Archivo por meses: diciembre 2021

Hombre hambre. Comentario para Matrimonios: Mateo 11, 16-19

EVANGELIO

No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 16-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
«¿A quién se parece esta generación?
Se asemeja a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo:
“Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado”.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”.
Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».

Palabra del Señor.

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Hombre hambre.

El hombre es hambre. Es hambre porque está inacabado. Tiene que desarrollarse humana y espiritualmente durante toda la vida. El matrimonio es una relación hambrienta, porque siempre está inacabado en esa misión de construir una relación de comunión. Y somos hambre en última instancia, porque hemos sido creado para ser saciados por Dios. Estamos permanentemente insatisfechos y lo seguiremos estando. Como decía San Agustín: «Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que repose en ti».
Mi respuesta ante ese “hambre” con la que viviré toda mi vida, puede ser: 1. Embotar el corazón, es decir, llenar mi vida constantemente de cosas que me mantengan distraído para que no me dé tiempo a darme cuenta de que tengo hambre (O sea, perder el tiempo). 2. Otra actitud puede ser la de quejarme, y que todo me parezca mal, como habla Jesús hoy en el Evangelio. 3. Por último, ir poco a poco satisfaciendo ese hambre a base de ir construyéndome como persona, construyendo mi relación con Dios, y construyendo mi relación de comunión en mi matrimonio. Es decir, entrar en un camino que me va saciando poco a poco hasta llegar a la plenitud.
Nunca llegaré a estar satisfecho del todo, pero eso es bueno, porque así, seguiré deseando luchar por alcanzar la gracia de la Caridad Conyugal, aquello para lo que Dios me ha creado.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Teresa: Descubrimos el tesoro del matrimonio, y empezamos a trabajar y poner en práctica lo que íbamos aprendiendo, y acudimos a los sacramentos con frecuencia para recibir la gracia, y rezamos juntos. Sin embargo, seguimos notando cierta insatisfacción. A veces esta sensación produce desesperanza, y nos preguntamos si servirá para algo todo lo que estamos haciendo.
Matrimonio Tutor: Queridos esposos, el amor conyugal es un proyecto en el que hay que seguir creciendo toda la vida. Eso es bueno, porque así se puede saborear el camino y estaremos ilusionados hasta el final de nuestros días. Siempre podremos crecer más. También es bueno porque así no dejamos de luchar, siempre con la esperanza de que vendrá algo mejor, que el mejor vino llegará al final. Por tanto, nada de desesperanza. Al contrario, el Señor tiene mucho más que darnos, y tenemos que alcanzarlo. Ya veréis. ¡Os esperan grandes sorpresas!

Madre,

Tengo que aprender a gestionar mis insatisfacciones. Todo al final se basa en la esperanza. Estoy tranquilo porque sé que algún día, las promesas de Dios se harán realidad. Mientras me toca luchar para aprovechar mi vida como Dios quiere. Alabado sea el Señor.

Sólo una vida. Comentario para Matrimonios: Mateo 11, 11-15

EVANGELIO

No ha nacido uno más grande que Juan el Bautista.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 11-15

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.
Desde los días de Juan el Bautista, hasta ahora el reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan. Los profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo.
El que tenga oídos que oiga».

Palabra del Señor.

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ANUNCIO EN VITORIA Parroquia de San Juan HOY jueves 9 de diciembre a las 20:00h

RETIRO EN VITORIA QUEDAN PLAZAS LIBRES POR BAJAS DE ULTIMA HORA:

Sólo una vida.

