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RETIRO MATRIMONIOS en ALICANTE 10-12 NOVIEMBRE 2023

RETIRO MATRIMONIOS en ALICANTE 10-12 DE NOVIEMBRE 2023

Proyecto Amor Conyugal en colaboración con la Parroquia San Martín Obispo de Callosa de Segura (Alicante)  os invita a participar en un retiro para Matrimonios, con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).

¿A quién va dirigido este retiro? a todos los esposos unidos por el Sacramento del Matrimonio o aquellos que en el momento de la inscripción no tienen impedimento alguno para contraer el Sacramento del Matrimonio, y que quieran vivir una EXPERIENCIA de AMOR juntos, estén en crisis o no. A todos los que quieran fortalecer y reavivar su Sacramento del Matrimonio.

 

FECHAS: Será desde el viernes 10 de Noviembre a las 18:00 h hasta el domingo 12 de Noviembre a las 17:30 h.

LUGAR: Hostel Costablanca Explore Casa Maristas. Costa Bella, 70, 03140 Guardamar del Segura, Alicante.

GEOLOCALIZACIÓN: https://goo.gl/maps/A58bx2eJoL74rM4E6

PRECIO: (incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos)
– 300 € por matrimonio.

Suplemento económico para ayuda a otras familias: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros matrimonios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.

Subvenciones: Si alguna familia no puede asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.

INSCRIPCIÓN: Para realizar la inscripción, pincha aquí  (A partir del domingo 8 de octubre a las 20:00 h)

¿Cuándo? Lo antes posible. Se suele llenar en pocos minutos.

Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la reserva de plaza y daros las instrucciones para realizar el pago o indicaros si estáis en lista de espera.

Para consultar cualquier duda sobre el retiro o ponerte en contacto con nosotros, escríbenos a retiros.alicante@proyectoamorconyugal.es

Sobre Proyecto Amor Conyugal: https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.

Un antes y un después. Comentario para Matrimonios: Marcos 2, 18-22

EVANGELIO

 

El esposo está con ellos.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 18-22

En aquel tiempo, como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vinieron unos y le preguntaron a Jesús:
«Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?».
Jesús les contesta:
«¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Mientras el esposo está con ellos, no pueden ayunar.
Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán en aquel día.
Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto, lo nuevo de lo viejo, y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos».

Palabra del Señor.

 

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Un antes y un después.

La mayoría de los matrimonios dicen que para ellos el retiro de Proyecto Amor Conyugal ha sido un antes y un después en su matrimonio. Y es que, cuando haces partícipe realmente al Señor en tu matrimonio, todo cambia. Al principio, hay un cambio relativamente drástico porque se descubre la dignidad de ser esposo, la necesidad de la renuncia de lo mundano para descubrir algo más grande, las diferencias como una complementariedad de la que tenemos que aprender y con la que crecemos, la cruz gozosa como medio de salvación, el perdón como único camino para la unidad entre pecadores, la potencia del Sacramento y la purificación de la mirada como remedio para descubrir la belleza del plan de Dios para los esposos. Y así, comienza a cambiar el matrimonio. Pero la cosa no para ahí, hay un proceso de divinización que lo sigue transformando hasta límites insospechados. Pero eso sí, a vino nuevo, odres nuevos.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Antonio: Por fin lo he visto, esposa. Eres un don de Dios para mí porque Dios está en ti. Y estoy aprendiendo a ver en ti a Dios en todo momento. Cada vez que dejo de hacerlo, te estoy despreciando o depreciando. Viendo a Dios en ti, me relaciono contigo y con Dios a la misma vez. Para mí no hay diferencia, porque Él ha querido que tú le representes para mí.
Clara: Ya, y cuando me enfado o me comporto mal contigo ¿qué haces?
Antonio: San Ignacio nos recuerda que ante la desolación volver a la última consolación. Vivo una tentación contra mi vocación de amarte en lo bueno y en lo malo. Así que, dejo de mirar el momento que estás pasando, entendiendo que es un arrebato momentáneo, pero que tú eres mucho más que esos arrebatos. Y me centro en el último momento maravilloso que he vivido contigo. Así lo anhelo y mi corazón no se aleja del tuyo. En tiempo de tribulación, no hacer mudanza.
Clara: Y así recuperas nuestra relación. Me encanta. Eso tiene que ser obra del Espíritu Santo que actúa en ti por nuestro Sacramento ¿Me ayudas a practicarlo yo también?

