Archivo por meses: junio 2020

¿Miedo? Comentario para Matrimonios: Mateo 10, 26-33

EVANGELIO

No tengáis miedo a los que matan el cuerpo
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 26-33

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse.
Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se venden un par de gorriones por uno céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; valéis más vosotros que muchos gorriones.
A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos».

Palabra del Señor.

Avisos:

¿Miedo?

El miedo es una pasión que surge como consecuencia de un posible mal que nos puede sobrevenir y que no vamos a poder superar. El Señor me anima a que sólo tenga miedo al demonio, porque es el único que puede lograr mi muerte definitiva, de alma y cuerpo. A veces me pueden arrastrar las preocupaciones sobre las cosas de este mundo y puedo sentir miedo. ¿Tengo alguna ahora? Jesús me dice hoy ¿De qué tienes miedo? Si el Padre y yo estamos detrás de todo. Que tus pasiones no te arrastren a vivir en una angustia que te tenga dominado. Tú ocúpate de mis cosas que yo me ocuparé de las tuyas.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Matrimonio Tutor: Os vemos angustiados. ¿Qué miedos tenéis?
Carlos: A mí me preocupa la inestabilidad laboral, la incertidumbre. Me da miedo perder el trabajo, no poder pagar la hipoteca…
Carmen: Yo siento miedo por nuestros hijos, en un mundo tan sensual y hedonista…
Matrimonio Tutor: Comprendemos lo que nos decís, porque es habitual que nos preocupen ese tipo de cosas. Pero ¿Qué podéis hacer vosotros ante esos temas? Os proponemos que escribáis en un papel un plan con lo que podéis hacer porque está en vuestra mano, y el resto lo dejéis en manos de Dios que nos ama más que nosotros mismos. Así apartaréis el miedo. No debemos autoexigirnos más de lo que podemos porque entraremos en la desesperación. Lo que no está en nuestra mano, no está en nuestra mano y no podemos hacer nada. Por tanto, no tiene sentido estar agobiados por cosas que están en manos de Dios. Es entonces cuando tenemos la oportunidad de confiar en Él y en Su providencia. Esa es la prueba de la vida. ¿Lo veis claro?
Carlos: Sí. Es gastar energías absurdamente, y es cierto que tenemos la oportunidad de confiar en Dios en esas cosas para no creernos todopoderosos.
Carmen: Sí. Tenemos que poner más la confianza en Él.

Madre,

San Luis Gonzaga, se lo preguntaba y si no valían para la eternidad, ni las hacía ni las decía. Quiero estar como él, Madre, siendo un esposo que mira al cielo, que se rige por las leyes de Dios y que busca estar unido a Él en todo momento. Alaba, alma mía, al Señor: alabaré al Señor mientras viva, tañeré para mi Dios mientras exista. Amén

Locura “guardada”. Comentario para Matrimonios: Lucas 2, 41-51

EVANGELIO

Conservaba todo esto en su corazón
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 41-51

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.

Palabra del Señor.

Avisos:

Locura “guardada”.

Hoy celebramos el día del Inmaculado Corazón de la Bienaventurada Virgen María. El Corazón de Jesús que celebramos ayer es el misterio de que en un corazón humano se ha encarnado la locura del amor de Dios. Es la plenitud del amor de Dios por la humanidad. ¿Cómo puede un amor infinito hacerse humano? Si Dios ha hecho eso posible ¿Qué no podrá hacer en nosotros?
María nos enseña que ahora es posible hacernos un solo corazón con Dios, porque ya tiene corazón humano. Ahora es posible que nuestro corazón lata con el Suyo, porque Su corazón está palpitando en este momento como el de María, como el tuyo y como el mío. Ahora es posible que se sanen nuestras heridas porque Su corazón las ha asumido todas. Ahora es posible que tengamos Sus mismos sentimientos, porque Su corazón se hace uno con el mío como se hizo uno en María. Ahora es posible que ame a mi esposo como Él me ama, porque Su corazón está en mí y el mío en Él. Lo dicho, la locura del amor de Dios la contemplamos hoy “guardada” en el Corazón de María.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Mercedes no entiende por qué su esposo ha sido tan brusco con ella y Carlos (su cónyuge), no entiende por qué Mercedes ha montado la que ha montado por una chorrada, haciéndole lo que le parece un fuerte chantaje emocional, de manera que tiene que prestarle toda la atención sí o sí por el dramatismo que imprime a la situación. Ambos no entienden nada y han estado tres días envueltos en una oscuridad cegadora intentando reencontrar el amor entre ellos. Hoy por fin, se han confesado y han sanado sus corazones. Siguen sin entender nada de lo que ha pasado, pero han decidido perdonarse y volver a ocuparse de las cosas del Padre: De construir un matrimonio santo, que para eso han sido creados. Ya no hay dolor en sus corazones porque lo han desterrado. Ahora sólo caben en ellos las cosas de Dios.

