EVANGELIO
Mi paz os doy.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo».
Palabra del Señor.
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Amor misterioso.
Qué misteriosa relación esa que os une, Señor. Impregnada de humildad (el Padre es mayor que yo), de obediencia (como el Padre me ha ordenado, así actúo), de amor (es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre), y de paz (mi paz os doy). ¿Qué experiencia de amor es esa, Señor? Esa que quieres compartir con nosotros y que nosotros no queremos acoger. ¿Qué ves cuando miras al Padre? ¿Cuánto hay de Él en tu Corazón? ¡Amor misterioso! Profundísimo, pleno, lleno…
Claro que yo quiero alcanzar ese amor en nuestro matrimonio pero ¿Estoy dispuestos a beber de la copa de la humildad? ¿Y de la de la obediencia? ¿Y Tu paz? Esa que construyes como el grano de trigo que cae en tierra y muere. Que no se turbe mi corazón, Señor, y me atreva a dar el paso de creer en tu camino, pero de verdad.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Paco: Parece que estamos un poco estancados. Hemos tenido momentos buenos, otros muy buenos, pero ahora, parece que no avanzamos. De vez en cuando tenemos crisis como las de antes.
Matrimonio Tutor: Santa Teresa, en Las Moradas, hablaba del orgullo. Es como un barrera en el camino espiritual que no te permite avanzar al siguiente nivel, por así decir. ¿Tiendes a pensar bien de tu esposa? ¿Tiendes a verla mejor que tú? ¿La admiras a menudo? ¿Le das las gracias con frecuencia? Esas son las preguntas que te pueden hacer descubrir si hay o no hay humildad en tu corazón.
Paco: Pues el diagnóstico está claro. Y ¿Qué puedo hacer?
Matrimonio Tutor: Para empezar, pedir la Gracia y mucha oración, para que el Señor te muestre quién eres realmente. Pero además, te vendría muy bien hacer actos de obediencia. ¿Tu mujer te corrige?
Paco: A menudo.
Matrimonio Tutor: ¿Y cómo reaccionas?
Paco: No me sienta muy bien, la verdad. Le veo tantos defectos que no entiendo que encima me corrija a mí.
Matrimonio Tutor: ¿Y si aprovechas esas situaciones para crecer en humildad y prepararte para amarla más? No te pierdas la experiencia del mayor don que te ha dado Dios, el don del amor.
Madre,
Gracias por introducirnos en este Proyecto de Amor. Gracias por hacerme vivir estas experiencias, gracias a Dios por el don del amor. No soy digno de que compartáis estas experiencias conmigo. Os amo. ¡Alabado sea Dios!