Madre,

Cómo me gusta disfrutar del don que me has dado con mi esposo. Cómo me gusta disfrutar de mi vocación cada día. Alabado sea Dios que tanto me ha dado y me da de manera sobreabundante.

Se nos “desvela”. Comentario para Matrimonios: Juan 1, 29-34

EVANGELIO

 

Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 29-34

En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel».
Y Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
“Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”.
Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».

Palabra del Señor.

 

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Se nos “desvela”.

Es el Cordero de Dios, con Su Sacrificio, el que “desvela” la Verdad de Dios, la Verdad del Amor. El misterio de Dios estaba escondido desde toda la eternidad y Cristo viene a mostrarnos la Verdad. Pero esa Verdad sigue “velada” ante nuestros ojos. La entrevemos con los ojos de la fe, la recibimos a través de la gracia sacramental, pero no la vemos aún cara a cara. El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, volverá para desvelarnos la Verdad plena y entonces, veremos a Dios cara a cara. Ya no será a través de mediaciones, ni a través de los Sacramentos, sino en plenitud. Él nos ha dejado Su Espíritu para hacer esto posible desde ya, que poco a poco Él nos vaya desvelando la Verdad, hasta llegar a la Verdad plena. Aproximémonos a ella, dejemos al Espíritu actuar, que nos muestre la Verdad del Amor, la Verdad de la Comunión, de la verdadera Alianza de la que como matrimonio somos signo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Pedro: (Mirando a su esposa a los ojos en el altar nupcial) Cariño, el Señor me ha dado la gracia de ver a Dios en ti. He experimentado la presencia de Dios en ti. No dejabas de ser tú, pero al mismo tiempo era Él. Te abrazaba a ti, pero a la vez, le abrazaba a Él. No eran dos amores, era el mismo amor. Estoy muy sobrecogido por esta experiencia de la presencia de Dios que estoy viviendo en ti. Me desborda, me sobrecoge, me supera…
María: Cuéntame. ¿Qué más ves? Quiero que me hagas partícipe de esta experiencia que Dios te está haciendo vivir.
Pedro: De repente, es como si un velo de nubes se abriese por el centro, y apareciese un sol, una luz en ti, que me hacía ver en tu cuerpo el Amor de Dios que se hacía presente y se dejaba ver en plenitud. Como que toda su divinidad impregnaba toda tu humanidad y siendo tú, eras tú impregnada por Dios completamente. Te miro y veo a Cristo, eres Cristo, pero al tiempo, eres tú. Veo al Padre, y te veo a ti a la vez. Una presencia de Dios como nunca había percibido. Experimento también la maternidad de Dios en tu maternidad… Pido a Dios que me permita seguir participando de esta visión.

Madre,

El Cordero de Dios, quita el pecado del mundo y, desde la pureza del corazón, diviniza al hombre y todas sus capacidades sicosomáticas. Su entendimiento, su voluntad, su afectividad, sus sentidos. La visión plena. Alabado sea Dios y gloria a Él por su bondad.

Con un pecador. Comentario para Matrimonios: Marcos 2, 13-17

EVANGELIO

 

No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 13-17

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él, y les enseñaba.
Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice:
«Sígueme».
Se levantó y lo siguió.
Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran ya muchos los que lo seguían.
Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos:
«¿Por qué come con publicanos y pecadores?».
Jesús lo oyó y les dijo:
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores».

Palabra del Señor.

 

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Con un pecador.

Jesús no ha venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Y yo en cambio, que me considero cristiano ¿No voy a hacerme uno con un pecador? Porque parece que el matrimonio sólo es admisible entre dos justos.
Pues sí, yo tampoco he venido a casarme con un justo, sino que vengo en el nombre del Señor a contraer matrimonio con un pecador, para que Él, a través de mí, pueda salvarle. ¡Pedazo de misión! ¿Se sufre? Sí, pero ¿Qué esperaba? Yo también le hago sufrir y no hay destino más hermoso para una vida que el de salvar al otro.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Luis: Teresa, no soy digno de ser tu esposo. Sé que te hago mucho daño muchas veces con mi insensibilidad, mi impaciencia y mis malos modos.
Teresa: Luis, el Señor no me ha enviado a entregarme a un justo, sino a ti. Quiero colaborar con tu Salvación. Él lo hizo con Leví que se acabó convirtiendo en San Mateo. Yo quiero ayudarte a ser San Luis de Teresa. Para mí, no hay misión más bonita en esta vida. ¡Me encanta mi vocación!
Luis: Haces que me sienta lo más importante para ti. Digno de tu entrega, de tu vida. Otra me despreciaría. Doy gracias a Dios por tu inmenso amor. ¡Te amo!