Madre,

Hoy te tenemos especialmente presente. Muéstranos tu Inmaculado Corazón, bendita Madre y danos la gracia de purificar el nuestro y ensancharlo, para que quepa en él la voluntad de Dios. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

Corazones blanditos. Comentario para Matrimonios: Mateo 11, 25-30

EVANGELIO

Soy manso y humilde de corazón
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor.

Avisos:

Corazones blanditos.

Dios no revela sus secretos a los que más estudian, sino a los que más lo aman, a los que más abiertos están a recibir el Espíritu Santo. A los que rezan y se esfuerzan en amar a sus esposos. Después, puede que nos cueste seguirle, porque hay un yugo, hay una carga, pero si los vivimos siendo mansos y humildes de corazón, será mucho más ligera. Si no, me pesará más. Yo elijo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ellos seguían discutiendo y ofendiéndose mutuamente cuando apartaban la mansedumbre y la humildad de sus actitudes. Sabían que era ese el camino y pedían al Señor con todas sus fuerzas para que les ayudara a vivirlo. Aunque en sus peores momentos no eran muy conscientes de ello, porque los demonios quieren desanimarlos, una y otra vez se levantan con humildad, se perdonan y vuelven a empezar con mansedumbre. El Espíritu está actuando, está trabajando sus corazones blanditos y poco a poco va transformando su amor fortaleciéndolo en las pruebas y haciéndolo más veraz. En sus luchas por mejorar, ambos se demuestran que se aman. Así se construye un matrimonio cristiano. Así se hacen los santos.

Madre,

Qué hermoso es todo cuando no vamos de duros y exigentes por la vida, cuando amamos las fragilidades de nuestro esposo, cuando nos dejamos conducir por el Espíritu Santo. Él nos muestra los secretos de Dios, nos alivia, nos aconseja… Alabado sea Cristo por enviarnos Su Espíritu. Gloria a Dios.

Padrenuestro singular. Comentario para Matrimonios: Mateo 6, 7-15

EVANGELIO

Vosotros orad así
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que lo pidáis. Vosotros orad así:
“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

Palabra del Señor.

Avisos:

Padrenuestro singular.

Cómo nos conoce el Señor. Sabe que cuando utilizamos muchas palabras para hablar con Dios es porque le hablamos de nosotros y nuestras necesidades. Por eso, el Padrenuestro contiene 7 peticiones, todas dirigidas a nosotros. Cristo conoce el corazón humano y sabe que estamos muy necesitados. Como decía San Juan De la Cruz, en él se encierra todo lo que es voluntad de Dios y todo lo que nos conviene. El Señor no dice “os recomiendo que recéis así”, sino que nos exhorta diciendo: “Vosotros orad así”. Así que, cualquier oración que no tenga como referencia el Padrenuestro no apunta donde debe.
Puede parecer que es rezar siempre lo mismo, pero no es así. Es una oración actualizada a “hoy”. Cuando pido por el pan de cada día, es por mis necesidades de hoy. Cuando pido que venga Su reino, es Su reino actualizado a “hoy”. Cuando pido que me libre del mal, pido que me proteja de las tentaciones y los males que me afectan “hoy”. Luego cada Padrenuestro es distinto, porque siempre está actualizado a la persona que lo reza, al lugar y circunstancias en que se reza y al momento del tiempo en que lo reza. Es el Padrenuestro que yo rezo, como esposo de mi cónyuge, como padre-madre de familia, en mi hogar, en mi ciudad, en mi trabajo, entre mis amistades… Es un Padrenuestro único, singular, íntimo entre el Padre y yo y a la vez comunitario.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ignacio: Ángela, te propongo rezar hoy de una manera diferente.
Ángela: A ver…
Ignacio: Vamos a rezar el Padrenuestro de siempre pero explicitando más cada parte para tomar conciencia de lo que pedimos. Por ejemplo, cuando digamos “venga a nosotros Tu reino”, detallamos cómo sería nuestra vida si el reinase en nosotros y en nuestro hogar. Cuando pidamos el pan de hoy, pedimos por nuestras necesidades espirituales y materiales. Y así…
Ángela: Me parece bien. Así tomamos conciencia de la oración que nos enseñó Jesús.

