Archivo por días: 6 noviembre, 2022

Para reventar. Comentario para Matrimonios: Lucas 20, 27-38

EVANGELIO

 

No es Dios de muertos, sino de vivos.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-38

En aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y preguntaron a Jesús:
«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano”. Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer».
Jesús les dijo:
«En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección.
Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».

Palabra del Señor.

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Para reventar.

Los sacramentos los ha instituido el Señor para que Su gracia permanezca con nosotros y de esta forma sea posible vivir en este mundo como hijos de Dios. Concretamente el Sacramento del Matrimonio es una gracia que permanece en nosotros y nos da lo necesario para vivir nuestro matrimonio como Dios lo pensó.
Pero en el cielo no existen ya los Sacramentos, porque no necesitamos de signos o mediaciones. Estamos con el Señor, estamos en el Señor, de manera que allí nuestro cuerpo se someterá a nuestra alma y esto nos permitirá vivir una unión más grande, más plena, incluso con nuestro propio esposo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Luis: Nosotros podemos decir que, ha sido el Señor el que ha salvado nuestro matrimonio. Probamos otras técnicas humanas pero no fueron estas las que nos salvaron, sino la gracia de Dios. ¿No crees?
Teresa: Totalmente. Dios es un Dios de vivos, Él ha intervenido en nuestra vida, ha utilizado mediaciones, pero Su poder es incuestionable, insuperable.
Luis: Me pregunto cómo será nuestra relación cuando estemos en el cielo, porque aquí es maravillosa, pero sigue existiendo en nuestro corazón una lucha interior que a veces dificulta nuestra relación. Pero cuando lleguemos al cielo y no tengamos esa lucha ¿cómo será la unión entre nosotros?
Teresa: Será indescriptible. Estamos súper a gusto con el Cristo Eucaristía. Estamos súper a gusto el uno con el otro, nos reconocemos como don de Dios, pero en el cielo, esas uniones serán plenas. Disfrutar de mi unión aquí contigo, me hace entender un poquito de lo que será cuando lleguemos al cielo si Dios quiere.
Luis: Será para reventar de maravillosa. Gloria a Dios.

Madre,

El premio al final de nuestra vida, será inmenso. Merece la pena luchar para alcanzar ese Amor que llegaremos a vivir juntos con Dios. Alabado sea por siempre.