EVANGELIO
Aquel que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.
Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?
No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:
«Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”.
¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil?
Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.
Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».
Palabra del Señor.
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¡Hay Esperanza!
Posponerse incluso a sí mismo ante el Señor. ¿Cómo hacer eso? Y ¿Qué motivación tengo para hacerlo? Descubrir al Señor es entrar en una perenne contemplación, de Él, de Su obra, de Su plan… Hemos realizado este fin de semana el primer retiro de novios, renunciando a nosotros mismos. Estamos absortos con los frutos que Ntra. Madre ha dado en ellos. Querida Iglesia, ¡Hay esperanza! Lo hemos visto este fin de semana. 42 parejas de jóvenes dispuestos a descubrir la verdad del Sacramento del Matrimonio, dispuestos muchos de ellos a seguir aprendiendo, dispuestos muchos de ellos a colaborar para que otros lo conozcan. ¿Es para admirarse de la obra de Dios? Cielo y Tierra pasarán, más Su Palabra no pasará. ¡Gloria a Dios!
Aterrizado a la vida de los novios:
Novios que tienen una luz nueva, que han cambiado totalmente su perspectiva sobre el matrimonio, otros que deciden casarse por la Iglesia cuando no lo tenían previsto, novios que al ver sus padres admirados cómo llegaban sus hijos del retiro han decidido hacerlo ellos también. Novios que los han notado cambiados sus familiares y amigos… Promesas de recuperar la virginidad en el corazón… Muchas ganas de empezar de nuevo un noviazgo, pero esta vez, tal como Dios lo pensó.
Es el Amor de Dios, la bomba atómica del amor, que ha estallado entre los jóvenes novios. A saber hasta dónde llega la onda expansiva…
Madre,
Nos has demostrado que ¡Hay esperanza para el matrimonio y la familia del futuro! ¡Gracias por esta experiencia!