Madre,

Es una maravilla que el Señor nos haya dejado escrito hasta cómo debemos orar al Padre. Es un honor poder seguir Su recomendación. Hoy rezamos el Padrenuestro tomando conciencia de lo que le decimos al Padre. Santificado sea Su nombre.

Si las almas oliesen. Comentario para Matrimonios: Mateo 6, 1-6.16-18

EVANGELIO

Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6.16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra del Señor.

Avisos:

Si las almas oliesen.

Vivimos en un mundo tan sensual, que lo de fuera ha cobrado un valor exagerado y la verdad de lo de dentro no importa. Fruta preciosa, sana y de colores brillantes que no sabe a nada, perfumes enormes que contienen 4 gotas… El “packaging” está de moda y a veces parece que vale más la envoltura que el objeto que adquiero. ¿Por qué invierte la industria tanto en el envoltorio? Porque funciona y sale rentable.
En nosotros pasa igual. Podemos vivir muy bien de cara a la galería y que en nuestro interior haya una podredumbre inmensa. Si las almas oliesen ¿A qué olería la mía? ¿Estaría reluciente, perfumada, arreglada y bien cuidada? U olería a podrido, a cerrado… En ella habría desorden (no ordenar mis deseos y pasiones), suciedad (pecados y vicios), dejadez (por haber puesto mi atención en lo exterior y olvidarme de ella), y raquitismo (porque no le doy el alimento que necesita). ¿Mi cuerpo tiene aspecto del 1er mundo pero mi alma vive por debajo del umbral de la pobreza?
Es hora de encerrarme en mi cuarto, con el Señor, y preguntarme si me gustaría que todo el mundo viese mi alma o me daría una vergüenza que te mueres. Es engañarme, porque todo el cielo está viendo lo que pienso, lo que priorizo, los resentimientos que guardo en mi corazón, los deseos que albergo… El Padre los ve, el Hijo los ve, al EESS lo voy arrinconando, mi Madre de cielo lo ve, los ángeles, nuestros antepasados… La verdad de mí, está dentro, no fuera.
Es verdad que el Señor, a pesar de todo lo que ve, me ama y desea salvarme.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marta siempre había valorado a su madre como una persona sencilla y muy normal. Una tarde que se encontraba Marta sola en casa de sus padres, encontró por casualidad una caja de zapatos llena de libretas. Eran de estos cuadernos azules de toda la vida. Se trataba de los diarios de su madre ya fallecida. Ni siquiera sabía que los escribía…
Así que comienza a leer uno de ellos abriéndolo aproximadamente por la mitad. Aquello la engancha y no puede parar de leer… ni de llorar. Descubrió que a su madre no le gustaba nada la remolacha, y siempre se comía la que su padre se dejaba porque a él, tampoco le gustaba. También le sorprendió muchísimo que odiaba veranear en la montaña, siempre le gustó la playa, pero siempre la recordaba contenta el día que salían de viaje hacia aquella casita que compró su padre en los Pirineos. También descubrió, y esto fue los más duro, que sus padres tuvieron una crisis matrimonial bastante fuerte. Fueron momentos durísimos para su madre, en los que lloró muchísimo, la tinta de esas hojas estaba medio emborronada por las lágrimas y las hojas deformadas por efecto de la humedad. Pero Marta, a pesar de ver las fechas, no consigue situar aquello en el tiempo. Marta descubrió que su madre tenía una belleza interior inmensa, que ella desconocía.
En aquellos cuadernos Marta encontró muchas pistas sobre cómo amar a su esposo, en silencio. Como su madre solía decir: Yo quiero lo que Dios quiera.

Madre,

Como en el Magníficat, el Señor hace obras grandes por nosotros. Que sean siempre para mayor gloria Suya. Alabado sea el Señor que nos hace partícipes de su poder. Amén.