EVANGELIO

No cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 31-35

En aquel día, se acercaron unos fariseos a decir a Jesús: «Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte». Jesús les dijo:
«ld y decid a ese zorro: «Mira, yo arrojo demonios y realizo curaciones hoy y mañana, y al tercer día quedará consumada.
Pero es necesario que camine hoy y mañana y pasado, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén”.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían!
¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no habéis querido.
Mirad, vuestra casa va a ser abandonada.
Os digo que no me veréis hasta el día en que digáis: “¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”».

Palabra del Señor.

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Más riesgo en no hacer.

El Señor continúa adelante a pesar de las amenazas que atentan contra Su vida. Él sabe que se le ha encomendado una misión y debe realizarla, y la realizará hasta que llegue Su hora. Y al tercer día el Padre le dará la gloria. Y ahora yo, estoy llamado a hacer lo mismo. ¿Y tú?

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ramón: No sé, está la situación muy complicada con la pandemia. ¿Y si nos contagiamos? ¿Y si se contagia alguno de los convocados?
Patricia: Pongamos todo de nuestra parte para aplicar la normativa de seguridad, pero no frenemos la misión que Ntra. Madre nos ha encomendado. Merece la pena asumir cualquier riesgo por responder a Su llamada y por tantos matrimonios que lo necesitan. Hay más riesgo en no hacer nada que en ir a por todas.
Ramón: Entonces ¡Adelante!
Patricia: ¡Adelante!

Madre,

El Evangelio es muy exigente, pero tenemos claro que estamos amparados por Tu Manto. Madre de los esposos, ruega por nosotros.