Archivo por meses: mayo 2023

Ya no se turba. Comentario para Matrimonios: Juan 14, 1-6

EVANGELIO

 

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 1-6

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí».

Palabra del Señor.

 

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Ya no se turba.

“No se turbe vuestro corazón” Qué importante mensaje del Señor, y qué tranquilizador, sobre todo entendiendo que Jesús lo está diciendo en la tarde anterior al día de su Pasión. Imaginemos el ambiente tan enrarecido que vivían los discípulos en aquella situación. Yo a veces puedo vivir en mi vida momentos convulsos. Momentos de desasosiego, de no entender nada, de angustia, por las circunstancias, porque mi unión con mi esposo no es lo que esperaba o como desearía, o para lo que he sido creado.
Pero el Señor hoy me dice mirándome a los ojos: “No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí… os prepararé un lugar, volveré y os llevaré conmigo”. Dice San Pablo que nos gloriamos en la tribulación, porque genera paciencia, la paciencia virtud, la virtud esperanza y la esperanza no falla porque Dios ha derramado el Espíritu Santo en nuestros corazones. Amén.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Pedro: No sé, con lo bien que íbamos, y de repente esta crisis.
María: Sí, te noto muy lejos de mí. He experimentado sentirte “hueso de mis huesos y carne de mi carne”, pero ahora, estás como nervioso y yo estoy triste. No siento que estés tú en mí y yo en ti.
Pedro: Sí, y yo tengo la sensación de que ya no soy importante para ti. Parece como si tuvieses la cabeza en otras prioridades…
María: Pues no es así… Pero no importa lo que sintamos o las sensaciones que tengamos el uno del otro. No podemos desfallecer. El Señor nos dice que no se turbe nuestro corazón. Él está con nosotros, porque no le hemos abandonado y seguimos contando con Él, así que confiamos en Él.
Pedro: Sí, los matrimonios también pasamos noches oscuras. Temporadas en las que no nos sentimos unidos, pero aun así, tenemos que seguir trabajando para ser fieles a la vocación que Dios nos ha encomendado. Aunque el Demonio se cuele, no vamos a desfallecer. Es una prueba para que demostremos que seguiremos amándonos en cualquier situación, así que continuaremos esforzándonos y no perderemos la Esperanza. En ti confiamos, Señor.

Madre

De los esposos, ruega por nosotros.
Nada te turbe, nada te espante, quien a Dios tiene, nada le falta…

Recibirlo en condiciones. Comentario para Matrimonios: Juan 13, 16-20

EVANGELIO

 

El que recibe a quien yo envíe me recibe a mí.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 13, 16-20

Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: “El que compartía mi pan me ha traicionado”. Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy.
En verdad, en verdad os digo: el que recibe a quien yo envíe me recibe a mí; y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado».

Palabra del Señor.

 

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Recibirlo en condiciones.

Recibo al que el Señor me envía cuando recibo a mi esposo, y recibiendo a mi esposo le recibo a Él, y recibo también al Padre.
A ver cómo hago para recibirle en condiciones en todo momento.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Mercedes: Veo que me recibes cada vez con más ilusión, con más entusiasmo, y me encanta. Da gusto encontrarme contigo. ¿A qué se debe?
Felipe: Se debe a que cada vez entiendo más mi vocación y mi espiritualidad conyugal. Cada vez veo más presente a Cristo en ti, y esto me alegra de una manera sobrenatural.
Mercedes: A qué te refieres con esa manera sobrenatural.
Felipe: Me refiero a que se alegra mi espíritu en Dios, no en las circunstancias.
Mercedes: ¿Me ayudas a mí a vivir eso?
Felipe: Encantado. No se me ocurre un plan mejor.

Madre,

A ti también te acogemos como enviada del Señor. Bendita seas, Madre.

El mayor anhelo. Comentario para Matrimonios: Juan 14, 6-14

EVANGELIO

 

Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces?
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 6-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás:
«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí».
«Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras, Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

Palabra del Señor.

 

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El mayor anhelo.

Esta misión de esposos que nos lleva a reflejar aquí en la Tierra quién es Dios, hace que tengamos que estar muy atentos a la relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, para saber a qué atenernos, porque quien nos vea a nosotros debería ver el amor de la Santísima Trinidad entre nosotros. Obviamente no por obra nuestra, porque eso es imposible, sino por la acción del Espíritu Santo, que es el mismo que une al Padre y al Hijo, por tanto, nuestra unión debería parecerse ¿no?
Veamos lo que necesitamos para permitir la acción del Espíritu Santo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Jaime: Esa unión que debemos alcanzar en el matrimonio para que, igual que el Padre está en el Hijo y el Hijo está en el Padre, así también estemos nosotros el uno en el otro, tenemos que profundizar a ver qué consecuencias tiene para nuestro día a día.
Teresa: Esa unión tan profunda es un misterio, pero es la que Dios nos pone como tarea. Yo creo que para llegar a alcanzar esa intimidad común se requiere vulnerabilidad. Requiere que yo no tenga miedo de compartir mis experiencias más íntimas contigo ni tú conmigo.
Jaime: Vale. Otra que yo diría es que debemos compartir la voluntad y para ello, se requiere obediencia mutua. Si yo no renuncio a mi voluntad por desear la tuya, no llegaremos a alcanzarla nunca.
Teresa: Y viceversa, claro. Más cosas… a ver. Para compartir nuestros deseos, se requiere santa indiferencia. Es decir que me dé igual una cosa que la contraria siempre que los dos persigamos la voluntad de Dios.
Jaime: Totalmente de acuerdo. Otra cuestión puede ser compartir nuestra justicia, y para ello se requiere mansedumbre. ¿Qué te parece?
Teresa: Me parece perfecto. Y por último, yo diría que para compartir nuestros criterios, se requiere humildad.
Jaime: Mucho tenemos que trabajar, Teresa.
Teresa: Y por supuesto, Jaime, compartir la fe. Encomendemos al Espíritu Santo, esta tarea tan hermosa de ser imagen de Dios.