Cierto es que estamos en una batalla espiritual que durará hasta el día de nuestra muerte, pero yo tengo sólo una vida para poder responder a la llamada de Dios, tengo una vida para demostrarle que amo a mi esposo como Él me ama a mí (que es para lo que me ha creado), sólo una vida para demostrarle en definitiva que le amo. Y pienso morir con las botas puestas.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Matrimonio Tutor: Marta, ¿Por qué te quejas?
Marta: Porque mi marido es muy puñetero. Me quita la paz y la alegría. Siempre está muy pendiente de lo que no hago por él, todo lo que quiero hacer me lo discute, por más que le digo, no cambia. Luego están mis suegros, que reclaman también atenciones. Mi hermano que se quita de en medio… Salgo muy emocionada y con mucha esperanza de la Misa o de la Exposición del Santísimo, pero en seguida, me quitan la paz.
Matrimonio Tutor: Marta, ¿Notas cómo te ama el Señor?
Marta: Sí, mucho.
Matrimonio Tutor: ¿A pesar de tus pecados y tu falta de amor hacia los demás?
Marta: Sí.
Matrimonio Tutor: Y tú, ¿amas al Señor?
Marta: Sí, ¡con todas mis fuerzas!
Matrimonio Tutor: Pues tienes la oportunidad de demostrárselo cuando estás con tu marido o con tus suegros o con tu hermano, porque amándoles a ellos, aunque ellos te amen imperfectamente, le demuestras a Dios cuánto le amas. Y una cosa más, Marta. Sólo tienes una oportunidad para demostrárselo, aunque te duela, porque sólo tienes una vida.
Marta: Entiendo. Sólo una vida. Ahora entiendo…

Madre,

Dios nos ha dado la dignidad de ser cristianos, parte del Cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia. Y tenemos que comportarnos como Él para responder a nuestra vocación de esposos cristianos. Amamos a Dios en la medida en la que nos esforzamos por amarnos entre nosotros. Y yo, Señor, te entrego mi vida. Amén.

RETIRO MATRIMONIOS CÁCERES 21-23 ENERO DE 2022

RETIRO MATRIMONIOS CÁCERES 21-23 ENERO DE 2022

Proyecto Amor Conyugal en colaboración con la Delegación diocesana de Familia y Vida de Coria-Cáceres os invita a participar en un retiro para Matrimonios, con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).

¿A quién va dirigido este retiro? A todos los esposos unidos por el Sacramento del Matrimonio y que quieran vivir una EXPERIENCIA de AMOR juntos, estén en crisis o no. A todos los que quieran fortalecer y reavivar su Sacramento del Matrimonio.

FECHAS: Será desde el viernes 21 de enero a las 18:00h hasta el domingo 23 de enero a las 17:30h.

LUGAR: Seminario Diocesano de Coria-Cáceres en la Avenida de la Universidad 3, Cáceres. Geolocalización: https://goo.gl/maps/qi8dZQhXYpbXW79a9

PRECIO: (Incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos)

  • Adultos: 260 € por matrimonio.

Suplemento económico para ayuda a otras familias: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros matrimonios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.

Subvenciones: Si alguna familia no puede asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.

 

INSCRIPCIÓN: Para realizar la inscripción, pincha aquí , A partir del martes 14 de diciembre a las 20:00 h

¿Cuándo? Lo antes posible. Se suele llenar en pocos minutos.

Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la reserva de plaza y daros las instrucciones para realizar el pago o indicaros si estáis en lista de espera. En caso de que no hubiese plazas disponibles.

Para consultar cualquier duda o ponerte en contacto con nosotros, escríbenos a retiros.caceres@proyectoamorconyugal.es

Sobre Proyecto Amor Conyugal: https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.

El Fruto conyugal. Comentario para Matrimonios: Lucas 1, 26-38

EVANGELIO

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.

Palabra del Señor.

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ANUNCIO EN VITORIA Parroquia de San Juan el jueves 9 de diciembre a las 20:00h

El Fruto conyugal.

