Archivo por meses: diciembre 2023

Fariseos o pastores. Comentario para Matrimonios: Mateo 18, 12-14

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EVANGELIO

Dios no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 12-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en los montes y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, en verdad os digo que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.

Igualmente, no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños».

Palabra del Señor.

 

Fariseos o pastores.

Contrasta la actitud del fariseo que descarta al pecador, acusándolo y despreciándolo, y la del Buen Pastor, que deja a los justos para irse en busca de la oveja perdida.

La pregunta es: Cuando me pierdo ¿con quién me gustaría encontrarme? ¿con el Fariseo o con el Buen Pastor? Tengo clara la respuesta. Pues cuando el que se pierde es mi esposo, que vaya en nombre del Buen Pastor y no en nombre del fariseo.

 

Aterrizado a la vida matrimonial:

Manuel: Noto que mi amor por ti va madurando. Antes se agitaba al vaivén de los afectos, y ahora es mucho más estable.

Sara: ¿Más estable en qué sentido?

Manuel: Pues en que, antes dependía de las consolaciones que recibía de ti para responder como te merecías. Es decir, antes amaba las consolaciones que recibía de ti. No a ti, como debería ser. Claro, amar las consolaciones y no a ti, tiene consecuencias graves para nuestra unión.

Sara: Ahora entiendo. Claro, por eso, cuando no hay madurez en el amor, es imposible amar al otro cuando está en pecado. Porque amar no es hacer leña del árbol caído, sino ayudar a recuperar la caña cascada, como haría Cristo.

 

Madre,

Sigue con nosotros en esta preciosa espera. Gracias, bendita Madre.

Somos camilleros. Comentario para Matrimonios: Lucas 5, 17-26

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EVANGELIO

Hoy hemos visto maravillas.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 17-26

Un día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones.
En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo:
«Hombre, tus pecados están perdonados».
Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos:
«¿Quién es este que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?».
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo:
«¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil: decir «Tus pecados te son perdonados», o decir “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados – dijo al paralítico -: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”».
Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios
El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían:
«Hoy hemos visto maravillas».

Palabra del Señor.

Somos camilleros.

Me pregunto por los méritos de aquel paralítico. Le llevan otros, Jesús le perdona por la fe de los que le llevan y después lo cura para darles una enseñanza a los fariseos. El beneficiario era él, que no había tomado parte en nada. No sabemos ni siquiera si tendría fe.
Este es el poder de la intercesión. Así, como los camilleros, llevamos nosotros a los matrimonio tutelados. Así me dejo yo también llevar por las personas que me quieren, en especial por mi esposo. Y me lleva con su oración todos los días ante el Señor. Ya no tengo miedo, ni desesperanza, porque el Señor no me va a dejar así, no me va a dejar paralizado. Cuando me ve delante de Él tan necesitado, seguro que se compadece de mí y en su momento, cuando considere, me sanará. En cada confesión me dice: “Tus pecados están perdonados”, y estoy seguro de que algún día, cuando Él considere, me dirá: Ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa. Hoy descanso pensando en ese día, porque sé que llegará.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Paco: Cariño, ¿puedo pedirte un favor?
Ana: ¿Qué necesitas?
Paco: Necesito que seas mi camillera y durante un tiempo centres tus oraciones y toda tu fe en pedirle al Señor que me sane de este pecado que tengo de soberbia. Hace que muchas veces te responsa mal y hiera tu corazoncito sensible.
Ana: Vale. Cuenta con ello.
Paco: ¿No te olvidarás? ¿lo vas a hacer?
Ana: A diario y con toda mi fe y ofreciendo todos mis sacrificios.
Paco: Por tu fe, me salvará el Señor. Gracias Ana. Alabado seas Señor.

Madre,

El Señor se compadece de nosotros siempre. Tengo que tener esperanza, seguir luchando, rezar, pedir que recen por mí… y Él lo hará posible. Él me sacará de mis pozos, de mis oscuridades y ayudaré a mi esposo a que salga de los suyos. Tenemos que ser camilleros el uno del otro. Alabado sea el Señor que no defrauda nunca. Amén.

¿Mi puerta cerrada? Comentario para Matrimonios: Marcos 1, 1-8

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EVANGELIO

Enderezad los senderos del Señor.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 1-8

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
Está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino.
Una voz grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.”»
Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán.
Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba:
– «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias.
Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo».

