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Antes de fiarme de mí. Comentario para Matrimonios: Juan 3, 31-36

EVANGELIO

 

El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 31-36

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz.
El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.

Palabra del Señor.

Aviso:
Retiro en Badajoz: 28-30 de abril. Quedan plazas libres.
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Antes de fiarme de mí.

Señor, ¿quién no busca la verdad? Entre nosotros muchas veces discutimos por defender nuestra verdad, pero, ¿quién está realmente en la verdad? Sólo Tú, Señor, eres la Verdad, porque procedes del que es la Verdad y das testimonio de Él. Por tanto, antes de fiarme de mí, debo fiarme de Ti. Mientras continúe defendiéndome, no obtendré más que frutos mundanos: enemistad, disensiones, discusiones, contiendas, etc. Como en Caná de Galilea, debo limitarme a hacer lo que Tú digas, porque sólo así mi vida producirá frutos del Espíritu.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Laura: (En la oración conyugal) Señor, si Tú no hubieras compartido Tus criterios conmigo, mi vida no sería la misma. Cuántas veces recuerdo cuando me dijiste que Tus caminos no son nuestros caminos. Hasta en el modo de pulir mi corazón, reconozco que eres veraz y reconozco Tu verdad. Veo los efectos que produce en mí cuando me dejo pulir.
Manuel (Esposo de Laura): Señor, yo también veo que eres veraz en mí y en otros como mi esposa que han decidido seguirte. Incluso me das acceso a contemplar su verdad desde Tu mirada y sólo la verdad me hace libre de resentimientos y rencores. Sólo Tu verdad me da la vida. Cariño, qué sería de nosotros si Cristo no hubiera venido a mostrarnos la Verdad. ¿Dónde estaríamos tú y yo? ¿A dónde iríamos sin conocer la Verdad? Me dan escalofríos sólo de pensarlo.
Laura: Debe ser terrible vivir al margen de la verdad. Me parece una gozada que el Señor haya querido compartir todo esto con nosotros.

Madre,

El Señor no da el Espíritu con medida. Permite que inunde nuestros corazones para llenarnos de Él. Alabado sea el Espíritu Santo. Amén