Proyecto Amor Conyugal en colaboración con el Parroquia de San Vicenç de Sarrià (Barcelona) os invita a participar en un retiro para Matrimonios, con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).
¿A quién va dirigido este retiro? a todos los esposos unidos por el Sacramento del Matrimonio o aquellos que en el momento de la inscripción no tienen impedimento alguno para contraer el Sacramento del Matrimonio, y que quieran vivir una EXPERIENCIA de AMOR juntos, estén en crisis o no. A todos los que quieran fortalecer y reavivar su Sacramento del Matrimonio.
FECHAS: Será desde el viernes 24 de marzo a las 17:30h. hasta el domingo 26 de marzoa las 18:00h.
LUGAR: Centre d’Espiritualitat Mare Ràfols. Barri Moli d’en Rovira, S/N; 08720 Vilafranca del Penedès, Barcelona. https://goo.gl/maps/1AGrJbSRGe3FujNUA
PRECIOS: (Incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos): 330 € por matrimonio.
Suplemento para ayuda a otras familias: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros matrimonios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.
Subvenciones: Si alguna familia no puede asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.
Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la reserva de plaza (Después podréis formalizar la inscripción realizando el pago del 100% del importe a la cuenta que se os indicará) o informaros de si estáis en lista de espera (En caso de que no hubiese plazas disponibles).
Sobre Proyecto Amor Conyugal:https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.
Convertíos y creed en el Evangelio.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 14-20
Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».
Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.
Siempre me he preguntado cómo se quedaría el pobre Zebedeo, cuando llega un desconocido, invita a sus hijos a seguirle y se marchan con él, dejándole solo con la barca y las redes. También me he preguntado ¿Qué pasa con Jesús? ¿No le importa que dejen al Zebedeo solo? Podría al menos haber llamado a uno y dejado al otro… Pero Dios no se equivoca. Cuando te llama, te llama, y debemos responderle a pesar de todo lo que dejemos atrás.
Es relativamente frecuente que uno de los dos esposos tenga cierto “apego” a su familia de origen. Primero porque tiene la costumbre de vivir sometido a sus padres, y depender de ellos, segundo, porque hay cariño y tercero porque con su familia de origen se siente “como en casa”, pues es donde ha nacido y se ha criado. Pero cuando me caso, Dios me llama a realizar un servicio desde mi matrimonio, y eso implica desapegarme de mis padres. ¿Puede esto causarles algún tipo de “dolor”? Pues sí, pero es la llamada de Dios y Él no se equivoca. Puede también que viva la tentación de que mis padres me necesitan, y puede ser verdad, pero solo en casos de enfermedad grave o similar. No en vano, la familia de origen acaba siendo uno de los principales motivos de ruptura entre los matrimonios. Tiene triste gracia.
Por eso, hay un mandato expreso de Dios: “Dejará el hombre (o la mujer) a su padre y a su madre y se unirá a su mujer (o marido) y los dos serán una sola carne. Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre”. Expresamente lo menciona Cristo, porque es posible que viva esa tentación de “dejar” a mi esposo por sentir lástima o cierta preferencia hacia mis padres o hermanos, y eso no es lo que Dios quiere. Él quiere que me haga una sola carne con mi esposo, que para eso me ha creado, y lo decimos nosotros que ya nos toca ser “dejados”.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Jaime: Dice mi madre que si vamos a comer el sábado.
Laura: Jaime, no puede ser que estemos todos los fines de semana metidos en casa de tus padres. Si entre semana casi no nos vemos, el sábado estamos con tus padres y el domingo con los míos ¿Qué tiempo queda para nosotros?
Jaime: Bueno… a ellos les hace ilusión, y es un rato, el rato de comer.
Laura: No, Jaime. Al final, no hacemos otra cosa en todo el día. Entre que vas, que empezamos a comer tarde, que luego viene una sobremesa eterna, que después ayudamos a recoger la mesa y después, que ya es la hora de merendar los niños… Acabamos ya sin ganas de nada más, y nos volvemos a casa al sofá. No hacemos excursiones juntos, ya no tenemos nuestros ratos para hablar, no hay momentos para cultivar nuestra familia, la nuestra.
