¿Agobiados? Comentario para Matrimonios: Lucas 8, 1-3

EVANGELIO

Las mujeres iban con ellos, y les servían con sus bienes.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 8, 1-3

En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce, y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y de enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.

Palabra del Señor.

 

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¿Agobiados?

Qué hermoso es permanecer junto a Jesús. Permanecer en el Amor. Eso es lo que da la paz y nos saca de la turbación del mundo.
Señor, Tú nos revelas los misterios del Reino. Soy muy afortunado de estar junto a Ti, servirte a través de mi esposo, mi familia y otras familias. ¿Qué mayor honor?

Aterrizado a la vida matrimonial:

María: Acaba de empezar el curso y ya estoy agobiada. Los colegios, los libros, la vuelta al trabajo, el verano ha sido muy duro con mi esposo…
Matrimonio Tutor: María, durante el verano te has alejado de Dios. No podemos “descansar” de Dios, porque perdemos el descanso del alma. Vuelve a acercarte a Él, vuelve a ponerte a Su servicio. Él es el Amor, Él es la Verdad. Vuelve con Él y verás como te acoge en Su Corazón y se te pasan todos los agobios. De Él recibirás las fuerzas para entregarte a tu familia con alegría. ¿Qué mayor honor que servir a Jesús con nuestros bienes a través de aquellos a los que ha puesto para entregarme?
María: Cuánta paz me da sólo escucharos. Me doy cuenta que “descansar” de Dios, no descansa, al contrario, genera un estado de turbación. Estoy deseando recobrar la paz que sólo da Dios y ser fiel a mi misión de esposa y madre.

Madre,

Eres nuestro modelo de amor a Dios, desde tu feminidad. Eres la respuesta femenina al amor de Dios. Me encanta imaginar tu amor de Madre y Esposa. Madre, nos hemos consagrado a ti, ponemos nuestros bienes a Tu servicio. Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea con tan graciosa belleza…

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