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RETIRO PARA NOVIOS EN MURCIA 14-16 JULIO

RETIRO PARA NOVIOS EN MURCIA 14-16 JULIO

Proyecto Amor Conyugal en colaboración con la Diócesis de Cartagena-Murcia os invita a participar en un retiro para Novios con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).

¿A quién va dirigido este retiro? A todos los novios en momento de discernimiento, que quieran vivir una Experiencia de Amor verdadero, y que quieran profundizar en la vocación al matrimonio.

FECHAS: Será desde el viernes 14 de julio a las 18:00h hasta el domingo 16 de julio a las 17:30h.

LUGAR: Casa de Ejercicios Sagrado Corazón (Murcia).Av. de los Jerónimos, 2, 30107 Guadalupe, Murcia. https://goo.gl/maps/jXLkbAmUzv1c3Ugq5

 

PRECIO: 165 € por persona. (Incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos)

Suplemento económico para ayuda a otros novios: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros novios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.

Subvenciones: Si algunos novios no pueden asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.

 

INSCRIPCIÓN: Para realizar la inscripción podéis pinchar aquí (La inscripción se abrirá el domingo 14 de mayo a las 20:00 horas)

¿Cuándo? Lo antes posible. Se suele llenar en pocos minutos.

Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la reserva de plaza o indicaros si estáis en lista de espera en caso de que no hubiese plazas disponibles.

Para consultar cualquier duda o ponerte en contacto con nosotros, escríbenos a retiros.murcia@proyectoamorconyugal.es

Sobre Proyecto Amor Conyugal: https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.

Sales nutritivas. Comentario para Matrimonios: Juan 14, 15-21

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EVANGELIO

 

Le pediré al Padre que os dé otro Paráclito
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 15-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros.
No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

Palabra del Señor.

Sales nutritivas.

El amor se apoya en una alianza. El que es fiel a esa alianza, saborea los beneficios de la relación de comunión. El Señor es mi único Dios, mi principio y mi fin. Siendo fiel a la alianza que Él ha establecido conmigo a través de Sus mandamientos, saborearé la experiencia brutal de que Él está en el Padre, y yo en Él y Él en mí.
Acojo a mi esposo y me entrego a él/ella todos los días de nuestra vida. Esto es la comunión entre personas. Estar en Cristo es la experiencia más potente, profunda, sanadora y revitalizante que se puede vivir. Incorporar a ella mi relación conyugal, es la bomba.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Volvieron a casa después de unas vacaciones en las que habían buscado su descanso, su relajación, habían tratado de divertirse a tope. Pero entre ellos había quedado como una amargura, se masticaba un ambiente hostil, estaban como en oposición. Casi esperando a que el otro metiera la pata para restregárselo.
Andrés, salió a la terraza. Las plantas estaban decaídas también, como ellos. Los tallos doblados y los pocos pétalos que quedaban estaban mirando para abajo, como si lo único que se pudiera esperar de ellos fuese que se desprendieran en cualquier momento para formar parte de aquella tierra seca e infértil. Pero Andrés se apresuró a buscar el abono, unas sales especiales muy nutritivas para aquella tierra dura. Las esparció por todas las macetas. Después cogió la manguera y espolvoreó agua fina por todos lados, empapando después la tierra. Al día siguiente, como un milagro, los tallos se habían enderezado, y comenzaban a surgir de ellos nuevos brotes. Había salvado sus plantas.
Andrés comprendió que eso mismo era lo que necesitaban ellos y su matrimonio. Y comprendió que el alimento que les faltaba no era corporal, que de eso ya habían tenido más que suficiente durante todo el verano, sino espiritual. Esas sales nutritivas para el alma, eso es el Espíritu Santo. Andrés y su esposa se cogieron de la mano y comenzaron a rezar juntos, pidiéndole a Dios que les enviase el Espíritu. Pero era necesario estar en disposición para recibirlo. Su alma estaba sucia después de aquel verano caprichoso y egoísta. Y fueron a pedirle perdón a Dios en confesión. Él no había sido lo más importante en todos aquellos días, sino que lo habían dejado de lado, con lo cual habían fallado al primero y más importante de los mandamientos, y a partir de ahí, fallaron en varios de los demás.
Ya en gracia de Dios, volvieron a pedirle al Señor que les enviara el Espíritu Santo. Y su matrimonio, como aquellas plantas, volvió a florecer. Los tallos que sostenían la hermosura de su unión, se enderezaron y volvió a brillar en sus ojos la pureza del amor de Dios.

Madre,

Qué hermosas hace Dios las cosas. Todo lo Suyo es tan hermoso… Si algo no es hermoso es que no viene de Dios. Me encanta disfrutar de la belleza de Dios en nuestra vida, me encanta saborear sus cosas. Gloria a ti por siempre Señor.

Demasiado grande. Comentario para Matrimonios: Juan 15, 18-21

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EVANGELIO

 

No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 18-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros.
Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.
Recordad lo que os dije: «No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió».

Palabra del Señor.

Demasiado grande.

