,

Los esposos que no están con Jesucristo, están contra Él, y si no recogen con Él los frutos del Amor, desparraman sus dones y desparraman toda su vida. Dejemos que Ese que es más fuerte, entre en nuestras vidas y nos quite todas esas armas de las que nos fiábamos. Por Jesucristo Tu Hijo nuestro Señor. Amén.