Este amor conyugal mío que no da ni para alimentar a mi propio/a esposo/a, el Señor me pide que lo ponga totalmente en juego porque Él va a hacer el milagro de alimentar con él mi matrimonio y el de miles de matrimonios más.
¿Que se encarguen otros? Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 6, 34-44
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