
Lo que sana a mi esposo/a es el Amor de Cristo que Él me entrega por el Sacramento del Matrimonio para que yo se lo administre. Si no hay sanación, es que no está Cristo.

Lo que sana a mi esposo/a es el Amor de Cristo que Él me entrega por el Sacramento del Matrimonio para que yo se lo administre. Si no hay sanación, es que no está Cristo.

Si edifico mi matrimonio sobre roca, escuchando la Palabra de Dios y poniéndola en práctica, soportará las dificultades y no se verá afectado por la crisis en el mundo de hoy.

En mi matrimonio, Dios lo pone casi todo y yo pongo casi nada, pero Él no pone Su casi todo si yo no pongo mi casi nada.

Si tu esposo/a no te ama, no puedes forzarlo/a a hacerlo, pero puedes amarlo/a tú más, para que aprenda a amar. Esto sólo es posible si antes acoges el Amor de Dios.

El Adviento es el deseo de que venga el Niño Dios para colmar mi necesidad de vivir contigo el matrimonio como Dios lo pensó, renunciando a mi dureza de corazón.