Archivo por meses: marzo 2023

Extraordinaria cotidianidad. Comentario para Matrimonios: Mateo 5, 43-48

EVANGELIO

 

Sed perfectos como vuestro Padre celestial.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo» y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

Palabra del Señor.

 

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Para rezar el VIA CRUCIS DEL MATRIMONIO 11ª Estación haz click AQUÍ

Extraordinaria cotidianidad.

El Señor nos envía para hacer algo extraordinario: Amar en lo cotidiano. San Juan Pablo, en sus catequesis, nos invita a buscar lo extraordinario que hay en lo ordinario de nuestra vida conyugal. Vivimos el día a día sin tomar conciencia de la grandeza de la vida y de la misión que Dios nos ha encomendado, porque en cada signo de amor entre nosotros, hacemos presente el Amor de Cristo.
Solemos buscar lo extraordinario de la vida fuera de nuestra vida cotidiana. Hoy podríamos decir: Si sólo amo a mi esposo cuando me ama ¿Qué hago de extraordinario? Ahí, amándole en su pecado, hay una belleza, que no soy capaz de ver. Amemos como nuestro Padre celestial y descubriremos ¡lo extraordinario del amor cotidiano!

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ana: No me quiere, no tiene detalles conmigo, no me ayuda en casa, no habla conmigo ni me cuenta sus cosas, está absorbido por su trabajo, tiene mal humor… ¿Es esto lo maravilloso del matrimonio? Si cambia me lo creeré, pero de momento, no me creo nada.
Jaime: Ella está histérica la mitad de los días, no le gusta cómo soy y me quiere cambiar, todo el día corrigiéndome, no valora mi trabajo, siempre que hablamos es para recriminarme todo lo que no he hecho por ella, no hace más que quejarse… Yo creo que el problema está en ella, y la que tiene que cambiar es ella.
Matrimonio Tutor: Bueno, parece que tenéis facilidad para ver los defectos del otro. Pero ¿Por qué no os amáis? ¿Qué os impide amaros?
Ana: Pues ¿No te lo he dicho ya? ¿Cómo voy a querer a un hombre que me hace la vida imposible?
Jaime: La que me hace la vida imposible eres tú, Ana.
(Después de rezar juntos el Espíritu Santo les ilumina y…)
Ana: Jaime, podemos seguir así toda la vida, tirándonos los trastos el uno al otro, o podemos optar por amarnos a pesar de las limitaciones y pecados del otro. Dios me ama a pesar de mis pecados. Cuanto más peco, más interés pone en rescatarme. Una pregunta, Jaime: Si yo estuviera en el fango, medio hundida, ya casi no pudiera respirar y cada vez se hundiera más, ¿te lanzarías a rescatarme?
Jaime: ¡Pues claro!
Ana: ¿Y cómo te sentirías después de haberme salvado? ¿Después de una heroicidad en la que te has jugado la vida por mí?
Jaime: Me sentiría muy aliviado, contento, feliz. Te colmaría de besos.
Ana: En eso consiste el matrimonio, en salvarnos el uno al otro entregando vuestra vida. Jaime, los dos estamos en el fango, medio asfixiados por la vida, por las prisas, por nuestras debilidades, por los problemas… Mirémonos así y luchemos por salvarnos mutuamente. ¿Te parece?
Jaime: Me parece genial.

Madre,

Es maravilloso lo extraordinario del amor. Al principio cuesta, es desagradable, pero luego trae consigo unos frutos maravillosos. Qué misericordioso es Dios Padre, que envió a Su Hijo único para que nos mostrase la grandeza del amor. Alabado sea el Señor.

Viacrucis del matrimonio Estación 11ª

11ª Estación Jesús promete su Reino al ladrón arrepentido

 

V/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Padrenuestro y un Avemaría.

A la derecha e izquierda de Jesús han crucificado a dos malhechores. Y mientras uno lo insulta, el otro reconoce sus errores y se da cuenta de la grandeza del que va a morir junto a él.

Del Evangelio según San Lucas 23,39-43:

Uno de los ladrones crucificados le injuriaba diciendo: ¿No eres tú el Cristo? Sálvate a ti mismo y a nosotros. Pero el otro le reprendía: ¿Ni siquiera tú que estás en el mismo suplicio, temes a Dios? Nosotros, en verdad, estamos merecidamente, pues recibimos lo debido por lo que hemos hecho; pero éste, no hizo mal alguno. Y le decía: Jesús, acuérdate de mí, cuando llegues a tu Reino. Y le respondió: En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el Paraíso.
(cf. Mt 27,44; Mc 15,32b).

