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RETIRO PARA MATRIMONIOS JÓVENES EN ÁVILA 3-5 MARZO

RETIRO MATRIMONIOS JÓVENES ÁVILA 3-5 MARZO DE 2023

Proyecto Amor Conyugal en colaboración con la Delegación de Familia y Vida de la Diócesis de Ávila y de la Diócesis de Madrid os invita a participar en un retiro para Matrimonios jóvenes, con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).

¿A quién va dirigido este retiro? a todos los esposos unidos por el Sacramento del Matrimonio o aquellos que en el momento de la inscripción no tienen impedimento alguno para contraer el Sacramento del Matrimonio, y que quieran vivir una EXPERIENCIA de AMOR juntos, estén en crisis o no. A todos los que quieran fortalecer y reavivar su Sacramento del Matrimonio.

FECHAS: Será desde el viernes 3 de marzo a las 18:00h hasta el domingo 5 de marzo a las 17:30h.

LUGAR: Seminario Diocesano de Ávila. Av. de la Inmaculada, 9, 05005 Ávila
Geolocalización: https://goo.gl/maps/pGbFa1pzehyVGuEW8

PRECIO: (Incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos)

  • Adultos: 290 € por matrimonio.
  • Niños: 95 € por niño

Suplemento económico para ayuda a otras familias: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros matrimonios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.

Subvenciones: Si alguna familia no puede asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.

 

INSCRIPCIÓN: Para realizar la inscripción, pincha aquí. A partir del lunes 6 de febrero a las 20 h

¿Cuándo? Lo antes posible. Se suele llenar en pocos minutos.

Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la reserva de plaza y daros las instrucciones para realizar el pago o indicaros si estáis en lista de espera. En caso de que no hubiese plazas disponibles.

Para consultar cualquier duda o ponerte en contacto con nosotros, escríbenos a retiro.jovenes@proyectoamorconyugal.es

Sobre Proyecto Amor Conyugal: https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.

Detener la ola. Comentario para Matrimonios: Marcos 6, 14-29

EVANGELIO

 

Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 14-29

En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él.
Unos decían:
«Juan el Bautista ha resucitado, de entre los muertos y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él».
Otros decían:
«Es Elías».
Otros:
«Es un profeta como los antiguos».
Herodes, al oírlo, decía:
«Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado».
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado.
El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener a la mujer de su hermano.
Herodías aborrecía a Juan y quería matarlo, pero no podía, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía. Al escucharlo quedaba muy perplejo, aunque lo oía con gusto.
La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.
La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven:
«Pídeme lo que quieras, que te lo daré».
Y le juró:
«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino».
Ella salió a preguntarle a su madre:
«¿Qué le pido?».
La madre le contestó:
«La cabeza de Juan el Bautista».
Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió:
«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.
Al enterarse sus discípulos fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.

Palabra del Señor.

 

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Detener la ola.

El mal arrastra a un mal mayor y así, hasta llegar a consecuencias impredecibles. Todo empieza por un pecado de adulterio cometido por Herodes y Herodías. El siguiente paso es forzar a que todo el entorno apruebe esa situación, justificando una situación de pecado. Es lo típico del adulterio.
Pero Juan el Bautista, no lo aprueba, así que, el siguiente avance del pecado es provocar el odio hacia Juan. La unión entre Herodías y Herodes, es consecuencia evidente de la concupiscencia del rey, que es arrastrado por ella en el baile de la hija de Herodías (de su esposo Filipo), envolviéndole hasta el punto de perder los papeles ofreciéndole cualquier cosa que pida, bajo juramento.
La imprudencia del rey unida al odio de Herodías que se sirve de su hija incitándola al mal por sus fines maléficos, arrastra a éste a una situación que no desea, pero interviene la vanagloria de no retractarse de tal decisión fruto de su deseo desenfrenado, llevándole a cometer asesinato.
Tremenda ola de pecado que arrasa con la dignidad de ambos y siembra la injusticia y la muerte. Concupiscencia, mentira, adulterio, odio, imprudencia, incitación al mal, vanagloria y asesinato.
Qué importante es evaluar las consecuencias del mal para detenerlo en el momento de la tentación y no dejarnos llevar por los deseos desordenados.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Alberto: Según el compromiso que nos fijamos la última vez, cada vez que caigo tomo conciencia de las consecuencias de mi pecado. Anoto en el cuaderno la tentación, el pecado al que me ha llevado y las consecuencias que ha traído para mí, para ti y para los demás. Descubro que el pecado produce unas consecuencias desoladoras y me domina arrastrándome a hacer lo que no quiero.
Carmen: Yo he llegado a la misma conclusión. Lo vivo como una posesión que se adueña de mí y pierdo el control. Ahora lo que hago es, cada vez que me vuelve la tentación, repaso las consecuencias que me trajo las veces anteriores, y tomo conciencia del mal al que he llegado y que será mayor en el futuro si no lo atajo. Al contemplar el destrozo, me ayuda a superar la tentación y no buscar ese primer placer momentáneo que acaba convirtiéndose en algo horrible. Por ejemplo, el otro día que me sentí juzgada injustamente, y busqué justicia recriminándotelo. Acabamos ofendiéndonos mutuamente y nos hicimos mucho daño. Estuvimos varios días heridos, tristes y con gestos mutuos de desprecio. Fue horrible. Hoy, se ha vuelto a repetir la situación, he recordado lo que pasó y he decidido amarte en ese momento. Las consecuencias han sido maravillosas.
Alberto: Sí, me he dado cuenta. He vivido un momento en el que te he acusado y tú has reaccionado bien y me has salvado de la situación. Gracias, Carmen.

