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RETIRO MATRIMONIOS SEGOVIA 28-30 ENERO DE 2022

RETIRO MATRIMONIOS SEGOVIA 28-30 ENERO DE 2022

Proyecto Amor Conyugal en colaboración con la Parroquia Nuestra Señora del Buen Suceso (Madrid) os invita a participar en un retiro para Matrimonios, con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).

¿A quién va dirigido este retiro? A todos los esposos unidos por el Sacramento del Matrimonio y que quieran vivir una EXPERIENCIA de AMOR juntos, estén en crisis o no. A todos los que quieran fortalecer y reavivar su Sacramento del Matrimonio.

FECHAS: Será desde el viernes 28 de enero a las 18:00h hasta el domingo 30 de enero a las 17:30h.

LUGAR: Casa de Espiritualidad San Frutos (Segovia). C/ Obispo Gandásegui, nº 7 Segovia. Geolocalización: https://goo.gl/maps/DV9J3sLiw51odMZdA

PRECIO: (Incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos)

  • Adultos: 170 € por matrimonio.

Suplemento económico para ayuda a otras familias: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros matrimonios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.

Subvenciones: Si alguna familia no puede asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.

 

INSCRIPCIÓN: Para realizar la inscripción, pincha aquí. A partir del lunes 10 de enero a las 20h

¿Cuándo? Lo antes posible. Se suele llenar en pocos minutos.

Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la reserva de plaza y daros las instrucciones para realizar el pago o indicaros si estáis en lista de espera. En caso de que no hubiese plazas disponibles.

Tendrán prioridad los matrimonios pertenecientes a la Diócesis de Segovia.

Para consultar cualquier duda o ponerte en contacto con nosotros, escríbenos a retiros.segovia@proyectoamorconyugal.es

Sobre Proyecto Amor Conyugal: https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.

El gran regalo. Comentario para Matrimonios: Mateo 2, 1-12

EVANGELIO

Venimos a adorar al Rey.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 2, 1-12

Habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:
«¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo».
Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron:
«En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta:
“Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las poblaciones de Judá, pues de ti saldrá un jefe que pastoreará a mi pueblo Israel”».
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles:
«ld y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo».
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.
Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.

Palabra del Señor.

 

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El gran regalo.

Hoy es un día en el que tradicionalmente conmemoramos que los Reyes de oriente traen regalos para adorar al Niño. Una historia que realmente es confusa respecto a la realeza de los Magos, su número, sus nombres, su procedencia… Pero todo eso da igual, si queremos creer en los Reyes o en lo que ellos representan.
En realidad celebramos un día en el que el protagonismo no lo tienen los Reyes, sino el Niño Dios, que se manifiesta a los paganos, hoy en día podríamos decir, a los alejados. Algún Padre de la Iglesia dice que aquellos Magos fueron bautizados años después por Sto. Tomás Apóstol. No lo sabemos con seguridad, pero no nos extrañaría nada, porque tengo la experiencia de que reconocer a Dios y adorarle nunca deja indiferente. Al final, fue el Niño el que les dio a ellos el gran regalo de la fe y hoy me vuelve a dejar ese mismo regalo a los pies del árbol.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ana: Me había hecho muchos propósitos para esta Navidad.
Rafa: Y ¿qué tal te ha ido? Yo te he visto bastante bien con mi familia, bastante integrada, participativa y generando buen ambiente.
Ana: Bueno, me he esforzado, y estaba contenta por ello, pero me doy cuenta que el gran regalo de la Navidad lo he recibido yo. Me pregunto qué sería de mí sin la fe, si Dios no hubiera venido al mundo a hacerse cercano, a salvarme. No sería capaz de superar todas estas dificultades de la vida corriente. No sería capaz de amar de verdad. Estos Reyes, me gustaría alabar a Dios por la cantidad de regalos que nos ha dejado.
Rafa: Eso está hecho, cariño. Empezaré dándole gracias por la esposa que me ha dado. Eres un regalo que no tiene precio.
Ana: Te quiero.

