Todas las normas (puntualidad, orden, limpieza…) deben estar sometidas al amor a mi esposo/a.
¡Si no tengo amor, nada soy!
Si no tengo amor, nada soy. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 2, 23-28
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Todas las normas (puntualidad, orden, limpieza…) deben estar sometidas al amor a mi esposo/a.
¡Si no tengo amor, nada soy!
Qué importante es que restituya la confianza con mi esposo/a después de un perdón sincero, para recuperar la relación.
María, Madre de los esposos, Tú empujas a Cristo a purificar nuestro matrimonio, convirtiendo nuestra agua en el mejor vino. Un vino agradable a Dios.
Jesús me dice: ¿Tu esposo/a es pecador/a? Pues «arremángate» que necesita ser sanado/a, yo quiero sanarlo/a y tú eres el medio que necesito.
Cada vez que acojo a mi esposo o renuncio a algo y me entrego, Cristo se hace presente, porque en nuestro amor de esposos, está Él.