EVANGELIO
Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 3,15-16.21-22
En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
“Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego”.
Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma, y vino una voz del cielo:
“Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco”.
Palabra del Señor.
Anuncio en Almería: José Luis y Magüi realizarán un anuncio el sábado 15 de enero a las 19:30 en la parroquia de Ntra. Señora de Monserrat, Av. Padre Méndez, 26.
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“Conectados”.
Celebramos el bautismo del Señor. El bautismo es esa brecha que conecta el cielo con la Tierra a través de aquellos que reciben el Espíritu. Ahora se trata de mantener ese canal abierto para ser capaces de ver al Espíritu en todas las situaciones y dejarnos guiar por Él. Por el bautismo Dios nos hace sus hijos amados, en quienes se complace porque estamos en el Hijo. Estoy profundizando en esa brecha que une el cielo con la Tierra para descubrir cada vez más las cosas de mi Padre.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Ana: ¡Mira, una boda! Teresa, ¿Qué ves tú en esos recién casados?
Teresa: Yo veo una pareja que ahora mismo se les ve felices pero que no saben lo que les espera. Viven un espejismo. ¿Y tú?
Ana: Yo veo un milagro de Dios. Veo a un hombre y una mujer cuyo amor ha sido elevado a sacramento y por él, Dios los ha hecho uno. Veo a un hombre y una mujer que han sido creados el uno para el otro con la misión de vivir una comunión como la que vive Dios y así ser sal de la tierra y luz del mundo.
Teresa: Muy bonito, pero eso no es real. Tú ves visiones.
Ana: Eso es real, y si ellos quieren, Dios lo va a hacer real. No somos dignos de la grandeza de la misión que es Suya y que Él nos ha encomendado.
Madre,
Me encanta ver la acción del Espíritu. Son tantas las situaciones en las que Dios nos ha mostrado la grandeza de nuestra vocación…, que solo me queda descalzarme ante Él y alabarle. Alabado sea Dios.