Archivo por meses: junio 2022

¿Puedo decirle que sí? Comentario para Matrimonios: Juan 21, 15-19

EVANGELIO

Apacienta mis corderos, pastorea mis ovejas.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 21, 15-19

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, le dice a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?».
Él le contestó:
«Sí, Señor, tú, sabes que te quiero».
Jesús le dice:
«Apacienta mis corderos».
Por segunda vez le pregunta:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas?».
Él le contesta:
«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».
Él le dice:
«Pastorea mis ovejas».
Por tercera vez le pregunta:
«Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?».
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?» y le contestó:
«Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero».
Jesús le dice:
«Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras».
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió:
«Sígueme».

Palabra del Señor.


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¿Puedo decirle que sí?

“¿Me amas más que éstos, amando a tu esposo más que estos?” Me pregunta hoy el Señor. Y… ¿Puedo decirle que sí? Sí, Señor. ¡Tú sabes cuánto amo a mi esposo! “Apacienta a tus hijos y a estos otros matrimonios”. Me dirá.
“Ya eres mayor, déjate ceñir por mi Espíritu y deja que te lleve incluso adonde tú no quieras ir”.
Señor, te entrego mi voluntad, haz de mí lo que quieras.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Pedro (83 años): Recién casados me sentía el rey del mundo, más fuerte que otros. Quería dominar todas las situaciones tanto en casa como fuera de ella. Pero gracias a ti descubrí la fe, y al Espíritu Santo, que era muuucho más fuerte que yo. Me dejé conducir por Él estando bien dispuesto a Su gracia, y me ha llevado a vivir esta experiencia de amor tan grande contigo. Siento que voy a reventar de amor por ti, de alegría por mi vida, de ilusión por lo que nos espera aún.
María (81 años, esposa de Pedro): Sí, eras un poquitín duro de cerviz, como dice la Escritura, pero eras un luchador, tenías muchos dones. Desde que descubrimos juntos el plan de Dios para nosotros como matrimonio, ha sido un camino ascendente. Atrás dejamos nuestros roces y tonterías y nos centramos en lo importante: El amor de Dios entre nosotros. ¡Qué grande! ¡Qué experiencia! Muchas veces en lo sencillo, simplemente por cogerte la mano, me palpitaba el corazón como si saltara de alegría. Tomé conciencia de quién eres y de quienes estamos llamados a ser. Llamados a participar del mismo amor de Dios. Nunca imaginé que pudiéramos llegar tan alto.
Pedro: ¿Me amas más que estos de alrededor?
María: El Señor y tú sabéis que sí. Con todo mi corazón, con toda mi alma y con todo mi ser.
El ángel de la guarda (Hoy, 30 años antes de la escena anterior): Pedro y María, os he llevado en sueños al futuro y os he mostrado una escena de lo que puede llegar a ser vuestra vida, si os dejáis llevar por el Espíritu. Dejad vuestras exigencias, vuestros reproches tontos, y centraos en vuestra misión de entrega el uno por el otro. Ya no os toca ir donde queráis, es el momento de renunciar y dejaros llevar por la voluntad de Dios. ¡Amadle y veréis!

Madre,

Amo mucho a Dios, pero aumenta mi amor por Él para que deje de resistirme a su voluntad del todo. Quiero ser suyo y para eso, necesito amarle más que a mí mismo. Te lo pido por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Tres claves para la unidad. Comentario para Matrimonios: Juan 17, 20-26

EVANGELIO

¡Que sean completamente uno!
Lectura del santo Evangelio según san Juan 17, 20-26

En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró, Jesús diciendo:
«No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.
Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».

Palabra del Señor.


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Tres claves para la unidad.

Tal como expone el Señor en la oración sacerdotal, para hacernos uno entre nosotros y en Él, son necesarias 3 cosas: Creer en Él, recibir Su gloria y conocer a Dios, que nos ha sido revelado por Cristo.
El que cree en el Señor, le sigue. Es la consecuencia inmediata. Sigue Sus pasos.
El que le recibe a Él, recibe Su gloria.
El que escucha la Palabra le conoce.
Formación, oración y sacramentos, y hacerlo vida. Son las tres claves del Proyecto para hacernos uno entre nosotros y con Dios.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Irene: A ver si somos capaces de deducir por qué es necesario vivir las tres claves de Proyecto Amor Conyugal para alcanzar la unión conyugal como Dios la pensó.
Miguel (esposo de Irene): Si uno tiene mucha formación sobre el amor, pero no lo vive, se vuelve un soberbio.
Irene: Si uno intenta vivir el amor sin formación, cae en el buenismo.
Miguel: Si uno intenta vivir el amor sin la gracia, es un iluso.
Irene: Si uno se esfuerza en recibir la gracia, pero no practica el amor, se vuelve puritano.
Miguel: Si recibe la gracia, pero no tiene formación, la derrocha por un camino equivocado.
Irene: Si tiene formación, pero no tiene la gracia, se vuelve un voluntarista.
Miguel: ¡Bravoooo! Lo hemos conseguido. Está clarísimo.<
(Y las vivieron y se hicieron uno)

Madre,

Qué emocionante saber que el Señor está rezando por nosotros para que seamos uno. ¿Qué podemos temer? Alabado sea por siempre.

Ponernos de acuerdo. Comentario para Matrimonios: Juan 17, 11b-19

EVANGELIO

Que sean uno, como nosotros.

Lectura del santo Evangelio según san Juan 17, 11b-19

En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo:
«Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría cumplida.
Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad».

Palabra del Señor.


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Ponernos de acuerdo.

Es el último deseo de Cristo antes de Su Pasión, que nos hagamos uno. Pero ¿en qué consiste hacernos uno? ¿Quizás en ir juntos a todos los sitios? ¿Quizás en estar de acuerdo? ¿En tener los mismos gustos? No. Consiste en ser uno en Cristo: Que nuestra voluntad sea la Suya, nuestros sentimientos los Suyos, nuestra justicia la Suya, nuestra lógica la Suya y, en definitiva, nuestro amor el Suyo. Así tendremos en nosotros, Su alegría cumplida.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Laura: Hay muchas veces que no nos ponemos de acuerdo. ¿Qué podemos hacer? ¿Turnarnos en las decisiones?
Matrimonio Tutor: ¿Qué crees que te va a hacer más feliz, tu voluntad o la voluntad de Dios?
Laura: La voluntad de Dios, siempre.
Matrimonio Tutor: ¿Tú qué opinas, Juanjo?
Juanjo (esposo de Laura): Tengo la experiencia de haber tomado muchas decisiones y haberme equivocado, por tanto, tengo claro que no conozco el futuro como para saber si acertaría o no. Yo también creo que hacer la voluntad de Dios es lo único que nos va a dar la alegría.
Matrimonio Tutor: Pues discernir las decisiones poniéndolas en Sus manos. Suele dar señales de alguna forma. Si no, podéis poner la decisión en manos de vuestro director espiritual. Así sabréis que no habéis tomado una decisión basada en el egoísmo o el orgullo.
Juanjo: Ahora lo veo claro. Muchas veces nuestros criterios nos separan, en cambio, la voluntad de Dios nos une.

Madre,

Hoy pedimos especialmente que se haga Su voluntad en nosotros. Nadie sabe unirnos como Él. Alabado sea Ntro. Señor Jesucristo. Amén.