Practicaré la mansedumbre con mi esposo/a este adviento, erradicando la violencia, poniendo dulzura y cortesía. Es un don del Espíritu, una gracia que hay que pedir para purificar la relación conyugal.
Purificar la relación. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 11, 28-30
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