Jaime: Lo entiendo. Eso no debe faltar. Si te parece, a partir de ahora programaremos los fines de semana en función de nuestros planes. Primero tú y yo, segundo nuestra propia familia y el tiempo que sobre lo dedicamos a la familia más amplia, amigos y demás. ¿Te parece?
Laura: Sí, gracias por comprenderme Jaime. También, necesitaba saber que para ti soy tu prioridad. A veces tengo la sensación de que te preocupas más de tus padres que de nosotros.
Jaime: No, tontorrona… Tú eres mi vida, y siempre lo serás. Y después de ti, nuestros niños. Te quiero, te amo.
Madre,
A veces no somos conscientes de la importancia de nuestra vocación, de que es Dios quien nos llama al matrimonio, y es Dios quien desea que nos centremos en hacernos uno. A veces disfrazamos de bien, centrar nuestra atención y nuestra caridad en otras cosas o personas que nos distraen de nuestra vocación. Madre, enséñanos a ser fieles a nuestra llamada, como Tú lo fuiste. Tú subyugaste cualquier otra cosa a tu vocación de Madre de Dios. Enséñame a hacer yo lo mismo con mi vocación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Proyecto Amor Conyugal en colaboración con la parroquia San Juan Crisóstomo de Madrid os invita a participar en un retiro para Novios con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).
¿A quién va dirigido este retiro? A todos los novios en momento de discernimiento, que quieran vivir una Experiencia de Amor verdadero, y que quieran profundizar en la vocación al matrimonio.
FECHAS: Será desde el viernes 17 de febrero a las 18:00h hasta el domingo 19 de febrero a las 17:30h.
LUGAR: Real Centro Universitario Escorial – María Cristina
P.º de los Alamillos, 2, 28200 San Lorenzo de El Escorial, Madrid.
PRECIO: 150 € por persona. (Incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos)
Suplemento económico para ayuda a otros novios: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros novios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.
Subvenciones: Si algunos novios no pueden asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.
¿Cuándo? Lo antes posible. Se suele llenar en pocos minutos.
Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la reserva de plaza o indicaros si estáis en lista de espera en caso de que no hubiese plazas disponibles.
Sobre Proyecto Amor Conyugal:https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.
Se bautizó Jesús y vio que el Espíritu de Dios se posaba sobre él.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 3, 13-17
En aquel tiempo, vino Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.
Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:
«Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?».
Jesús le contestó:
«Déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia».
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una luz de los cielos que decía:
«Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».
Hoy celebramos el Bautismo del Señor. En él concurren varios acontecimientos, dos de los cuales nos gustaría resaltar. En primer lugar, la manifestación de la Santísima Trinidad. Por primera vez aparecen juntos el Padre, que se hace presente mediante esa luz y esa voz venida del cielo, Jesús a quien el propio Padre presenta como Su Hijo amado, y el Espíritu Santo que se cierne sobre Jesús en forma de paloma. En segundo lugar, vemos cómo Jesús se presenta a Juan para ser bautizado. Claramente es un acto de humildad y sometimiento. El que es la Palabra se somete al que sólo es voz, el que es la luz se somete al que sólo es lámpara, el que es el Mesías se somete al precursor. Y todo ello por voluntad del Padre. Así lo manifiesta Jesús cuando dice: “conviene que cumplamos toda justicia”. Es voluntad de Dios que Su Hijo se someta a los hombres y asuma nuestros pecados para nuestra salvación. Esto es amor y lo demás son tonterías. ¡Sólo Dios! Esposos, ¡Sólo Dios!
Aterrizado a la vida matrimonial:
Laura: Andrés, si he sido yo la que he metido la pata ¿Por qué te quieres hacer tú responsable ante tus padres?
Andrés: Laura, lo he discernido con el Señor y me ha pedido que sea así. Deja que me echen la culpa a mí. Se enfadarán muchísimo conmigo, pero me lo perdonarán en seguida. Para ellos es más fácil perdonarme a mí porque soy su hijo. Contigo, quieras que no, les iba a costar más.