Madre,

Que como los Magos de oriente, llevemos regalos a Jesús con frecuencia. El oro de nuestros méritos, el incienso de nuestra oración juntos y la mirra de nuestros sacrificios, y así podamos postrarnos ante Él y adorarle. Alabado sea por haberse manifestado a nosotros. Amén.

Todo juntos. Comentario para Matrimonios: Juan 1, 43-51

EVANGELIO

Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 43-51

En aquel tiempo, determinó Jesús salir para Galilea; encuentra a Felipe y le dice:
«Sígueme».
Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice:
«Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret».
Natanael le replicó:
«¿De Nazaret puede salir algo bueno?».
Felipe le contestó:
«Ven y verás».
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta:
«¿De qué me conoces?».
Jesús le responde:
«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió:
«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó:
«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».
Y le añadió:
«En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

Palabra del Señor.

 

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Todo juntos.

Cuando siento que alguien me conoce, puedo vivir una relación de confianza, porque no caben los prejuicios. Me siento cómodo junto a alguien que me conoce. Esto le ocurrió a Natanael. El Señor le demostró que conocía su corazón y esto le hizo confiar en Él porque su confianza se hacía más fuerte que las dudas que le asaltaban.
Qué importante conocer al Señor y saber hasta qué punto me conoce. Me hace sentirme tan a gusto a Su lado adentrándome en Su corazón…
Lo mismo ocurre en mi relación matrimonial: Tengo que entrar en el corazón de mi esposo, conocerle, que sienta que le conozco, que comprendo sus dificultades, lo que hace y por qué lo hace. Sólo así, conociéndole, me gano su confianza. El prefijo “con” significa “todo o junto”. Con-ocer + con-finaza, es tenerlo “todo juntos”. Qué importante es dedicar horas a escuchar y conocer a mi esposo. Un matrimonio que conoce al Señor y se conocen entre ellos, tienen Su confianza, y han de ver cosas mayores.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Pedro: La veía como un ramillete de defectos, parecía que me quería fastidiar continuamente, creía que no era consciente de sus defectos, y el Señor me mostró su pequeñez, su lucha interior, su amor sincero hacia mí coartado por sus inevitables limitaciones. Veía a una mujer insoportable y ahora veo el tesoro que Dios me ha dado.

Madre,

Qué fácil es dejarnos llevar por las sensaciones que nos llevan a la perdición. Está claro que profundizar es más costoso, hace falta salir de uno mismo y trabajar para descubrir el interior del otro con la ayuda de Dios, pero merece la pena conocer el gran don que Dios me ha dado. Gracias Señor por mi esposo. Infinitamente ¡Gracias!

¿Qué buscáis? Comentario para Matrimonios: Juan 1, 35-42

EVANGELIO

Hemos encontrado al Mesías.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 35-42

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice:
«Este es el Cordero de Dios».
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús.
Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:
«¿Qué buscáis?».
Ellos le contestaron:
«Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?».
Él les dijo:
«Venid y veréis».
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron en él aquel día; era como la hora décima.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice:
«Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)».
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:
«Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro)».

Palabra del Señor.

 

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¿Qué buscáis?

El Señor me invita a vivir experiencias con Él, de esas que nos hacen recordar el día y la hora exacta en las que ocurrieron. Experiencias que traen como consecuencia un cambio de vida y que después dan fruto. Todo esto es lo que acompaña a la llamada de Dios.
Vivir la fe es vivir experiencias de intimidad con Dios y poner el Evangelio en práctica en mi vida y comprobar qué pasa.
¿Qué experiencia del Evangelio tengo en mi matrimonio? ¿Cómo está cambiando mi matrimonio a medida que voy madurando en la fe? El Evangelio no es una lectura más, ni algo que se medita, el Evangelio se experimenta, se vive. Y vosotros, ¿qué buscáis?