Comentario

Allí está Jesús, cosido al madero, contado entre los malhechores. Estas dos vidas, que también se están apagando junto a Él, son el ejemplo de tantas existencias apartadas de Dios; apartadas incluso de los hombres, porque están ancladas en el egoísmo, en la desesperanza, en la falta de ideales nobles.
A pesar de mis limitaciones y pecados, no puedo tener una visión pesimista y oscura de mi vida. La Misericordia y la Gracia de Dios son más grandes que nuestros pecados. La promesa de Cristo al buen ladrón es una invitación a luchar por amor hasta el último instante. No podemos tener miedo a acogernos al perdón de Dios. No nos ha de preocupar perder alguna escaramuza, lo importante es luchar por ganar la última batalla.

Oración

Señor, nos vemos pecadores, y nos avergüenza no haber estado, no estar, a la altura de las circunstancias. Que no permanezcamos indiferentes o desesperados ante nuestros errores. Enséñanos a reaccionar, a luchar para salir del pecado, y ayudar también a mi esposo/a a salir de él. Que sepamos estar muy pegados a Ti; y nos lleves al cielo cuando te lo «roguemos», como el ladrón arrepentido.

V/ Señor, pequé.
R/ Señor, ten piedad de mí y de mi familia.

Ver las maravillas. Comentario para Matrimonios: Mateo 5, 20-26

EVANGELIO

 

Vete primero a reconciliarte con tu hermano.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás», y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: Todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «necio», merece la condena de la “gehena” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

Palabra del Señor.

 

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Para rezar el VIA CRUCIS DEL MATRIMONIO 10ª Estación haz click AQUÍ

Ver las maravillas.

El Señor es muy claro: Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. De esto tenemos experiencia: Si juzgamos con nuestros criterios, ya nos podemos preparar para sufrir y hacer sufrir. Si vemos la vida con los ojos de Dios, si somos capaces de descubrir el don en nuestro esposo y en nuestro matrimonio, entonces viviremos un anticipo del Reino de los Cielos aquí en la Tierra a través de nuestro matrimonio.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Juan: El cambio de mirada. Esa ha sido la clave de nuestro matrimonio. Si lo vemos como Dios lo ve, si lo vemos como una oportunidad para crecer en la dignidad de los hijos de Dios, para entregarnos y actuar a Su imagen, para enriquecernos el uno del otro aprendiendo de nuestras diferencias, si vemos nuestra relación como un camino para aprender a amar hasta llegar a amarnos en cualquier situación y ser libres por fin de nuestras concupiscencias, si vivimos nuestro matrimonio con sobrenaturalidad… La vida cambia y vivimos el Reino del Amor.
Leticia: Me encanta el vuelco que está dando nuestro matrimonio desde que lo intentamos vivir como Dios lo pensó y desde que contamos con Su gracia. Él nos hace ver las maravillas de los dones que nos ha entregado, nos hace mirarnos como Él nos mira, nos hace experimentar Su gloria a través de Su Amor, que es el Espíritu Santo. Esta experiencia del matrimonio como Dios lo pensó no debería perdérsela nadie.
Juan: Ya te digo…

Madre,

Dios nos ha dado tanto, que nunca le podremos pagar por todo lo que nos ha entregado. Alabado sea Dios por introducirnos en Su relación Esponsal. Alabado sea Dios por el don del Matrimonio, por el don del Espíritu Santo.

Vía Crucis del Matrimonio Estación 10ª

10ª Estación La crucifixión del Señor

 

V/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Padrenuestro y un Avemaría.

Jesús llega al Calvario y allí le despojan de sus vestiduras. Así, desnudo, para mayor vergüenza, lo clavan en la cruz.

Del Evangelio según san Lucas 23, 33-37 y según san Mateo 27,46:

Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Se repartieron sus vestidos, echándolo a suertes. Estaba el pueblo mirando; los magistrados hacían muecas diciendo: «A otros salvó; que se salve a sí mismo si él es el Cristo de Dios, el Elegido». También los soldados se burlaban de él y, acercándose, le ofrecían vinagre y le decían: «Si tú eres el rey de los judíos, ¡sálvate!».
Y alrededor de la hora nona clamó Jesús con fuerte voz: «Elí, Elí, lemá sabaktaní », esto es, «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».

