Proyecto Amor Conyugal en colaboración con la Parroquia Santo Cristo de la Misericordia, Boadilla del Monte (Madrid) os invita a participar en un retiro para Matrimonios, con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).
¿A quién va dirigido este retiro? A todos los esposos unidos por el Sacramento del Matrimonio y que quieran vivir una EXPERIENCIA de AMOR juntos, estén en crisis o no. A todos los que quieran fortalecer y reavivar su Sacramento del Matrimonio.
FECHAS: Será desde el viernes 31 de marzo a las 18:00h hasta el domingo 2 de abril a las 17:30h.
LUGAR: Casa de Espiritualidad Mártires Oblatos. Avenida Juan Pablo II, 45. 28224 Pozuelo de Alarcón (Madrid)
PRECIO: (Incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos)
Adultos: 295€ por matrimonio.
Suplemento económico para ayuda a otras familias: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros matrimonios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.
Subvenciones: Si alguna familia no puede asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.
¿Cuándo? Lo antes posible. Se suele llenar en pocos minutos.
Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la reserva de plaza y daros las instrucciones para realizar el pago o indicaros si estáis en lista de espera. En caso de que no hubiese plazas disponibles.
Sobre Proyecto Amor Conyugal:https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.
Vosotros orad así.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así:
“Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».
Palabra del Señor.
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De la mano.
Me parece que la oración del Padrenuestro no puede ser más perfecta. Lo tiene todo. Pone a Dios en Su sitio y a nosotros en el nuestro. Somos fundamentalmente hijos, y somos pequeños, necesitados. El mayor desorden es dejar de serlo, y creernos buenos o exigir a otros que lo sean. A ver si dejo ya de hacerlo con mi esposo. Por eso le da el Señor tanta importancia al perdón, porque es la única manera de garantizar la convivencia y la comunión. Líbranos del mal, Señor, sobre todo del orgullo de no aceptarme miserable, la vanidad de creerme mejor que mi esposo y el egoísmo de exigirle porque en el fondo no dejo de pensar en mí.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Sergio: A veces se me olvida quién soy, que soy polvo y en polvo me convertiré. Me ayuda mucho en cada oración tomar conciencia de quién soy y quién es Dios, de mi vida y de la Vida que no es visible, pero que es la que de verdad importa. Me ayuda ver la imagen de ti y de mí, cogidos de la mano como hermanos, ante el gran Dios Infinito y Todopoderoso. Vernos tan poquita cosa, que exigirnos el uno al otro es vanidad de vanidades. Lo único que cabe hacer es ofrecer nuestra pequeñez y ayudarnos mutuamente a no alejarnos de Su sombra.
Mercedes (Esposa de Sergio): Sí, me doy cuenta de que te he exigido que seas más perfecto de lo que eres muchas veces, sin entender, que no tengo ningún derecho, porque la primera que no consigo ser más perfecta soy yo. A veces no me lo acepto a mí misma, y es por pura vanidad. Soy mendiga de la gracia de Dios que es la única que me salva. El otro día, cuando estábamos en el retiro de matrimonios, en los testimonios del final, me daba cuenta de lo hermoso que es cuando uno de aquellos esposos se reconocía públicamente miserable, reconocía que no lo estaba sabiendo hacer, pero tenía mucha esperanza puesta en Dios. Ellos lloraban y nos hacían llorar de alegría, y creo que en nuestro corazón hay un pequeño reflejo de lo que es el Corazón de Cristo. Un corazón contrito y humillado implorando Su gracia, Él no lo desprecia. Lo ve precioso, como yo los veía preciosos a todos los que se presentaban así. Es hermoso ser pequeños y considerarnos pequeños hijos del buen Padre.
Sergio: Dame la mano, miremos al cielo y recemos juntos: “Padre Nuestro…”
Madre,
El Padrenuestro nos coloca en nuestro sitio. Estamos deseando que venga a nosotros Su reino, es tan maravilloso… Mientras no lo vivamos en plenitud, seguiremos perdonándonos con gusto, que es nuestro único camino para el crecimiento en el amor. Alabado sea nuestro Padre que tanto nos ama y al que tanto necesitamos. Amén.