Hoy celebramos la gran festividad de la Inmaculada Concepción de María, concebida por la unión conyugal del dos esposos. Sí, la Madre de Dios es un fruto del matrimonio. ¡Qué dignidad le habrá dado Dios al matrimonio para merecer tal fruto!
En concreto, nos remitimos a la santidad del abrazo conyugal de los padres de María. El único del que nació una criatura sin pecado. Qué pureza debía haber en tal acto, para que de él surgiera la Purísima. Una unión en la carne que nos trajo también como consecuencia indirecta la venida del Salvador. No sé si alcanzo a ver toda la grandeza que Dios le ha otorgado a la unión conyugal.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Jaime: La grandeza y la belleza de todo lo de Dios es impresionante. Admiro Su creación, admiro Su recreación. La hermosura de cómo lo hizo todo y lo hace todo nuevo. Ya sabes que soy muy Mariano, y un día como hoy, estoy saboreando la dulzura, la inocencia que Dios puso en María. Me encanta.
Laura: Es maravilloso. Cuánto me gusta vivir con la mirada puesta en Dios. Hay tanto contraste entre lo mundano y lo Divino.
Jaime: Sí, pero tenemos que traer el Reino de Dios a este mundo. Colaborar con Él. Dios quiere hacer sus milagros a través de nosotros y en nuestro caso, a través de nuestra unión. Dios quiere convertir nuestra unidad en una relación cada vez más pura, más bella. Miro a Ntra. Madre y miro la obra de Dios en alguien que dijo Sí. Y me encanta lo que Dios es capaz de hacer con dos almas que le dicen Sí, los padres de la Virgen, y de su unión, crea a la Llena de Gracia. Yo, Laura, me uno a ti en ese Sí. ¿Qué hará Dios con nuestro Sí?

Madre,

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te consagro en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.

Una Alegría mayor. Comentario para Matrimonios: Mateo 18, 12-14

EVANGELIO

Dios no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 12-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en los montes y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, en verdad os digo que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Igualmente, no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños».

Palabra del Señor.

 

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Una Alegría mayor.

Cuando leemos este Evangelio, solemos centrarnos en la oveja perdida. Pero hoy vamos a centrarnos en lo que experimenta el Padre cuando la recupera. Es una alegría inmensa, y es la alegría de la que me hace participar cuando vuelvo a Su lado. Es una alegría mayor: Tengo que tomar conciencia de que Dios me ha salvado y estoy en Él, y deseo alabarle, y cantarle… y no dejar que nada ni nadie me quite la alegría de Dios.
Sí, el adviento no es para estar tristes, estamos alegres porque muchos vamos a celebrar que hemos sido rescatados. Y con esa alegría, vamos a ayudar a nuestro esposo, a nuestros hijos, a los matrimonios de nuestro entorno. ¿Cómo vamos a colaborar con Dios en su rescate si vamos con cara de pasa? Tengo que recuperar mi alegría y llevar esta alegría a casa. Preparémonos para alzar los brazos, para cantar canciones de alabanza, para saltar de alegría, porque se acerca la gran noticia: El Señor viene a rescatarme y a llevar sobre sus hombros a mis seres queridos.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Andrés: Antes estabas como muy piadosa, pero amargada, la verdad. No aceptabas que los niños y yo no quisiésemos acoger la fe. No contagiabas tu fe a nadie, por mucho que nos hablabas. ¿Cómo y qué nos ibas a contagiar con tanta tristeza?
Alicia: Sí, me acuerdo. La verdad es que no entendía nada del Corazón de Dios. Mi orgullo y mi soberbia me mantenían mirándoos desde arriba. Pero poco a poco fui conociendo mi pequeñez, y la vuestra, y empecé a ver a Dios como el Padre amoroso que se deshace por nosotros, que disculpa nuestras caídas y está deseando reincorporarnos y abrazarnos. Entonces me invadió una profunda alegría que me brotaba desde dentro: La alegría del Padre por dejarme rescatar por Él. Me sentía en Sus brazos, y gozaba de Su misma alegría. Y al miraros, sólo deseaba compartir mi alegría, la que Dios me transmitía para llamaros a compartirla con Él.
Andrés: Sí, fueron tu sonrisa, el brillo de tus ojos y el buen humor con los que nos conquistaste para Dios. Llegó la alegría de Dios a nuestra casa y hoy tenemos un hogar nuevo. Estas Navidades van a ser distintas, porque las vamos a vivir desde el Gozo y la Alegría de Dios por la salvación de cada uno de nosotros.

Madre,

¡Cuánto nos ama Dios! No le importa nada más que nuestra salvación. Cuánto me ama, cuánto me ama, cuánto me ama. Si algún día consiguiese comprender la envergadura de Su amor, estaría alegre para siempre y en toda circunstancia. ¡Alabado seas por siempre, Señor!