Madre,

Rezamos a diario el rosario y estamos seguros de que estás con nosotros y nos defiendes del maligno. Es tremendamente destructiva la cadena del mal y es maravillosa la cadena del amor. Nos unimos a Cristo en su obra redentora. Alabado sea el Señor.

Insatisfechos. Comentario para Matrimonios: Lucas 2, 22-40

EVANGELIO

 

Mis ojos han visto a tu Salvador.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 22-40

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».
Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

Palabra del Señor.

 

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Insatisfechos.

Si no estuviésemos insatisfechos, no nos moveríamos. En esta vida viviremos la insatisfacción permanente hasta el último de nuestros días. Esta insatisfacción de la que hablamos, puede arrastrarme a la desesperación, porque no acabo de encontrar eso que busco, porque no se acaban de satisfacer mis deseos. Nuestro matrimonio se encamina hacia una permanente búsqueda de la perfección, del conocimiento mutuo, de ese amor que no acaba de saciarse. La pieza que falta para dar estabilidad, equilibrio a esa permanente insatisfacción se llama Esperanza. En el Cantar de los Cantares se refleja muy bien esa hermosa búsqueda entre el amante y el amado que no cesa, pero que siempre espera alcanzar el culmen. La clave de Simeón fue esa, la Esperanza que surge de la fe y que lleva le lleva a la paz.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Almudena: Me dan ganas de tirar la toalla. No sé qué más hacer por nuestro matrimonio. Y a mi esposo parece que no le importa nada, no hace nada, no se esfuerza, siempre tengo que tirar yo del carro…
Matrimonio Tutor: Creemos que te faltan horas adorando al Santísimo.
Almudena: Pero eso ¿Qué tiene que ver? El problema es de mi esposo que no se esfuerza.
Matrimonio Tutor: Eso es lo que tú crees, el problema es que te falta fe y por eso estás perdiendo la esperanza. Apoyas tus argumentos en tus fuerzas, en lo que tú haces, en lo que tu esposo hace, y no te das cuenta de que vuestro matrimonio es una obra de Dios. Te falta fe. Haznos caso. Adora al Santísimo y verás.
(Unas semanas más tarde)
Almudena: Teníais razón. Me he visto tan pequeña a Su lado… Gracias. He retomado mi sacramento con una esperanza renovada.

Madre,

Tenemos fe, pero aumenta nuestra fe para seguir viviendo nuestra vocación con Esperanza y alcanzar la paz. Alabado sea el Señor. Sólo Él basta.

RETIRO MATRIMONIOS TALAVERA (TOLEDO) 3-5 MARZO 2023

RETIRO MATRIMONIOS TALAVERA (TOLEDO) 3-5 MARZO 2023

Dones o sensaciones. Comentario para Matrimonios: Marcos 6, 1-6

EVANGELIO

 

No desprecian a un profeta más que en su tierra.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 1-6

En aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:
«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?».
Y se escandalizaban a cuenta de él.
Les decía:
«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe.
Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

Palabra del Señor.

 

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Dones o sensaciones.

San Juan Pablo II dice que estamos más receptivos a las sensaciones que a los dones de Dios, porque las sensaciones y los sentidos están a flor de piel y son lo primero que nos llega, mientras que los dones se encuentran en lo más profundo de la persona y hay que adentrarse para descubrirlos. Esto les ocurría a los contemporáneos de Jesús, se dejaban llevar por las sensaciones y no eran capaces de contemplar el inmenso don de Dios que tenían ante sus narices: Su único Hijo.
Por culpa de mi pecado, las sensaciones y los prejuicios me impiden ver la plenitud de la verdad y la belleza de mi esposo como don de Dios. Además, mi pecado no sólo afecta al entendimiento sino también a mi memoria, de manera que no soy capaz de reconocer los cambios que se han producido en mi esposo, porque sigo juzgándole por su pasado, impregnado de pecados que cometió, pidió perdón por ellos, y no ha vuelto a cometer. El perdón también es un don de Dios que hace nuevas todas las cosas, y puede que me cueste alcanzar a reconocerlo.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios en su esposo. Señor, que vea.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Juanjo: ¿Por qué no te fías de mí?
Marta: Porque nunca te pones en mi lugar, siempre me dejas sola ante tu familia y se ensañan conmigo. Y tú, los defiendes porque eres como ellos.
Juanjo: Marta, no me reconozco en lo que hablas. Eso era hace 10 años, antes de mi conversión. Fíjate como utilizas palabras como “nunca”, “siempre”… Estás dejándote llevar por tus sensaciones, pero no es la verdad. Tú eres mi prioridad y te lo he demostrado muchas veces. Por favor, reconoce que te amo, que estoy a tu lado, que me importas muchísimo. Eres lo único que me importa. Contigo he aprendido a ser cortés, delicado, sensible al sufrimiento de los demás… Me he hecho más sociable… Y de todo el daño que te hice en el pasado, te he pedido perdón y le he pedido perdón a Dios. Por favor, confía en mí. Yo te cuido y te protejo.
Marta: Tienes razón, perdóname. Es que me invade el miedo cada vez que vamos a estar con ellos, porque pueden herirme.
Juanjo: Eres maravillosa. Tú sé lo que eres y ellos irán descubriéndote. Ya verás.
Marta: Menos mal que te tengo. Gracias Señor por mi esposo.

Madre,

Dios es tan bueno y tan generoso, que derrama abundantes gracias sobre nosotros. Es Nuestro Padre y no escatima en dones, como vemos claramente por habernos enviado a Su Hijo único. Lo reconozco también en mi esposo. Alabado sea nuestro Señor.