V/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos
R/ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Padrenuestro y un Avemaría.
Los romanos emplearon como pena de muerte la crucifixión. El reo de muerte debía llevar el madero, instrumento de suplicio, hasta el lugar previsto: fuera de la ciudad, para mostrar más claramente que era un indeseable.
Del Evangelio según San Juan 19,16-17:
Entonces Pilato se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús; y él, con la cruz a cuestas, salió hacia el lugar llamado de la Calavera que en hebreo se dice Gólgota.
(cf. Mt 27,31; Mc 15,22).
Comentario
Jesús toma la cruz. La abraza. Y le pesa. Le abre las heridas de sus hombros llagados. ¡Qué duro se hacen los pasos por la Vía Dolorosa! En torno a Él se forma un
cortejo de curiosos y de gente sin escrúpulos que aprueba la injusticia. Pero, a pesar de su debilidad, avanza sudoroso y sediento, con una sed de amor.
Nosotros, ahora, no podemos permanecer impasibles ante el Señor que carga con todas nuestras debilidades. Porque la cruz, que era signo de oprobio, va a ser instrumento de nuestra salvación. Y al contemplar a Jesús sentimos en nuestro interior, una vez más, su invitación constante: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz de cada día y sígame».
Jesús la carga sin un gesto de desagrado, más lleno de amor que de dolor. Es el medio designado por Dios para redimir al mundo. Mira dentro de sí a Dios y le dice: Padre en obediencia a ti y por tu amor, la abrazo. Le miraba presente dentro de sí mismo y la divina presencia le mantenía sereno y constante en el amor.
Y ¿yo cómo acojo la cruz de cada día, las pequeñas pruebas o grandes de nuestro matrimonio, miro dentro de mi esposo/a y veo a Dios en su corazón y lo abrazo? ¿o cargo con resignación lleno de gestos de desagrado y descontento, pensando en lo a gusto que me quedaría si pudiese quitármelo de encima?
¿Cómo actúo ante el peso de los pecados del esposo?:
– No acepto su debilidad. No estoy dispuesto a aguantar sus ofensas, ni sus carencias y pecados. Me centro en mi autocompasión, y escucho a Satanás el acusador: “Cuánto dolor te ha causado. Merece un castigo. Tiene que corregir y tiene que cambiar de una vez… antes de perdonarle.”
– O por el contrario, ¿Me echo sobre mis espaldas su pecado por amor, uniéndolo al Sacrificio de Cristo para su redención?, ¿Miro al Padre aceptando de buen grado y por obediencia esa situación como voluntad suya?
Jesús es camino, verdad y vida. Si no sigo su camino de cruz, no veré la verdad y no alcanzaré la vida.
Oración
Señor ayúdame a tomar mi cruz, la de cada día, la que tanto me cuesta y tanto me santifica. Que no le tenga miedo a la cruz, a esa cruz del dolor, de la enfermedad, de las incomprensiones… Que sepa ver en ella Tu voluntad; porque la cruz, llevada con amor es santificante, es redentora. Enséñame, Señor, a amar la cruz, a abrazarme a ella. Que nunca deje de mirarte y acepte las actitudes y debilidades de mi esposo, por adversas y dolorosas que sean, como voluntad Tuya para nuestra santificación y la de nuestros hijos.
V/ Señor, pequé.
R/ Señor, ten piedad de mí y de mi familia.
Proyecto Amor Conyugal en colaboración con la Parroquia de Sto. Domingo de la Calzada (Alcorcón) y San Antonio y Espíritu Santo (Aranjuez) os invita a participar en un retiro para Matrimonios, con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).
¿A quién va dirigido este retiro? A todos los esposos unidos por el Sacramento del Matrimonio y que quieran vivir una EXPERIENCIA de AMOR juntos, estén en crisis o no. A todos los que quieran fortalecer y reavivar su Sacramento del Matrimonio.