Palabra del Señor.

¿Mi puerta cerrada?

Siempre me había preguntado: Si Juan sabía que Jesús vendría bautizando con el Espíritu Santo, ¿Para qué bautizaba con agua? Ahora comprendo que necesito un “bautismo” de conversión, para poder recibir el bautismo en el Espíritu. Esto significa que primero debo desear seguir las pautas que marca el Evangelio, en mi matrimonio (Para empezar).
Son esas pautas que dicen que Dios debe ser lo primero en mi vida, y amar a mi esposo como Dios me ama a mí (Nada menos). Esto implica mucho sacrificio y mucha humildad para que el Espíritu pueda estar en mí. Y si no me preparo para ello purificando mi corazón con esfuerzos, con oración… en este adviento, no seré capaz de acoger al Niño en mi vida. No habrá Navidad en mi matrimonio por muchos adornos que haya puesto fuera. Dios va a nacer ¿Voy a allanarle el camino? ¿Voy a prepararle un sitio en mi casa? O tendré mi puerta cerrada cuando llame María para darle a luz. Tengo el convencimiento de que el Señor querrá venir a mi casa y me va a ayudar también a preparar mi corazón. Yo quiero recibirle.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Carlos: Otra vez la he fastidiado, Marisa. Otra vez te he juzgado mal. Otra vez te he hablado en un tono que no te mereces. Te pido perdón, y me ofrezco para servirte en lo que necesites, para reparar el daño que te he causado.
Marisa (esposa de Carlos): No, Carlos. Yo también te he hablado mal. Yo también te he juzgado mal. Perdóname tú a mí también. Vamos juntos a pedir perdón al Señor y pedirle misericordia.
Ambos: Señor, lo estábamos intentando, y no íbamos mal, pero otra vez hemos caído y hemos roto nuestra comunión, y nuestros hijos nos han oído discutir. Perdónanos, Señor y danos fuerzas para hacerlo bien la próxima vez. Es el orgullo lo que impide que estemos el uno en el otro, es el egoísmo el que nos impide estar más pendiente del esposo que de mí. Es la vanagloria la que me hace pretender mostrarme mejor que mi esposo. Danos, Señor, la humildad necesaria para recibir a nuestro otro yo con la dignidad que merece, con la dignidad que tú le has dado. Señor, queremos hacerte hueco en nuestro amor. Que Tu amor nazca en nosotros esta Navidad. Amén.

Madre,

Tú que eres portadora del Amor, tráelo a nuestra casa, a nuestro matrimonio. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

A las muchedumbres. Comentario para Matrimonios: Mateo 9, 35-10, 1. 5a. 6-8

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EVANGELIO

Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 35-10, 1. 5a. 6-8

En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando el Evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia.

Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor».

Entonces dice a sus discípulos:

«La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies».

Llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia.

A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:

«Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis».

Palabra del Señor.

 

A las muchedumbres.

Celebramos hoy el día de san Juan Diego, y el 2º aniversario de la constitución de la Asociación Privada de Fieles Esposos Eucarísticos Misioneros de

Proyecto Amor Conyugal. ¡Felicidades a todos los que colaboráis en ella! Son dos intervenciones Marianas a través de las que el Señor quiere hacer llegar la buena noticia del Evangelio y sanar a las muchedumbres. ¡Cuantos frutos ha dado la advocación de Ntra. Sra. de Guadalupe en todo el mundo! Y ¡Cuántos frutos está dando la Madre del Amor Conyugal en tantos matrimonios y familias! Y cada vez en más sitios del mundo.

Pero el Señor necesita colaboradores para esta misión por el matrimonio y la familia. No queremos que te salgas de tu parroquia, no queremos que te salgas de tu movimiento, queremos que sigas viviendo tu fe allí, pero puedes colaborar de vez en cuando con la Madre para salvar a muchos matrimonios y familias. Si experimentas la llamada de la Madre, hazte colaborador de la Asociación y Ntra. Madre te dará el ciento por uno.

 

Aterrizado a la vida matrimonial:

Alicia: Es verdad que no colaboramos mucho en la evangelización y tenemos una llamada como cristianos a hacerlo. Hay muchos matrimonios que se acercan a Proyecto Amor Conyugal para que la Madre los sane como hizo con nosotros. ¿Qué te parece si nos ofrecemos a colaborar?

