Archivo por meses: mayo 2024

Que fluya. Comentario para Matrimonios: Marcos 16, 15-20

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EVANGELIO

Fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Conclusión del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-20

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo:
«ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».
Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos se fueron a predicar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

Palabra del Señor.

Que fluya.

A los esposos que creen, les acompañarán estos signos (Papa Francisco Amoris Laetitia 163):
“El amor que nos prometemos supera toda emoción, sentimiento o estado de ánimo, aunque pueda incluirlos. Es un querer más hondo, con una decisión del corazón que involucra toda la existencia. Así, en medio de un conflicto no resuelto, y aunque muchos sentimientos confusos den vueltas por el corazón, se mantiene viva cada día la decisión de amar, de pertenecerse, de compartir la vida entera y de permanecer amando y perdonando. Cada uno de los dos hace un camino de crecimiento y de cambio personal. En medio de ese camino, el amor celebra cada paso y cada nueva etapa.
…El vínculo encuentra nuevas modalidades y exige la decisión de volver a amasarlo una y otra vez. Pero no sólo para conservarlo, sino para desarrollarlo. Es el camino de construirse día a día. Pero nada de esto es posible si no se invoca al Espíritu Santo, si no se clama cada día pidiendo su gracia, si no se busca su fuerza sobrenatural, si no se le reclama con deseo que derrame su fuego sobre nuestro amor para fortalecerlo, orientarlo y transformarlo en cada nueva situación.”
El Espíritu Santo es quien nos une, pero el Espíritu Santo es muy “sensible” a nuestra libertad. Si ponemos alguna frontera entre nosotros, no puede fluir entre los dos. Quitemos de en medio los placeres que dificultan nuestra unión, quitemos de en medio las pasiones que nos alejan, que tampoco se haga mi voluntad ni nos fiemos de mis criterios. Si lo hacemos, entonces, el Espíritu que está en lo más profundo de nosotros, fluirá entre los dos y podrá hacer su gran obra. Su inmensa obra de Amor.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Jorge: Ya no busco lo que me gusta, ni mi comodidad. Ya no te rechazo cuando mis sentimientos me impulsan a hacerlo. Ya no me ofusco en mi voluntad y soy dócil. Ya desconfío de mis criterios, porque Dios es muy grande y yo puedo estar equivocado ahora como lo estuve en el pasado. Y es ahora cuando experimento lo que el Espíritu Santo puede hacer en nuestra unión.
Marisa: Ahora sí que experimentamos lo que es la contemplación juntos, ahora vivimos la alegría plena. Las experiencias que estamos viviendo son indescriptibles, esposo.
Jorge: Te miro y me pregunto ¿quién eres? Aún no he descubierto toda la grandeza que Dios ha querido darte.

Ven Espíritu Santo,

Ven a nuestro matrimonio. Danos la fortaleza y el coraje de decidir amarnos a pesar de las circunstancias; danos el consejo para discernir ante las situaciones complicadas; danos la sabiduría de Dios para mirar nuestra relación desde Su Verdad; danos la inteligencia para comprender la Verdad del misterio de nuestro sacramento, Danos la ciencia de valorar a nuestro esposo como hijo de Dios; la piedad para abrirnos a la ternura del Padre y para con el esposo; y el temor de Dios, el miedo a ofenderle y desear permanecer en el amor. Espíritu Santo, transforma nuestro matrimonio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Como al Señor. Comentario para Matrimonios: Juan 16, 23b-28

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EVANGELIO

El Padre os quiere, porque vosotros me queréis y creéis.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 23b-28

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará.
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente.
Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios.
Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre».

Palabra del Señor.

Como al Señor.

Los grandes santos coinciden en que, cuando uno se entrega completamente al Señor, Él se entrega completamente a uno.
El que lo ama es amado por el Padre y pide en el nombre del Señor, porque pide lo que el Señor quiere, y el Padre se lo entrega todo. ¡Todo!