Aterrizado a la vida matrimonial:

Juan: Recuerdo cuando intentamos vivir la pobreza introduciéndonos en un entorno humilde, y no nos arreglábamos apenas, y acabamos descubriendo que la pobreza no se vive así, que no teníamos que renunciar a nuestra educación y nuestro estilo de vida, sino que Dios nos llama a la pobreza de espíritu, que es ese desprendimiento de las cosas para hacernos libres para donarnos. Nos costó años, pero aprendimos.
Mª José: Recuerdo cuando fuimos perseguidos por defender el matrimonio como Dios lo pensó, y sufrimos muchísimo, y tuvimos que marcharnos de aquel lugar. Y lloramos, y nos quedamos solos, pero luego el Señor redimió todo aquello y Nuestra Madre hizo que el Proyecto de matrimonios se extendiera mucho más allá de las fronteras de aquel lugar y se hiciera más grande.
Juan: Y recuerdo cuando teníamos tanta hambre de salvar nuestro matrimonio y buscábamos, y buscábamos y la Virgen nos abrió el camino después de varios años de búsqueda. Y cuando lo encontramos en S. Juan Pablo, vibrábamos con cada catequesis y nos alimentábamos emocionados con cada descubrimiento que íbamos haciendo, y el Señor saciaba nuestra sed.
Mª José: Sí, hemos experimentado en nuestra vida las Bienaventuranzas, el Viacrucis, los misterios del Rosario, y tantas parábolas: La perla escondida, la curación de los leprosos, la lámpara del cuerpo es el ojo, lo de si vuestra justicia no es mayor que la de los Fariseos, el que quiera salvar su vida la perderá… Todo lo hemos practicado en nuestro matrimonio, y cuando lo hemos vivido, hemos descubierto que es real.

Madre,

Cuántas experiencias del Evangelio vivirías Tú junto a Jesús. Era tratar directamente con la Palabra. Cuántas cosas viviste que guardaste en Tu Corazón. Cuántas experiencias inolvidables. Hoy queremos, Madre, sentarnos a Tu alrededor, para que nos cuentes todas aquellas experiencias de Dios que marcaron Tu vida. Nos encantaría escucharte. Alabado sea el Mesías, el Cristo, que nos llama a seguirle.

¿Cómo y cuándo? Comentario para Matrimonios: Juan 1, 29-34

EVANGELIO

Este es el Cordero de Dios.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1,29-34

Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: «Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel».
Y Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo”. Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».

Palabra del Señor.

 

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¿Cómo y cuándo?

¿Sé reconocer la acción del Espíritu Santo en mi vida? ¿Ayer, cómo y cuándo percibí que actuó? ¿Y anteayer? Si no lo percibo, quizás es porque me falta humildad. Seguramente me falta pasar una buena temporada en el “desierto”, rodeado de dificultades y haciendo muchos sacrificios, como Juan Bautista, hasta despojarme de todo aquello que me hace vanidoso y orgulloso. Quizás me faltan muchas horas de relación con Dios, hasta descubrir quién es Él y quién soy yo, para colocarme en mi sitio y reconocer lo que viene de Él y lo que viene de mí. Así dejaré de ver en Cristo a un Dios lejano que no parece hacerme mucho caso, y veré en Él al Cordero de Dios que entrega hasta Su última gota de Sangre para quitar el pecado del mundo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Pedro: Padre, no sé qué pasa. A veces me parece que mi esposa y yo volvemos a caer en algunas cosas en las que ya no caíamos hace tiempo. Es como si nos hubieras dado la gracia y después nos la hubieras quitado por algún motivo.
El Padre: Y esas caídas, ¿Las vivís igual que entonces o algo ha cambiado?
Pedro: Ha cambiado que ahora somos más conscientes del origen y las consecuencias de cada caída. Es como que estamos experimentando las consecuencias del pecado sobre Tu obra creadora, y sufrimos por lo que sabemos que nos estamos perdiendo.
El Padre: Pues vivid esas caídas con humildad. Quiero que aprendáis a ser conscientes de cómo afecta vuestro pecado en vosotros y en vuestra misión de esposos, para que sintáis verdadera repugnancia por él. Aprended, aprended, tened la esperanza puesta en mi misericordia, para haceros humildes y estar listos para cuando os dé la gracia de redimiros de estas circunstancias y sepáis que no ha sido obra vuestra, sino mía, por amor a vosotros. Por amor os lo di, por amor os redimí.

Madre,

Alabado sea Dios, que nos enseña, nos instruye en Sus sendas y se hace presente entre nosotros en todas las circunstancias de la vida. A Él gloria y alabanza por los siglos. Amén.