Archivo por días: 15 septiembre, 2021

¡Feliz Dolorosa! Comentario para Matrimonios: Juan 19, 25-27

EVANGELIO

Triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 19, 25-27

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre:
«Mujer, ahí tienes a tu hijo».
Luego, dijo al discípulo:
«Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.

Palabra del Señor.

 

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¡Feliz Dolorosa!

Celebramos hoy la memoria de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores. ¿Feliz por sus dolores? Algo parece estar mal ¿No os parece?.
Era necesario que la Mujer estuviera junto a la Cruz de Jesús, para acoger el don de la Vida. A la mujer Dios les dio la custodia de la vida. A través de la mujer nacen los hombres por el maravilloso don de la procreación, y además, la mayoría de las veces, nacen a la fe a través de ellas. Es la mujer la que nos da a Luz.
Ser mujer, madre que da a luz, hija de la vida, esta es la misión fundamental para la que ha sido creada la mujer: Dar vida, acoger a la vida, cuidar la vida, llevar hasta la Vida. ¿Hay alguna misión más hermosa?
¡Mujer sé lo que eres! ¡lucha por la vida! ¡Lucha por la fe en tu matrimonio y tu familia! ¡No te canses de tirar del carro, de estar junto a la Cruz de Jesús. Si tú dices sí, aun pasando los dolores de parto en el alma, verán la luz. Di “sí” al Amor corredentor, di “sí” a la voluntad de Dios.
Junto a Su Madre, estaba el discípulo al que amaba. Juan representa esos hombres que son elegidos por para acoger la Vida por la Mujer, la Madre. Muchos son los esposos que por sus esposas acogen la vida de fe, otros son sacerdotes, que la acogen por su madre. ¡Benditos hombres! Que desde aquella hora la recibieron Ella como algo propio.

Aterrizado a la vida matrimonial:

María: (con entonación animosa y cariñosa) vamos niños a rezar.
Los niños: ¡Uf qué rollo! (Y caras largas).
Antonio (Esposo de María): (Sin decir nada, termina lo que estaba haciendo).
(Por fin todos juntos)
María: intentando esconder su dolor en el amor y con gran ánimo, dice: Venga ¿Quién lee lo que nos dice hoy Jesús? (Después de no ver muchas ganas, como si no se diera cuenta, anima al pequeño. Y así un día y otro día…)
Antonio: (Presente, pero interiormente avergonzado por la escena y sin mucha colaboración).
María guardaba la Vida, la Luz, en su alma y deseaba con todo su corazón que su familia lo acogiera y siguiera el Camino. Ella supo estar a los pies de la cruz de Jesús y eso hizo que, después de una larga prueba, su familia acogiera el don de la Vida y la Luz.

Madre,

Tú eres nuestra Madre. Gracias a aquella hora, te compartimos con Cristo como Madre. Nosotros te acogemos como algo nuestro (menudo don) y Tú nos llevas hasta Jesús dándonos la Vida ¡Bendita seas por siempre!