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Jaime: Me cuesta tanto ser fiel a la consagración que hicimos al Sagrado Corazón de Jesús… Especialmente frente e todo lo que tiene que ver con perder la honra.
Mercedes: Es que no es nada fácil, pero en cambio, luego sí que nos gustan las consecuencias de habernos consagrado. Luego pedimos y pedimos porque necesitamos paz interior, necesitamos alegría y sobre todo necesitamos amor.
Jaime: A veces pienso que es una cuestión de paciencia. Si ahora entrego todo lo que el Señor me pide y espero, el Señor acabará dándoseme, y no hay nada mejor ni más deseable.
Mercedes: Así es. Entreguémonos el uno al otro como al Señor y esperemos pacientemente a que el Señor responda a Su promesa. ¿Te parece?
Jaime: Me parece fenomenal. Animémonos el uno al otro. ¿Vale?

Madre,

Tú sí que su supiste consagrarte al Señor y el Señor se te entregó ¡Y de qué manera! Tú eres nuestro modelo. Gracias Bendita Madre.

Preciosa confluencia. Comentario para Matrimonios: Juan 16, 20-23a

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EVANGELIO

Nadie os quitará vuestra alegría.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 20-23a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «En verdad, en verdad os digo, vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.
La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre.
También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada».

Palabra del Señor.

Preciosa confluencia.

Cuando hablamos de camino de purificación, de renuncias, de sacrificios y abnegación, a muchos le puede generar rechazo e incluso escandalizar.
Pero el camino que Dios ha establecido para llegar a la gloria, es el camino de la cruz.
Hay que pasar por la cruz para llegar a la resurrección. Hay que pasar por la humillación para que el Señor nos pueda llevar a la santidad.
Es Cristo el camino, la Verdad y la Vida, y nadie llega al Padre sino por Él.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Ana: Yo soñaba con que tú y yo viviríamos una comunión, que nos comprenderíamos, que entre nosotros habría una única voluntad. Pero la realidad está siendo difícil y exige un sufrimiento muy grande.
Antonio: Lo siento Ana. Siento ser motivo de sufrimiento para ti. Yo quiero esa comunión también para nosotros, pero parece ser que la única forma de alcanzarla es a través de esa batalla interior que produce en choque intelectual, de voluntades y emocional que se produce entre dos tan diferentes como tú y yo.
Ana: Abnegación. Ese es el camino. San Juan Pablo dice que del sometimiento mutuo nace una preciosa confluencia. Pues empecemos por ahí y la comunión la construirá el Espíritu Santo.

Madre,

La puerta estrecha está al principio. Luego el camino de vuelve cada vez más hermoso. Ayúdanos a recorrerlo, Madre bendita.

RETIRO MATRIMONIOS CIUDAD REAL (HERENCIA) 7-9 JUNIO 2024

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Esposos abrasados. Comentario para Matrimonios: Juan 16, 16-20

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EVANGELIO

Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 16-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver».
Comentaron entonces algunos discípulos:
«¿Qué significa eso de «dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver», y eso de «me voy al Padre»?».
Y se preguntaban:
«¿Qué significa ese «poco»? No entendemos lo que dice».
Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo:
«¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: «Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver»? En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».

Palabra del Señor.

Esposos abrasados.

El Señor se va junto al Padre, y Su partida provoca en nosotros tristeza, pero con la venida del Espíritu Santo, comienza nuestra alegría.
Experimentamos cierta tristeza porque no estamos plenamente en Él, y tenemos ese anhelo en el corazón, como los amantes protagonistas del Cantar de los Cantares.
Pero la alegría plena llegará cuando por Su bendita Misericordia, nos lleve junto a Él.
Tanto amó Dios al mundo que entregó Su vida para que la nuestra llegue a plenitud.

Aterrizado a la Vida Matrimonial:

Miriam: ¿Eres consciente de cuánto nos ama el Corazón de Jesús? ¿Eres consciente de que le arde tanto el Corazón por amor a nosotros que necesita que lo comuniquemos para aliviar todo ese fuego?
Jose: Él me ha dado tanto amor por ti, que me hago una pequeña idea. En realidad, mi amor a ti es una pequeña participación en Su Amor a nosotros, y cada vez me arde más el corazón y necesito comunicártelo en Su nombre.
Miriam: ¡Anda, qué bueno! Nunca había caído en que nuestro amor nupcial alivia el fuego del Amor del Corazón de Jesús. Me encanta poder amarte así.

Madre,

Jesús vino a prender fuego en nuestros corazones y ya están ardiendo. Que seamos esposos abrasados por Su Amor. Alabado sea el Sagrado Corazón de Jesús.