
El Señor vivió las mismas tentaciones que vivo yo en mi matrimonio: Por mis apetencias, contra mi vocación conyugal y por orgullo. Sólo llenándonos del Espíritu con la oración juntos podemos enfrentarnos.

El Señor vivió las mismas tentaciones que vivo yo en mi matrimonio: Por mis apetencias, contra mi vocación conyugal y por orgullo. Sólo llenándonos del Espíritu con la oración juntos podemos enfrentarnos.