Jaime: Es que, no tenemos tiempo. Y, además, nosotros seguimos metiendo la pata muchas veces. ¿Quiénes somos nosotros para aconsejar a nadie?

Alicia: Podemos colaborar de muchas maneras, y además, nos dan la formación que necesitamos para hacerlo. ¡Venga, anímate, que te vas a alegrar!

(Y se apuntaron y Ntra. Madre les hizo vivir unas experiencias maravillosas colaborando con Ella)

(Si quieres hacerte colaborador de la Asociación que promueve y custodia el método Proyecto Amor Conyugal, pincha aquí: https://app.proyectoamorconyugal.es/ords/r/pac/pac/inicio y después en el botón “Hazte colaborador”)

 

Madre,

Envía matrimonios obreros a Tu mies, que este Proyecto Tuyo va muy rápido y necesitamos colaboradores. Gracias Madre por Tu obra en nosotros y a través de nosotros. Gracias por Tu llamada, bendita Madre.

Fruto del Sacrificio. Comentario para Matrimonios: Lucas 1, 26-38

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EVANGELIO

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de
Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José,
de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era
aquél. El ángel le dijo:

«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu
vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande,
se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su
padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá
fin».

Y María dijo al ángel:

«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».

El ángel le contestó:

«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con
su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. También
tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses
la que llamaban estéril, «porque para Dios nada hay imposible».

María contestó:

«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Y el ángel se retiró.

Palabra del Señor.

 

Fruto del Sacrificio.

Celebramos hoy la preciosa solemnidad de la Inmaculada Concepción de María.
El centro de esta fiesta no es María, como podría parecer, aunque la
veneramos profundamente especialmente en este día. Pero el centro de nuestra
fe siempre es Cristo. Y me explico: Contemplaba el Santísimo expuesto junto
a una figura de la Santísima Virgen y veía cómo la Inmaculada Concepción de
María es fruto por anticipación de las gracias redentoras de Cristo. Ella
recibe el don de ser concebida Inmaculada, del Sacrificio de Su Hijo antes
de que se produjese. Podríamos decir que el Hijo es a su vez da a luz a Su
Madre, es Padre de Su divinización. Es decir, que hoy contemplamos en la
Inmaculada una obra maestra de Cristo.

También como esposos, nos acercamos a este pasaje del Evangelio contemplando
el momento en que dos esposos, como fruto de su matrimonio y de un acto
Conyugal santo, seguramente el más santo que ha existido y existirá jamás
por obra de la gracia, conciben a la Inmaculada. Mirando a María,
contemplamos ¡qué belleza incomparable tiene el plan de Dios para el
matrimonio! Alabado sea por siempre.

 

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Clara: Pedro ¿qué haces ahí tanto rato mirando a la Inmaculada?

Pedro: Estoy admirando la obra de Dios en el ser humano por vía de la
Santísima Virgen. Contemplo Su belleza, Su sencillez, Su humildad… y
contemplo el Corazón del Creador que la hizo.

Clara: Qué bonito y qué profundo, Pedro. ¿Me dejas contemplarla contigo?

Pedro: Sí, por favor, vente aquí a mi lado.

(Se quedan abrazados contemplando a la Inmaculada)

Pedro: Ella es fruto del Corazón del Padre, fruto del Sacrificio de Cristo y
fruto de la acción del Espíritu Santo. Pero lo que ya me acaba de derretir,
es que la mediación para todos estos frutos haya sido el don del Matrimonio,
haya sido el abrazo conyugal entre dos esposos. ¿Hasta ese punto es
importante para Dios nuestro vínculo matrimonial? Me sobrecoge, la verdad,
este gran misterio.

Clara: Desde luego que los designios de Dios son grandes, y Él hace
partícipe a la humanidad de toda Su grandeza. Es increíble cuánto nos ama.

Pedro: Es increíble.

 

Madre,

Muchas felicidades el día de Tu cumpleaños. Yo nací a la Vida el día de mi
bautismo, pero Tú naciste a la Vida el día de Tu Inmaculada Concepción.
Damos gracias a Dios por ti y por Tu Maternidad espiritual.