
El amor a mi esposo/a viene de Dios, me empuja a amarte como eres. Nuestro amor de esposos se contagia alrededor y se enriquece del entorno.

El amor a mi esposo/a viene de Dios, me empuja a amarte como eres. Nuestro amor de esposos se contagia alrededor y se enriquece del entorno.

Antes estaba en contra de mi esposo/a pero dejamos que entrara en nuestro hogar el reino del Amor. Tengo que tratarlo/a como a Cristo, porque entre nosotros está Alguien que nos une más fuerte.

Con Dios en nuestro matrimonio, ya no cumplimos normas, ahora amamos, y eso nos lleva a vivir una vida llena, bella.

La experiencia de pequeñez, de reconocer los dones recibidos, de comprender que Dios ama a mi esposo/a igual que me ama a mí, me facilita la tarea de perdonar.

En mi matrimonio puede haber un antes y un después de nuestro “sí”, como él «sí» de María. Sin mirar qué será de mí, porque será, simplemente, lo que Dios quiera.