Madre,

Alcanzar el modelo de unión de Dios. Ese es nuestro mayor anhelo, hacernos uno, a ello aspiramos con Su ayuda. Alabado sea por siempre.

Obras que salvan. Comentario para Matrimonios: Juan 10, 22-30

EVANGELIO

 

Yo y el Padre somos uno.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 22-30

Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón.
Los judíos, rodeándolo, le preguntaban:
«¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente».
Jesús les respondió:
«Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado, es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».

Palabra del Señor.

 

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Obras que salvan.

Señor, cuando te seguimos y estamos contigo, hacemos Tus obras. Obras de misericordia, de paciencia, de alegría, de humildad… obras que salvan a otros, que lo hacen todo nuevo. Señor, me llena de esperanza que nos digas que nadie nos arrebatará de tu mano. También me siento importante para ti cuando dices que yo, lo que el Padre te ha dado, soy para ti más que todas las cosas ¡Qué importante soy para ti! Gracias Señor por amarme de esta manera.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ramón: Perdona, esposa. Me pediste que no te llevara la contraria delante de los niños y lo he vuelto a hacer. Es ese arrebato de orgullo que me impulsa a sobresalir para quedar mejor. Perdón Señor. Ayúdame a acoger a mi esposa como ministra de Tus Gracias para mí.
Teresa: Te perdono, Ramón. Sé que Tú, Señor, estás presente en este acto de amor y eso me da esperanza. Anímate, Ramón, ya verás cómo nos ayuda. Tenemos un camino precioso que construir. El camino del amor, de la Caridad Conyugal. Anda, dame un abrazo fuerte en presencia del Señor, que Él lo hace todo nuevo.
Ramón: Gracias Señor, por este don de mi esposa. Es una maravilla.

Madre,

Que nuestra vida de esposos sea una constante oración, siempre en presencia del Señor, porque siempre está presente a través de nuestro Sacramento. Qué suerte, pasear juntos con Él cada tarde. Alabado sea el Señor, que nos lleva de Su mano. Amén.

Dos condiciones. Comentario para Matrimonios: Juan 10, 1-10

EVANGELIO

 

Yo soy la puerta de las ovejas.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 1-10

En aquel tiempo, dijo Jesús:

«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».

Palabra del Señor.

 

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Dos condiciones.

¿Qué mejor noticia que ser conducido por Ti, Señor? Señor, en este Evangelio, para comprometerte a ser Tú mi Pastor, me enseñas que necesitas de mí dos cosas: Un compromiso de fidelidad, es decir, que no actuaré por mi cuenta y construir una relación de confianza contigo, es decir, que construya y mantenga una relación íntima contigo que me permita distinguir tu voz de otras voces que me distraen de mi vocación.
Lo importante es que si caigo, en seguida oiga Tu voz para poder levantarme y seguirte. No son mis méritos y tirar por donde yo creo, son las mociones de Tu Espíritu Santo las que construyen santos.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Almudena: Estoy desconcertada. Parece que no avanzo y no sé por dónde seguir. Analizo mis caídas, las veces que te ofendo y de verdad que no soy consciente de ellas. Y al contrario, me parece que lo tuyo hacia mí sí que son ofensas y entonces eres tú el que no las ves. No entiendo nada y no sé cómo avanzar.
Luis: Yo tampoco. Yo estoy seguro de que no hago ni digo nada que pueda ofenderte y en seguida te sientes ofendida. Y tú no entiendes que yo no vea que te hago daño.
Matrimonio Tutor: Perdonad que intervengamos. Si os seguís mirando a vosotros mismos y el uno al otro, aplicando vuestros criterios, estáis perdidos. Creemos que esto es una estrategia del demonio para que no estéis centrados en el Señor. Nuestra recomendación es que os riais de esta situación por vuestra torpeza, por vuestra fragilidad, y que centréis vuestras miradas en el Señor. Ya veréis como Él se encarga de desliar este embrollo.
(Y así ocurrió. Almudena y Luis dejaron de darle vueltas a cada situación en la que se sentían ofendidos y simplemente le pidieron al Señor que es encargase Él de resolver todo aquello. Milagrosamente el panorama se fue despejando y el ambiente se fue relajando. El Señor les devolvió la luz que habían perdido).

Madre,

No queremos salirnos del rebaño, queremos morir siendo fieles a nuestra Iglesia, de la que Tú eres Madre. Siendo cosa Tuya y del Señor, estamos tranquilos y vamos confiados. Es un gusto sentirnos arropados por Ella. Bendita Iglesia.