Laura: Ya, Andrés, pero no es justo que tú sufras por mi culpa.
Andrés: Sí, Laura, sí. Es justo que cargue con tus culpas. Dios lo hace así conmigo para mi redención y esto es la justicia divina. A mí me pide ahora que haga lo mismo contigo en Su nombre. Yo, en Su nombre, asumo tus culpas para tu redención.
Laura: Gracias, Andrés. Eso sí que es amar como esposo cristiano. Te debo una muy grande.
Andrés: No Laura, se la debes al Señor. Y yo también. Y una mucho más grande que esta.
Madre,
Abajarse para salvar, ese es el camino que nos muestra Dios. A Él seguimos. Alabado sea por siempre.
Está cerca el reino de los cielos
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 4, 12-17. 23-25
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea.
Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Tierra de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló».
Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curó.
Y lo seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania.
Está cerca el reino de los cielos, decía Jesús. Y el reino de los cielos ya ha llegado. ¿En qué se traduce esto para ti y para mí? En que teníamos una naturaleza caída, pero el Señor la ha elevado para hacernos partícipes de la naturaleza Divina. Tenemos tendencia a seguir confiando en los dones propios de nuestra naturaleza, ya caída: Inteligencia, libertad, voluntad… son hoy en día poderes a los que se da un valor por encima del que realmente tienen. Aunque no se quiera reconocer así, son dones que Dios nos ha dado. Por encima de éstos, están los dones preternaturales. Son dones superiores a los que tiene la naturaleza caída del hombre, pero que sí tenía al principio y que tienen otras criaturas de Dios. Nos referimos por ejemplo al don de la inmortalidad, que tienen por ejemplo los ángeles. Como éste, están también el don de ciencia, de integridad y de inmunidad. Superiores a éstos están los dones sobrenaturales, son dones que están por encima de la naturaleza de las criaturas y que son específicos de la naturaleza divina. Estos dones son la gracia y la gloria.
Por la muerte y resurrección de Cristo, se nos hace partícipes de la naturaleza divina (por adopción), y así, participamos de los dones sobrenaturales, es decir, de Su gracia y de Su gloria. ¿No vamos a confiar más en estos dones que en los naturales que tanto se exaltan hoy en día?
Esposos, el reino de los cielos está ya aquí. Disfrutémoslo.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Carlos: Cariño, empieza un nuevo año, y te propongo un cambio en nuestra relación. Hasta ahora hemos intentado sanar todas nuestras heridas y superar nuestras diferencias a base de intentar dialogar, de intentar convencernos el uno al otro de que teníamos razón. Pero eso no ha funcionado. Hemos aplicado todo tipo de técnicas, terapias, etc. Y a lo más que hemos llegado es a soportarnos o a tener cada un espacio de tranquilidad, que no paz, en el que nos dejásemos hacer el uno al otro sin interferir demasiado.
Alicia: Sí, Carlos. Digamos que hemos conseguido tener más o menos un entendimiento medio forzado y por rachas. Pero eso no es lo que yo esperaba de nuestro matrimonio. A mí se me queda bastante corto.
Carlos: Efectivamente. Eso mismo me pasa a mí. Pretendíamos hacernos uno, estar el uno en el otro, y eso no lo estamos consiguiendo. Por eso, te propongo trabajar con otros dones, dones sobrenaturales que Dios nos ha entregado, dones para los que Dios ha venido al mundo, para hacer posible nuestra comunión. Te hablo de la gracia de Dios. Y para ello, contaremos con Dios, con los sacramentos, con la oración, con nuestro sacramento en nuestra entrega mutua. El Amor es con mucho la fuerza más fuerte del universo, tiene un pode infinito, y tenemos que contar con Él. ¿No te parece?
Alicia: Me parece genial. Me parece el mejor plan para este año, y me llena de esperanza.
Madre,
La llena de Gracia. Tú sí que supiste confiar en los dones más valiosos. Tú sí que supiste aprovechar el mayor don de Dios a través de tu Hijo. Alabado sea el Señor que nos ha traído los dones sobrenaturales para llevarnos a la gloria. Amén