Archivo por días: 11 enero, 2023

Bendito cansancio. Comentario para Matrimonios: Marcos 1, 29-39

EVANGELIO

 

Curó a muchos enfermos de diversos males.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.
Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron:
«Todo el mundo te busca».
Él les responde:
«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido».
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.

Palabra del Señor.

 

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Bendito cansancio.

Dios nos da la vida para gastarla. A veces me puedo quejar de que estoy cansado, pero ¡Si eso es muy buena señal! Imagino qué sería de mí si día tras día me acostase descansado. Qué pérdida de vida ¿no?
La segunda derivada es a qué dedico mi tiempo, porque cansarme sin entregarme, es egoísta, no genera vida y eso sí que es tirar mi vida.
Y la tercera derivada es cómo descanso. Jesús se va al monte a orar en plena noche cerrada. Y es que la oración es lo que realmente descansa, porque descanso en el Corazón de Dios, en Su providencia, en la confianza en Él… Eso sí que descansa.
Me encanta tener a alguien por quien desgastar mi vida. Me encanta acostarme cansado por amor a ti.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Lucía: Hoy estoy cansadísima.
Marcos: Como ayer y como antes de ayer.
Lucía: No, pero hoy especialmente. Que si la casa, que si el trabajo…
Marcos: Pues como todos los días. Nos toca trabajar para mantener la familia y luego dedicarnos a la familia. Nada nuevo bajo el sol.
Lucía: Anda hijo, podías tener un poquito más de comprensión. Te digo que estoy cansadísima y parece que te da igual.
Marcos: Tienes razón. Perdona. Intentaba quitarle hierro a la cosa, pero veo que me necesitas. Cuéntame…
Lucía: Nada, que es siempre lo mismo, un día y otro y otro… Me aburre la rutina…
Marcos: Uy no digas eso. Cada día, en cada acto de esos, me amas a mí y estás amando a nuestra familia. Ningún día es igual, porque tu entrega es siempre especial. Vale más que todo el oro del mundo. Yo estoy muy orgulloso de ti porque estás desgastando tu vida por nosotros. Y tu vida vale muuuucho.
Lucía: Gracias, Marcos. Ahora me siento mucho mejor. Has sabido sacar lo mejor de mí en esta situación. Encima que seguro que tú también estarás cansado.
Marcos: Pues claro. Como cada día, nada nuevo bajo el sol. Pero si tú me necesitas, no presto atención a mi cansancio.
Lucía: Gracias. ¿Rezamos juntos para descansar?

Madre,

El Señor nos enseña a ser hombres y mujeres. Es cuestión de imitarle. Él vino a predicar y a sanar. Alabado sea por siempre.