Archivo por meses: enero 2019

Amar de antemano. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 1, 40-45

EVANGELIO

La lepra se la quitó, y quedó limpio
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme». Compadecido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio». La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que sirva de testimonio». Pero, cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.

Palabra del Señor.

Avisos:

  • Retiro en Madrid: 18-20 de enero (Casa Oblatos) Pedir por los frutos.
  • Anuncio en Valencia: (Inauguramos ciudad!!) Viernes 25 de enero a las 20:30 en la parroquia de San Pascual Bailón.
  • Retiro en Sevilla: 15-17 de febrero en Betania. Infórmate aquí: http://wp.me/p6AdRz-1xN

(De los siguientes retiros no se han abierto las inscripciones. Informaremos más adelante)

  • Retiro en Madrid: 8-10 de marzo (Casa Oblatos)
  • Retiro en Barcelona: 15-17 de marzo (Casa de Espiritualidad María Inmaculada, Tiana)
  • Retiro en Cádiz (Chipiona): (Inauguramos ciudad!!!) 10-12 de mayo, Santuario de Regla.
  • Retiro en Navarra (Javier): 31 de mayo, 1 y 2 de junio.

Amar de antemano.

“Eso es imperdonable”, escuchamos algunas veces. Pero esa frase no es cristiana. Es una pasada que Cristo nos ama tanto que siempre que le pidamos perdón, nos diga, hagamos lo que hagamos y por grave que sea: “Quiero: Queda limpio”. ¿Qué esposo le diría a su esposa: Te amo tanto, que me hagas lo que me hagas, te perdonaré siempre? O viceversa con la esposa… ¿Puede haber un amor de un esposo hacia su cónyuge, que sea más grande que todos sus pecados? Creo que sólo es posible si nos amamos con el amor de Dios.

A los que hemos tenido esa experiencia del amor de Dios en nuestro matrimonio, el Señor nos dice hoy: ve a presentarte al sacerdote, a ese matrimonio que sufre, a esos esposos que no creen, y muéstrales quién eras para tu purificación y lo que Dios ha hecho contigo y con tu matrimonio, para que sirva de testimonio.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Sara: (Llorando amargamente y en tono de desesperación) ¡Me ha sido infiel! Me ha estado engañando y encima me echaba a mí la culpa. Me siento despreciada, traicionada. Le he dado todo, mi virginidad, mi vida… Cuando se lo conté a mi amiga Lucía, me dijo “¡Esto es imperdonable!”. Es así, esto, no tiene remedio.
Matrimonio Tutor: Sara, entendemos tu dolor y tu sufrimiento. Es una situación durísima, pero ahora te está pidiendo perdón. Está arrepentido, y tienes que esforzarte por perdonarle. Por tu bien, por su bien y por el bien de tu familia.
Sara: Ya, eso lo decís muy fácil porque vosotros no estáis en mi lugar y no sabéis lo que es esto. ¿Perdonaríais si os hubiese sido infiel vuestro esposo?
Matrimonio Tutor: Hace falta un amor muy grande para perdonar eso. Pero nosotros creemos que Dios nos pediría que lo hiciéramos, y Él nos daría las fuerzas para hacerlo. No nos cabe ninguna duda. Pero tendríamos que estar muy cerca Suya para que fuese Él quien lo hiciese con Sus fuerzas.
Sara: Pues eso necesito yo. Su fuerza.
Matrimonio Tutor: La tendrás, Sara. Nosotros te ayudaremos a acercarte a Él. Ya verás cómo sana tu corazón y vuestro matrimonio.
Sara: Y vosotros ¿Por qué hacéis esto? ¿Por qué os metéis en estos problemas?
Matrimonio Tutor: Porque el Señor te ama demasiado para dejarte sola, y nos envía. Gloria a Él.

