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EVANGELIO
¡Que sean completamente uno!
Lectura del santo Evangelio según san Juan 17, 20-26
En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró, Jesús diciendo:
«No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.
Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».
Palabra del Señor.
Buscar las 3 patas.
La oración sacerdotal de Jesús es como una especie de testamento en el que le transmite al Padre un resumen de lo que ha hecho por nosotros y le pide que haya una continuidad y una evolución en lo que nos ha dado hasta que llegue a plenitud. En resumen, Jesús nos ha dado la Palabra, el Nombre y la Gloria. La Palabra que podría representar el plan de Dios, el Nombre que se refiere a la intimidad de Dios y la Gloria que viene a ser la Vida divina. Camino, Verdad y Vida. Es el legado de Cristo que nos lleva a hacernos uno entre nosotros y con la Santísima Trinidad a través de Cristo. Todo para hacernos uno.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
José Luis: Poca gente sabe decir cómo le ayuda su Sacramento del matrimonio en la vida conyugal. Ya sé que está Cristo entre nosotros, pero ¿qué te parece si lo concretamos en la vida?
Andrea: Pues mira, yo lo resumiría en tres palabras que definen a Jesús: Camino, Verdad y Vida. Camino porque Él nos enseña a ser esposos. Tú mira a Jesús como Esposo de la Iglesia e interpreta toda tu entrega esponsal desde Su manera de entregarse y estarás acertando de pleno.
José Luis: En la Pasión especialmente, sí. Estoy de acuerdo. Respecto a la segunda, Verdad, yo diría que es introducirnos juntos en Su intimidad, que es la única verdad, porque Él “es” por Sí mismo, no necesita ninguna referencia a nada a lo que asemejarlo o compararlo o para determinar de dónde procede, porque sólo Él se explica a Sí mismo y lo demás son criaturas que provienen de Él. Si tú y yo nos adentramos en Su intimidad, y conocemos quién es, todos nuestros afectos se ordenarán adecuadamente en nuestro corazón y nos asemejaremos a Él. Además, según nos adentramos en Su intimidad, Él nos va haciendo uno con Él.
Andrea: Bueno, bueno… si estoy casada con un teólogo, qué maravilla. Y la tercera, la Vida, porque Él nos creó y nos dio la vida, pero luego nos ha salvado para darnos la vida eterna. Una vida sobrenatural que va mucho más allá de lo natural. Y en nuestro matrimonio, podemos participar de esa vida por la gracia de nuestro Sacramento. Sin ella, no podríamos hacernos uno entre nosotros.
José Luis: Oye que, como teóloga, tú tampoco te quedas corta… En resumen: Las 3 patas de nuestro camino espiritual: Formación, fe y vida. ¿A dónde iríamos sin nuestro Sacramento?
Andrea: A ningún sitio.
Madre,
Qué bendición que Dios quiera hacerse uno con nosotros. ¿Qué más podemos pedir? Sin Él ¿A dónde iremos? Alabado sea Dios.