Archivo por días: 18 diciembre, 2023

Acoger lo de Dios. Comentario para Matrimonios: Mateo 1, 18-24

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EVANGELIO

Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 1, 18-24

 

La generación de Jesucristo fue de esta manera:

María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó
que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en
privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños
un ángel del Señor que le dijo:

«José, hijo de David, no temas acoger a, tu mujer, porque la criatura que
hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás
por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por
medio del profeta.

«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre
Enmanuel, que significa «Dios-con-nosotros»».

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y
acogió a su mujer.

Palabra del Señor.

 

Acoger lo de Dios.

Hoy el Evangelio me dice: No temas en acoger lo que Dios te quiere
transmitir a través de tu esposo o tu esposa, porque viene del Espíritu
Santo. Tú ponle nombre según establece la Sagrada Escritura o la Doctrina,
para asegurarte de que viene del Espíritu Santo, y si es coherente con la
Verdad, acógelo sin miedo y si no, pregúntate qué quiere Dios de esa
situación que ha permitido.

Todo esto sucederá para que se cumpla la verdad del Sacramento del
Matrimonio por la que mi esposo es ministro de la gracia de Dios para mí.
Esa es mi vocación, como la de José fue ser esposo de María y padre de
Jesús, para que se cumpliese la escritura.

 

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Elena: Ayer, en el abrazo conyugal, me pediste algo que creo que no es digno
de los hijos de Dios. Me pregunté qué quería Dios de esa situación y me di
cuenta de que tenía que hablarte de la dignidad tan maravillosa que tienes.
Además de hijo de Dios, templo del Espíritu Santo, comprado a precio de la
Sangre de Cristo, eres ministro de la gracia de Dios para mí. Quería
recordártelo para que lo tengas en cuenta en todo momento. Tú eres ministro
de la gracia de Dios para mí, y estoy atenta a lo que tú dices o haces o me
pides, porque espero que realmente lo seas. Te pido que siempre que actúes
conmigo sea conforme a tan enorme dignidad que Dios te ha conferido.

Pedro: Tienes razón, Elena. Gracias por decírmelo. Estas palabras que me has
dirigido, sí que vienen de Dios y claramente son para mí. Gracias por ser
mediación Suya. Doy muchas gracias a Dios por tenerte, y te prometo
responder a este maravilloso don con la dignidad que corresponde.

Elena: Gracias a ti por tu maravillosa acogida de este mensaje, por tu
sencillez y tu nobleza. Yo no lo habría acogido con tanta humildad. Ahora sí
que estás siendo un testimonio de la acción de Dios para mí. Gracias.

 

Madre,

Que estemos atentos siempre a la voz de Dios discerniendo las circunstancias
o los consejos que recibimos, y una vez discernido que viene de Dios, que
estemos abiertos a hacer lo que nos pida, por extraño que a veces nos pueda
parecer. Con esta sencillez, estamos dispuestos a acoger al Niño Dios con
todo lo que quiera traernos para nuestra vida. Alabado sea Dios.