Madre,

Qué grande es el amor que Dios me tiene. No sé si algún día llegaré a saber la envergadura de Su amor, inabarcable a lo largo, a lo ancho, a lo alto… En tal inmensidad se pierden todos mis pecados. Gloria a ti por siempre Señor.

I go, I go a casa a… Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 1, 29-39

EVANGELIO

Curó a muchos enfermos de diversos males
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.
Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron:
«Todo el mundo te busca».
Él les responde:
«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido».
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.

Palabra del Señor.

Avisos:

  • Retiro en Madrid: 18-20 de enero (Casa Oblatos) Rezad por los frutos.
  • Anuncio en Valencia: (Inauguramos ciudad!!) Viernes 25 de enero a las 20:30 en la parroquia de San Pascual Bailón.

(De los siguientes retiros no se han abierto las inscripciones. Informaremos más adelante)

  • Retiro en Sevilla: 15-17 de febrero en Betania. Infórmate aquí: http://wp.me/p6AdRz-1xN
  • Retiro en Madrid: 8-10 de marzo (Casa Oblatos)
  • Retiro en Barcelona: 15-17 de marzo (Casa de Espiritualidad María Inmaculada, Tiana)
  • Retiro en Cádiz (Chipiona): (Inauguramos ciudad!!!) 10-12 de mayo, Santuario de Regla.
  • Retiro en Navarra (Javier): 31 de mayo, 1 y 2 de junio.

I go, I go, a casa a…

El Evangelio de hoy nos muestra el final de un día en la vida cotidiana de Jesús. Cuando se retira a descansar a casa de Pedro, se encuentra con la suegra enferma y no puede evitar curarla. Muchas veces, vamos a casa con el “chip” de los Enanitos de Blancanieves: “I go, I go, a casa a descansar…”. Pero al llegar, nos encontramos situaciones que requieren de nuestra atención más incluso que el resto del día, porque nos necesitan. Jesús no pone su descanso como prioridad a la necesidad de los demás, sino que descansa en la voluntad del Padre.

Dice San Juan Pablo II (Catequesis 22 de octubre de 1980): La concupiscencia, impide la entrega en el servicio al esposo, porque se le da un “valor no bastante apreciado”. Se le “desvaloriza”, no reconociendo la dignidad que le corresponde. Parece que deja de merecerse ser servido con la intensidad con que lo hace Cristo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ramón: Hoy estoy especialmente cansado. Tengo unas ganas de llegar a casa… (Canturreando en el coche) I go, I go…
(Al llegar a casa)
Ramón: Hola, Marta. ¿Qué te pasa? Te pasa algo, te noto rara.
Marta: Si no sabes lo que me pasa, empezamos mal.
Ramón: Vaya… algo he hecho mal, claramente. Pues perdona mi torpeza, pero no sé qué he hecho mal, de verdad.
Marta: Hace tiempo que estoy mal, te lo he dicho ya muchas veces, y no haces nada.
Ramón: (Piensa: Antes pensaría que ya está otra vez con lo mismo, que siempre está mal, que siempre está reclamando y con su victimismo… pero ahora sé que esto son síntomas de que necesita más atención, sentirse querida y valorada, así que es el momento de renunciar a mi cansancio y acercarme a ella hasta que me cuente todo lo que le pasa. Después, si Dios quiere, descansaré.)

(Al acabar aquel día, Marta se abrazó a Ramón. Marta se sentía mucho mejor, y Ramón sentía haber hecho lo que ella se merecía, porque su esposa vale un montón.)

Madre,

Hoy vemos a Jesús, cercano al sufriente: Sobre todos y cada uno de los enfermos, ponía Sus santas manos, cerca de ellos, tocando su dolor. Cuando me acerco a mi esposo y “toco” su dolor, entonces comprendo su valor. Vale mucho y me duele verle sufrir.
Después de una larga noche de curaciones, se levanta de madrugada para orar. He ahí el secreto de Su amor, nos ve con la mirada del Creador. Enséñanos también a perseverar en ese amor. Amén.