Aspirar a ser bueno. Comentario para Matrimonios: Mateo 5, 17-19

EVANGELIO

Quien los cumpla y enseñe será grande.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Palabra del Señor.

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Aspirar a ser bueno.

El Señor, nos mostró el espíritu de la ley que no se basa tanto en normas como en actos de amor hacia alguien. No es lo mismo ir a misa porque toca, que ir a misa para celebrar juntos el agradecimiento que le debemos a Dios por Cristo y Su entrega. Todo acto sin amor, no sirve, y todo acto que no se una a la acción de Cristo para mayor gloria de Dios, tampoco. Por eso, se acaba resumiendo toda la ley y los profetas en el mandamiento del amor: Que os améis unos a otros como Yo os he amado.
Después de estas reflexiones, pienso sobre todo en el acto conyugal: Siempre por amor y unidos uno y otro a la acción de Cristo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Pedro: Te voy a contar una historia a ver qué te parece. Ramón y Rosa tuvieron un hijo al que pusieron el nombre de Carlos. El niño, sacó los genes de su padre, que es un bendito. Es una persona con mucha paciencia y muy servicial. Todo el mundo quería a Ramón, porque era un pedazo de pan. Y su hijo, heredó todo eso de su padre. Además, Rosa, la madre, se esforzó mucho por llevar a Carlos a buenos colegios. Tanto en casa como en el colegio, se esforzaron mucho por la educación de Carlos. Cuando Carlos acabó la carrera y el máster, sus padres le pusieron una buena casa y le compraron un coche. Además, se ocuparon de que Carlos se criase en un ambiente sano, creándole un entorno de amistades adecuadas. Entre ellas estaba Julia, de quien se enamoró y con quien contrajo matrimonio. Todo el mundo admiraba a Carlos y Julia. Eran un matrimonio modélico. Carlos era súper generoso y simpático con todos, excepto con sus padres. Cuando Carlos ya lo tuvo todo, se olvidó de sus padres. Nunca les agradeció sus esfuerzos, nunca se preocupó de responder a tanta entrega de tantos años. Nunca valoró todo lo que ellos le habían dado. Sus padres venían a verle a su casa y él no les abría la puerta. Le llamaban por teléfono para saber de él y él les colgaba una y otra vez. Ni siquiera les permitió conocer a sus nietos. Ni tan siquiera les informó de cada vez que Rosa traía un nuevo hijo al mundo. Un día, unos amigos de Carlos se cruzaron con sus padres que habían recorrido una vez 500km para intentar ver a su hijo, al menos cruzarse con él o verle de lejos. Al encontrarse en el porche de entrada del chalet, se presentaron mutuamente. Así descubrieron los amigos de Carlos que aun vivían sus padres. Se quedaron muy sorprendidos. Carlos nunca les había hablado de ellos… Cuando le preguntaros, Carlos les dijo que él no le debía nada a nadie, y que él todo lo había conseguido con su esfuerzo y por sus propios méritos.
¿Qué pensarías tú de Carlos si de repente conocieses la historia de sus padres?
Paco: Yo dejaría de tener tan buen concepto de Carlos. No entendería qué había en su corazón que no era capaz de reconocer la dignidad y el valor de aquellos que le habían dado todo lo que tenía y todo lo que era. Qué había en su corazón para ser tan desagradecido.
Pedro: Pues eso. Es imprescindible reconocer que Dios me lo ha dado todo, para poder aspirar a ser bueno.

Madre,

Alabado sea el Señor, que ha sido grande y generoso con nosotros. Gloria a Dios por los siglos.

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