Madre,

Que no nos despreciamos mutuamente por ser pecadores. Somos diamantes en bruto. Ayúdanos a tallarnos para sacar de nosotros todo el brillo del amor de Dios. Alabado sea el Señor.

Críticas o fe. Comentario para Matrimonios: Marcos 2, 1-12

EVANGELIO

 

El Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 2, 1-12

Cuando a los pocos días entró Jesús en Cafarnaúm, se supo que estaba en casa.
Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Y les proponía la palabra.
Y vinieron trayéndole un paralítico llevado entre cuatro y, como no podían presentárselo por el gentío, levantaron la techumbre encima de donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dice al paralítico:
«Hijo, tus pecados te son perdonados».
Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros:
«Por qué habla este así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo uno, Dios?».
Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo:
«¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decir al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate, coge la camilla y echa a andar”?
Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados – dice al paralítico -:
“Te digo: levántate, coge tu camilla y vete a tu casa”».
Se levantó, cogió inmediatamente la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo:
«Nunca hemos visto una cosa igual».

Palabra del Señor.

 

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Críticas o fe.

Ante la misma escena vemos dos actitudes. La de los que recelan de todo y en el fondo no quieren creer y la de los que confían en ti y por tanto hacen todo lo que esté en su mano por llegar al ti, Señor, no permitiendo que ningún obstáculo se interponga.
En nuestra vocación pasa igual. Están los que recelan de todo y utilizan cualquier excusa para plantearse la nulidad o la separación, y los que confían en Ti y no se paran ante nada, sorteando cualquier obstáculo, contando con la ayuda de otros que envías en Tu nombre, acudiendo a recibirte en los sacramentos… y siendo creativos. Éstos últimos, te buscan siempre, Señor, para que participes en su relación, y Tú harás que salgan de su parálisis Tú perdonarás sus pecados en el Sacramento de la Confesión. Pero hace falta que se entreguen totalmente, Señor. Si no, no puedes entregarte Tú.
Si lo hacen, los de alrededor, quedarán atónitos dando gloria a Dios, como ya hemos hecho muchas veces ante las conversiones conyugales de las que estamos siendo testigos, sólo de los que perseveran. Hoy tenemos que decir bien alto: “Nunca hemos visto una cosa igual”. Alabado seas Señor.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Andrés: No veas qué dura es la vida ¿Eh? ¡Cuántas pruebas!
Alicia: Sí. Aquí estoy en la batalla.
Andrés: ¿Por qué? ¿Te ha pasado algo?
Alicia: Es la batalla en el corazón. Me vienen un montón de pensamientos constantemente: Que si no me ayudas, que si no te importo, cuando estoy mala que no te preocupas de mí… ¡Uf! ¡Qué rollo! Y luego, te amo muchísimo, te valoro muchísimo. ¿Por qué me asaltan constantemente todos esos pensamientos?
Andrés: En realidad, no son tan malos. Son tentaciones, que a medida que las vas despejando, te vas fortaleciendo. Es así. Caes, te debilitas. Los apartas, te fortaleces.
Alicia: ¿Puedo apoyarme en ti? Te cuento lo que pienso y me ayudas a apartar ese pensamiento ¿Te parece?
Andrés: Vale, y yo hago lo mismo. Pero no vale enfadarse por los pensamientos que nos llegan ¿Eh? Que no somos responsables de ellos hasta que decidimos acogerlos.
Alicia: Vale. Ya sólo nos falta ponernos en manos del Señor: Señor, Tú lo puedes todo, te presento a mi esposo para que Tú lo sanes.
Andrés: Yo te presento a mi esposa para que Tú la sanes.
Alicia: Tenemos fe en que Tú puedes, Señor. Amén.
Andrés: Confiamos en ti. Amén.

Madre,

Hay muchos que no quieren perseverar, que no quieren esforzarse… Pedimos por ellos, Madre, para que ablandes su corazón, para que nos dejen llevarles ante el Señor y Él pueda curar su parálisis. Son muchos, Madre. También te pedimos por todos los esposos camilleros, dispuestos a subirse al tejado o donde haga falta por salvar a otros. Gracias por ellos, Madre. Alabado sea el Señor.