Comentario

Es el amor lo que ha llevado a Jesús al calvario y ya en la cruz atravesado, sus palabras son de perdón: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen” ¿Cuántas veces pronuncio yo estas palabras cuando he vivido alguna ofensa en nuestro matrimonio? Este es el amor Misericordioso de Dios, el que tenemos que pedirle todos los días para ser misericordiosos con nuestro esposo/a como Él es misericordioso.
Jesús pudo haber evitado aquellas humillaciones, pero no, ni siquiera aceptó el vino con mirra para calmar el dolor, todo era poco por mi salvación, por hacer posible el matrimonio, que se vuelve imposible por la dureza de corazón, porque siempre me creo en la razón, porque no acepto tus debilidades, porque me cuesta pedir perdón y me cuesta perdonar. Cristo muere en la Cruz para hacer posible que, con Él, nos amemos como Él nos ama.
¡Tanto te amo Cristo en la Cruz! Que si lo supieras llorarías. Si alguna vez brotan las lágrimas ante su Santa Pasión, no te domines, pero procura que tu llanto acabe en un propósito de amor y dile sinceramente: Te entrego mi vida, entregándome a mi esposo/a todos los días de mi vida, me clavo en la cruz gustosamente ante la ingratitud, la incomprensión, la oscuridad de sentirme abandonado.
A veces me faltan las fuerzas ante la distancia. Ese vacío inmenso que siento cuando se separan nuestras almas, que están llamadas a ser una. Entonces, grito como Tú, Señor: ¿Por qué me has abandonado? Es el momento de la fe, de la fe en que estás en nuestro matrimonio, que
nuestra unión es posible gracias a Ti, que nosotros lo hemos rasgado, pero Tú, Jesús, sí eres fiel y no nos abandonas. Tú nos sostienes y nuestro amor no muere. ¡Bendito seas en esta prueba de amor y confianza! Es el momento de orar juntos. Son pruebas que hacen fuerte nuestro amor y debemos superarlas pasando por la humillación, por el reconocimiento de nuestras debilidades y finalmente por el perdón.

Oración

Señor, dame la gracia de clavarme en la cruz gustosamente por amor a mi esposo/a, a nuestro matrimonio, que mi corazón grite: “Padre perdónalo porque no sabe lo que hace” y esté dispuesto a padecer por la resurrección de nuestro amor.
Tú te has entregado hasta el final, quedándote sin nada, sin ropas, sin honra, sin amigos, como un vil delincuente, lo has aceptado y abrazado por amor, porque una sola alma se salve y sea feliz, porque un solo matrimonio pueda volver a realizar el sueño del Padre desde el principio, porque conoces la gloria de la resurrección. Es el poder de Dios que hace nuevas todas las cosas, lo roto, lo imposible; sólo por la Cruz, por la puerta estrecha. Señor, desde que subiste a la cruz, que era signo de fracaso, la has transformado en camino de salvación. Porque de Ti, crucificado, brota el Amor de Dios, que ha demostrado ser más fuerte que la muerte.
Que nosotros, Señor, no rechacemos hoy el amor que nos ofreces, abandonándote por otros dioses, que tantas veces me llevan a la insatisfacción, a la tristeza. Que te ame a través de mi esposo/a, sin guardarme nada para mí, entregándome en la cruz por amor a él,
como Tú lo hiciste por amor a mí. No quiero mirar mi dolor sino el de mi amado. Quiero verte a Ti en mi esposo/a.

V/ Señor, pequé.
R/ Señor, ten piedad de mí y de mi familia.

¡Un planazo! Comentario para Matrimonios: Mateo 7, 7-12

EVANGELIO

 

Todo el que pide recibe.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 7-12

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los profetas».

Palabra del Señor.

 

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Para rezar el VIA CRUCIS DEL MATRIMONIO 9ª Estación haz click AQUÍ

¡Un planazo!

¿Quién no tiene una preocupación relacionada con el futuro? ¿Qué pasará si…? Puede que viva con miedo o con agobio o me provoque estrés o angustia… ese “qué pasará si…” El demonio quiere que centremos nuestra atención en este tipo de cosas para que no estemos pendientes de lo verdaderamente importante. Muy bien, pues el ejercicio ahora es coger ese motivo que me tiene preocupado, ponerlo en manos del Señor y no volver a darle vueltas, confiado en que Él se encargará. Porque sí, Él se encargará. Y ahora a centrar mi atención en hacer con mi esposo lo que me gustaría que hiciese: Valorarle, conocerle, comprenderle… quererle tal como es. Así y ahora.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Alfonso: Cristina, llevo mucho tiempo pendiente de tus pecados y tus carencias, y ahora quiero descubrir tu misterio y aprender a valorarte más. Voy a apartar mi mirada de lo oscuro, porque eso es obra de satanás y la pondré en lo bello y lo bueno que hay en ti, porque eso es obra de Dios, como dijo la Virgen. Qué mejor estrategia que hacer caso a Ntra. Madre.
Cristina: Gracias, Alfonso. Me quitas un enorme peso de encima. Me encanta tu propuesta. Había ya mucha oscuridad entre nosotros, y estamos tan afanados en mejorarnos mutuamente que no paramos de señalar lo que nos falta o aquello en lo que fallamos. Si te parece, cada cosa que veamos que el otro no hace bien, le pedimos a Dios que Él se encargue, lo dejamos en Sus manos, y nos centramos en valorarnos y conocernos, conocer el don de Dios en nosotros.
Alfonso: Me parece genial. ¡Un planazo para construir un matrimonio!

Madre,

Hacernos responsables de aquello que no está en nuestras manos, nos agobia y nos estresa. A partir de hoy, dejaremos a Dios ser Dios y nos limitaremos a aquello que nos ha encomendado. Alabado sea el Señor que cuida de nosotros siempre, siempre.