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¿Cuándo va a intervenir? Comentario para Matrimonios: Mateo 9, 18-26

EVANGELIO

Mi hija acaba de morir, pero ven tú y vivirá.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 18-26

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un jefe de los judíos que se arrodilló ante él y le dijo:
«Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá».
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
Entre tanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orla del manto, pensando que con solo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo:
«¡Animo, hija! Tu fe te ha curado».
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa de aquel jefe y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo:
«¡Retiraos! La niña no está muerta, está dormida».
Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se levantó.
La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

Palabra del Señor.

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¿Cuándo va a intervenir?

Está claro que la Virgen puede salvar cualquier matrimonio. Somos testigos de ello. Pero ¿y si uno de los dos no quiere? La niña del jefe de los judíos ¿pidió resucitar? No. Pero su padre se arrodilló ante Cristo e intercedió por ella. Y eso la salvó. ¿Y si no la salva, como el Padre aparentemente no salvó al Hijo? Entonces hay que confiar en un bien mayor, siempre desde la perspectiva de la vida eterna, que es la importante.
Quizás algún día escuches la voz del Señor que te dice en tu interior: ¡Ánimo, esposo/a tu fe ha curado vuestro matrimonio!

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ana: ¿Por qué no le pones en su sitio?
Javier (hijo de Ana): Mamá, es mi esposa, y deseo entregarme por ella.
Ana: Pero hijo, te está haciendo mucho daño. Olvídate de ella y rehaz tu vida.
Javier: Eso sería condenarme y darla a ella por perdida. No te preocupes por eso, Mamá, es mi misión, ofrecer sacrificios por ella y esperar que Dios actúe.
Ana: Pues si esperas que Dios la va a cambiar, vas tu listo.
Javier: No sé cómo ni cuándo, pero Él va a intervenir. Y yo confío en María, y confío en la voluntad de Dios.
(40 años más tarde, Javier fallece, y su mujer, que se había ido con otro, fallece 1 año después)
(En el cielo)
Jesús: Gracias, Javier, porque con tu sacrificio unido al mío, has logrado salvar a tu esposa. Mírala, ahí la tienes en el purgatorio, pagando por todo el daño que te ha hecho durante la vida terrena.
Javier: Señor, déjame que pague yo por ella. Quiero estar con ella.
Jesús: No puedes. Tú ya has sufrido suficiente y por eso no tienes que purgar más tus pecados. Pasa el reino de tu Señor donde te espera toda la corte celestial. Ella vendrá después contigo. Sigue intercediendo por ella ante el Padre.
Alicia (esposa de Javier en la tierra): Señor, aquí estoy sufriendo con gusto por todo el daño que le hice a mi esposo. Venero su corazón y te doy gracias por él, por entregar su vida por mí, por salvarme cuando no me lo merecía. Alabado seas Señor por el don que me diste en mi esposo. Bendito seas por siempre. Con gusto padezco este sufrimiento que me permitirá estar con él para toda la eternidad. Gloria a ti, Señor.
Jesús: Hija mía, los dos estamos deseando acogerte en nuestros brazos para toda la eternidad. Purifica tu corazón para poder presentarte ante el Padre sin mancha ni arruga alguna. ¡Ánimo hija, su fe te ha salvado!

Madre,

Somos testigos de tu poder, y estamos abrumados, sobrecogidos por tu amor maternal hacia los esposos, tu celo por el Sacramento del Matrimonio. Bendita seas, Madre, por siempre.