FECHAS: Será desde el viernes 24 de marzo a las 18:00h hasta el domingo 26 de marzo a las 17:30h.
LUGAR: Real Centro Universitario Escorial- María Cristina Pº de Los Alamillos, 2 – San Lorenzo de El Escorial (Madrid)
PRECIO: (Incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos)
Adultos: 330€ por matrimonio.
Suplemento económico para ayuda a otras familias: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros matrimonios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.
Subvenciones: Si alguna familia no puede asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.
¿Cuándo? Lo antes posible. Se suele llenar en pocos minutos.
Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la reserva de plaza y daros las instrucciones para realizar el pago o indicaros si estáis en lista de espera. En caso de que no hubiese plazas disponibles.
Sobre Proyecto Amor Conyugal:https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.
Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.
Entonces los justos le contestarán:
“Señor, ¿Cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿Cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestirnos?; ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”.
Y el rey les dirá:
“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.
Y entonces dirá a los de su izquierda:
“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”.
Entonces también estos contestarán:
“Señor, ¿Cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”.
Él les replicará:
“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”.
Y estos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna».
Palabra del Señor.
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“Cada vez”
A la hora de enfrentarme a un examen ¡Cuánto me hubiera gustado haber tenido las preguntas por adelantado! ¿Verdad?
Pues Jesús nos ama tanto que nos da las preguntas del examen más importante de nuestra vida. Todos seremos examinados de amor y Jesús quiere que aprobemos para pasar a la vida eterna con Él. “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos… conmigo lo hicisteis”. Y resuena en mi mente ese “cada vez”, “cada vez”. Puede ser ahora, puede volver a ser dentro de 10 min. Cuánto puedo entregarle a Jesús a través de mi esposo, “cada vez”, porque todo lo que le hago a mi esposo (y aún más especialmente por nuestro sacramento matrimonial) ¡A Cristo se lo hago!
Aterrizado a la vida matrimonial:
(Sed) Jaime: Miriam, gracias a ti porque tenía sed del Amor verdadero y no lo sabía. Tú supiste ayudarme a profundizar en la Verdad. Me diste lo que necesitaba mi alma.
(Forastero) Miriam: Jaime gracias por ayudarme a integrarme en tu familia de origen. Qué duro es para algunos esposos, que sus suegros o cuñados los traten como forasteros, y no los consideren plenamente parte de la familia. En cambio tú te has ocupado de hablarles a tus padres bien de mí, dándome un lugar preferencial y teniéndome siempre todo tipo de detalles para que no me sienta sola y te sienta a mi lado.
(Desnudo) Jaime: Miriam, me doy cuenta de que tienes la visión más positiva de mí de todas las personas que me rodean. Tú siempre me excusas y me transmites esperanza cuando equivoco el camino. Siempre encuentro en ti un apoyo, una mano a la que agarrarme cuando todos los demás me han retirado la suya. Puedo mostrarme desnudo ante ti, sin miedo a sentirme juzgado con dureza.
(Enfermo) Miriam: Yo valoro mucho cómo estás siempre a mi lado en la enfermedad, pendiente de mí, mientras he visto a otros esposos abandonar a sus mujeres hartos de tener que soportar sus problemas de salud. Dichoso tú, porque cada vez que lo hiciste conmigo, a Cristo se lo hiciste.
(En la cárcel) Jaime: Dichosa tú, porque cada vez que me has visto preso de mi pecado, no me has subestimado, no me has machacado pensando en el daño que te hacía, sino que has pensado en mí y me has ayudado a liberarme. Cada vez que lo hiciste conmigo, a Cristo se lo hiciste.
Madre,
Ruega por nosotros para que cada día nos amemos y eso nos una más a Cristo, viviendo el amor de comunión al que estamos llamados desde el principio, cuando fuimos creados. No hay mejor destino para nosotros. El Señor nos ama mucho. Alabado sea el Señor.