Purificar la relación. Comentario para Matrimonios: Mateo 11, 28-30

EVANGELIO

Soy manso y humilde de corazón.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 28-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor.

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Purificar la relación.

Manso y humilde de corazón, esa es la clave para encontrar descanso en mi alma, porque lo que hace la carga insoportable, no es la carga en sí, sino el orgullo que me hace recordar las ofensas, las injusticias… una y otra vez, hasta que el peso de la carga se vuelve insoportable. En cambio, no hay manera mejor de atraer y ablandar la dureza de los corazones ásperos que con la mansedumbre (F. de Osuna). Ser manso y humilde es la mejor custodia de la caridad (San Agustín).
Mansedumbre tiene que ver con la no violencia, con la paciencia, con la dulzura, con la cortesía. Mateo retrata a Cristo con las siguientes palabras de Isaías: “No disputará ni gritará, la caña cascada no la quebrará, ni apagará la mecha humeante”. Practicaré la mansedumbre con mi esposo. Creo que es un buen plan.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Matrimonio Tutor: ¿Cómo se reconstruye el amor? Pues poniendo amor. La violencia no se aplaca con la violencia ¿no? Se aplaca con la mansedumbre, la paciencia, la dulzura, la cortesía. Probadlo, un día y después otro, y después otro… así una semana. Es el reto que os ponemos.
(A la semana)
Matrimonio Tutor: ¿Qué tal ha ido?
Matrimonio tutelado: El primer día bien, y se notó bastante. El segundo ya, uno de los dos se levantó con el pie izquierdo y comenzamos otra vez con la escalada de violencia de siempre.
Matrimonio Tutor: Vaya. No os preocupéis. También es verdad, que la mansedumbre es un don del Espíritu Santo. Tenéis que pedírselo. Sentaos relajadamente ante el Santísimo si puede ser, ante el Sagrario. Venga, ¡Animo! Esta semana sí que vais a conseguirlo, con la ayuda del Señor.
(A la semana)
Matrimonio Tutor: ¿Qué tal la semana?
Matrimonio tutelado: Esta vez mucho mejor. Nos confesamos y nos sentábamos todos los días media hora ante el Sagrario, y juntos le pedíamos que nos diera el don de la mansedumbre. Después asistíamos a la Misa. Al llegar a casa, había otro ambiente entre nosotros. Muy diferente. Ha sido mucho más fácil, porque había una fuerza entre nosotros que no era nuestra. Nuestra casa era otra realmente.
Matrimonio Tutor: Muy bien!! Son los frutos del Espíritu. Seguid así otra semana más, hasta que purifiquemos vuestra relación. Luego seguiremos afrontando otras cosas…

Madre,

Sólo con erradicar la violencia entre los esposos, daríamos un paso agigantado. Si le añadimos la cortesía y la dulzura, ya es la bomba. Qué bonito es vivir un matrimonio con los mismos sentimientos de Cristo. Alabado sea Ntro. Señor, que hace nuestra carga ligera.

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