Señor, San Juan Pablo nos habla de que nos hemos desconectado de lo que viene de Ti y ahora acogemos lo que viene del mundo. Mi corazón se llena de lo que viene del mundo y necesito una conversión y necesito de Tu gracia para purificarlo cada día o si no, el mundo me come.
¡Que no! Que no me voy a dejar llevar por las corrientes de este mundo. Que a los esposos se nos ha dado una unión tan sagrada y una gracia que no admiten excusas. Pase lo que pase, estamos unidos por Dios. Nuestro “sí” se alimenta de Tu “Sí” a nosotros, y si no cabe la posibilidad de que Tú te arrepientas y te separes de nosotros (gracias a Dios), tampoco cabe la posibilidad de que los esposos nos separemos en la tierra. No hay excusas, no hay casuísticas, como no las hay entre Tú y nosotros. Nuestra unión es indisoluble porque es demasiado grande. Nosotros nos apuntamos a descubrirla hasta donde dé la medida de nuestro corazón.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Juan: Te amo, Señor. Porque no me has dado cualquier cosa. Me has entregado Tu amor para que ame con él. Me has dado Tu unión, para que me una con ella. Nos has dado Vuestra comunión, para que vuestra alegría esté en nosotros. No voy a permitir que nadie le quite categoría e importancia a esta vocación tan sagrada que me has dado. Habrá situaciones que no entienda con mi esposa o entre otros esposos, habrá pecado entre nosotros, habrá injusticias, habrá sufrimiento…
Susana: Nada nos podrá separar de Tu amor. Nada me podrá separar de mi esposo, porque estamos unidos por Tu amor: ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada? ¡Nada nos separará!

Madre,

Que el mundo no nos arrastre, que sigamos unidos a Cristo siendo fieles a Su Palabra. Bajo Tu amparo nos acogemos… Muchas felicidades!! Madre. Y gracias por tanto…

Me lanzo. Comentario para Matrimonios: Juan 15, 12-17

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EVANGELIO

 

Esto os mando: que os améis unos a otros
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 12-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Este es mí mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».

Palabra del Señor.

Me lanzo.

Señor, ya no es amar a mi esposa como a mí mismo, Tú subes el listón y nos mandas amarnos como Tú nos has amado. Es un mandato del que depende nuestra permanencia en Ti. Pero cuando me pides tanto, es porque estás dispuesto a hacerlo posible. Así que, Señor, yo pongo todo de mí y espero tu gracia. Me lanzo al vacío con todo, aunque haya cosas que no entienda o situaciones donde me parezca injusto, porque mi enemigo no es mi esposo, es el diablo. Me lanzo porque es Tu palabra y Tu palabra no puede fallar. Así sea.

Aterrizado la vida matrimonial:

Teresa se da cuenta de que muchas veces está mirando cuánto se entrega a ella su esposo, para corresponderle en la misma medida. Se da cuenta de que sin querer se le va la atención hacia los momentos en que su esposo falla a su compromiso de amor que asumió con ella. Y los pensamientos que alberga nada tienen que ver con el amor. Cuando se sienta un rato con su esposo con el propósito de construir un amor entre ambos, le saca todas estas cosas y eso no es hablar de amor, es hablar de sí misma. Leyendo el Evangelio de hoy, Teresa se da cuenta de que nunca le pide al Señor amarlo como Él la ha amado. Y si no lo hace Dios en ella ¿Quién lo va a hacer?
Raúl, su esposo, no se da cuenta de sus fallos, pero en cambio, ver clarísimo los de su esposa. Al leer este Evangelio, también siente la necesidad de pedirle a Dios que le ayude a amar a su esposa como Él lo ama. Tiene que estar mucho más centrado en amarla a ella porque ella, se lo merece. El Señor así lo espera.
Ambos reconocen cuánto necesitan del amor de Dios, y de construir una intimidad juntos.

Madre,

El amor es lo más hermoso que existe, pero nos resistimos a entregarnos por miedo, por pereza, por egoísmo, por orgullo… Creemos que así conseguimos algo y no nos damos cuenta del tesoro tan grande que nos perdemos: La experiencia de vivir el amor verdadero. Cristo lo hizo y Dios lo glorificó. Alabado sea nuestro Señor por siempre.

Adiós a las tristezas. Comentario para Matrimonios: Juan 15, 9-17

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EVANGELIO
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros».
Palabra del Señor.
Adiós a las tristezas.
Señor, hoy dejas claro que para permanecer en el amor hay que ser fieles a una serie de compromisos. No bastan los sentimientos. De nada sirve si siento mucho amor hacia ti pero no cumplo Tus mandamientos. Ni siquiera es necesario que tenga muchos sentimientos de amor hacia ti. Lo que medirá mi permanencia en Tu amor es mi fidelidad al cumplimiento de mi compromiso contigo. Así ocurre también en mi matrimonio, donde busco vivir la alegría siendo fiel al compromiso matrimonial. Así es como se acabarán mis tristezas y Tu alegría estará en mí y llegará a plenitud en mi matrimonio.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Marta: Ya no sé si le quiero. No siento lo que sentía antes por él. ¿Qué tengo que hacer?
Matrimonio Tutor: Para amar a tu esposo, tienes que cumplir el compromiso que adquiriste con él el día que os casasteis: “Yo te quiero a ti como esposo y me entrego a ti y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad y así amarte y respetarte todos los días de mi vida. Es decir, te acojo tal como eres y me entrego con todo lo que tengo y lo que soy en cualquier circunstancia que nos venga en la vida y todos y cada uno de los días. Eso tienes que hacer para amarle.
Marta: ¿Y los sentimientos?
Matrimonio Tutor: Los sentimientos suelen venir después, cuando hacemos esto. El acto de amar con todo, implica también los sentimientos que con el tiempo se irán ordenando para que también ames a tu esposo desde tu parte más emocional.
Madre,
Danos los dones del Espíritu Santo, en especial hoy la fortaleza, para que seamos siempre fieles a la voluntad de Dios. Que seamos fieles a la vocación a la que Él nos ha llamado y encontremos en nuestra fidelidad nuestra alegría. Alabado sea el Espíritu Santo que lo hace posible.