Archivo por meses: septiembre 2021

¿Te apuntas? Comentario para Matrimonios: Lucas 5, 1-11

EVANGELIO

Dejándolo todo, lo siguieron.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 1-11

En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.
Subió a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».
Respondió Simón y dijo:
«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».
Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:
«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».
Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Y Jesús dijo a Simón:
«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Palabra del Señor.

 

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¿Te apuntas?

La llamada del Señor, tiene 3 fases:

La primera, es que si subo a Jesucristo en la barca de mi vida, es decir, de mi matrimonio y familia, puedo prepararme para recoger más de lo que nunca había imaginado. y ¿Cómo hacer esto de subir al Señor a nuestra barca? Pues escuchando juntos Su Palabra, profundizando en ella y fiándome más de Él que de mi lógica y que de la lógica del mundo.
Esto recuerda a las palabras de Isabel, la pariente de María, cuando le dice «Dichosa tú que has creído que se cumplirá lo que te había dicho el Señor.
Ya no eran horas de pescar, y sin embargo, Pedro se fía de la Palabra del Señor y llena dos barcas de peces. No sólo hay peces para mí, también para mi esposo, familia y otros.
La segunda fase llega cuando veo lo que el Señor es capaz de hacer: Viene la admiración, el «yo no soy digno» de que entres en mi casa. Tener la certeza absoluta de que esos peces no los he pescado yo, produce una admiración y la humildad de saber qué puedo yo y qué puede Él.
La tercera fase es que el Señor me va a pedir que lo deje todo por Él, que todo lo haga por Él y para Él y que transmita por donde quiera que vaya, el Evangelio del matrimonio y la familia. Siempre con mucha oración, para que la misión sea fecunda.
Esposo, el Señor te llama ¿Te apuntas?

Aterrizado a la vida matrimonial:

Rocío: Estoy cansada de luchar. Tengo que tirar yo de los niños, de él (el esposo) para que vayan a Misa, para la oración… Ya no puedo más.
(Un 5 de agosto de 2014, se fue al Sagrario y allí estuvo rezando)
El Señor: (En la oración) Rema mar adentro. Intensifica tu oración, y no intentes trabajar con tus fuerzas, sino confía en mis fuerzas. No desesperes, yo estoy contigo. Ofréceme sacrificios y oración.
(En 2017 durante un retiro, el Señor hirió a Arturo, esposo de Rocío, con un dardo de amor, lleno de todos los sacrificios y oraciones de su esposa)

Madre,

De Proyecto Amor Conyugal, ruega por nosotros.

Poder encarnado. Comentario para Matrimonios: Lucas 4, 38-44

EVANGELIO

Es necesario que evangelice también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 38-44

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón.
La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le rogaron por ella.
Él, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se puso a servirles.
Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos con diversas dolencias se los llevaban, y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los iba curando.
De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban y decían:
«Tú eres el Hijo de Dios».
Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías.
Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar desierto.
La gente lo andaba buscando y, llegando donde estaba, intentaban retenerlo para que no se separara de ellos.
Pero él les dijo:
«Es necesario que proclame el reino de Dios también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado».
Y predicaba en las sinagogas de Judea.

Palabra del Señor.

 

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Poder encarnado.

Jesús se toma la “molestia” de curarnos uno por uno, inclinándose sobre la suegra de Pedro, imponiendo las manos sobre cada enfermo. En el tiempo de la productividad y la eficiencia, no podemos entender que Jesús se quedara durante horas por la noche, para sanar a las personas una por una, cuando podía haber practicado una sanación generalizada y a distancia, como hizo con el sirviente del centurión romano. ¿Por qué uno por uno? Porque es un Dios de carne, y nos cura con Su carne y le da un inmenso valor a esa cercanía, al contacto misericordioso.
Si mi esposo tiene el alma enferma por un pecado, necesita que me acerque, quizás que le acaricie, que me incline sobre él/ella y no para recriminarle nada, sino para ayudarle a echar los demonios fuera de su corazón. Para traerle la sanación y la paz de Dios con mis cuidados, con mis gestos de cariño. Tengo que entender, que Cristo le ha dado un poder enorme a la carne, le ha dado el poder de sanar, de amar como Él.

Aterrizado a la vida matrimonial:

En una ocasión, un matrimonio nos contaba que él llegaba muy irascible del trabajo y eso estaba empañando seriamente su relación. Entonces le preguntamos a él: “Y si ella te diera un abrazo y un beso nada más llegar a casa ¿Te ayudaría a desconectar del trabajo?” “¡Hombre!”, dijo él, “por supuesto ¡Así se me pasaría todo!”. Esposos, toquémonos, acariciémonos, besémonos, mirémonos, abracémonos. Nuestra carne es parte del Cuerpo místico de Cristo. A través de ella se transmite Su amor. Hagamos como Jesús, que toca para curar. ¿Cuántas relaciones se arreglarían solamente porque los esposos se tocasen más?

Madre,

Hoy hace 19 años que confirmaste el comienzo de este Proyecto Amor Conyugal. Hoy también hace 31 años que nos casamos. ¡Gracias por tanto!
Qué importantes son los gestos de cariño, qué importante es que nos prestemos atención el uno al otro. Merece la pena quedarse sin dormir, o superar el cansancio, como hizo Cristo. Alabado sea nuestro Maestro que no escatima en esfuerzos, que es un Dios cercano, y me sana personalmente a mí, en cada confesión.