EVANGELIO
Lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo con ellos.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros.
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».
Palabra del Señor.
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Nunca decepciona.
Pocos dan con la puerta y el camino, pero Tú Señor, has querido que los descubramos. Ahora queda lo difícil: Cruzar la puerta y adentrarse en el camino. Es el momento de ¿Me entrego completamente o no? Quizás quiera guardarme mi honra, o mi voluntad, o evitarme el sufrimiento físico. Esas mochilas me impedirán cruzar la puerta, tengo que librarme de todas ellas.
Y si la cruzo, quizás mi decisión no sea suficiente como para avanzar en el camino angosto…
Ánimo, tengamos Esperanza. El Señor nunca decepciona. Al otro lado del camino angosto está la caridad conyugal, la paz, la alegría, la plenitud del amor, la santidad, el cielo, Ntra. Madre, el mismísimo Señor con los brazos abiertos…
Aterrizado a la vida matrimonial:
Carlos: Sigo con una coraza levantada para preservarme de las críticas de los demás. No puedo mostrarme tal como soy. Me da miedo.
Almudena: Eres un buen hombre. Vales más de lo que te crees. Precisamente por ocultarte detrás de tu coraza privas a los demás de quien realmente eres. Mira, sólo tienes que centrarte en los demás y te olvidarás de ti. Cuando te preocupes de lo que necesitan los demás, no tendrás “tiempo” de fijarte en tus miedos o en tus resistencias. Entonces saldrá lo mejor de ti, lo que llevas dentro y surgirá el Carlos que Dios quiere que llegues a ser. Ese del que yo me enamoro cada día más. Me siento orgullosa de ti, cariño.
Madre,
Tenemos que cruzar el cancel y despojarnos de todo para acoger al que realmente es Todo. “Para venir a gustarlo todo, no quieras tener gusto en nada”, como decía San Juan de la Cruz. Mientras tanto, nuestra vida seguirá siendo un Getsemaní. Alabado sea Dios que nos muestra la puerta y el camino.